América no quiere ceder terreno en la cima del campeonato. Fernando Madrigal y un peculiar gol han sellado la victoria azulcrema frente a Mazatlán. En un principio, el tanto fue anulado por el VAR, bajo sospecha de fuera de lugar. Después se incluyó en el debate una posible infracción de Bruno Valdez. Ambas opciones fueron desechadas tras la minuciosa revisión del video arbitraje.
El partido navegaba en un terreno cómodo para los locales. Mazatlán apenas y había intentado llegar al arco de Guillermo Ochoa. En un tiro de esquina, Bruno Valdez intervino en la jugada previa al disparo de Madrigal. En la repetición de la TV era visible que el paraguayo no estaba en fuera de juego. Luego, tras la revisión oficial en la grada, los encargados se dieron cuenta de que el defensor estaba habilitado y valoraron que tampoco cometió infracción sobre su rival.
El árbitro del encuentro, Diego Montaño, esperó las instrucciones desde el VAR para decidir. El gol fue validado como lícito y el silbante lo certificó para subirlo al marcador. Así, Madrigal se estrenó con la playera americanista y le dio el liderato absoluto al equipo: 20 puntos en 8 fechas. La distancia que le separa de León, su más cercano perseguidor, es de cinco unidades (Los Esmeraldas tienen 15).
Durante el primer tiempo, Las Águilas se fueron al frente por conducto del mediocampista Álvaro Fidalgo. Tras una combinación con Nicolás Benedetti, el español cerró la pinza para definir sin oposición de la zaga mazatleca. Gracias a esa anotación, los pupilos de Santiago Solari encaminaron el trámite de un partido que nunca les supuso riesgo.
América no ha perdido en lo que va del torneo y se ha confirmado como un equipo efectivo en ataque y sólido en la defensa. Seis triunfos y dos empates le tienen muy lejos de cualquier perseguidor. Los de Coapa son el equipo menos goleado del certamen: apenas tres tantos encajados en todo lo que va de competencia. Y, además, figuran entre los equipos más goleadores: 12 anotaciones. Solamente León y Tigres le superan en ese renglón, con 13 y 14 goles, respectivamente.
Desde el primer tiempo, América hizo gala de esa fluidez colectiva que le tiene en el punto más alto de la clasificación. Federico Viñas, un jugador para el que las oportunidades han escaseado en la última época, salió decido a aprovechar la titularidad que le fue concedida por Solari. El atacante charrúa sacó un potente zurdazo, que no entró al arco pero sirvió para dejar patente la superioridad americanista sobre el terreno de juego.
La mediavuelta de Viñas obligó a Nicolás Vikonis a emplearse a fondo. La estrategia de Beñat Echeverría encontró sustento en el apartado defensivo. No querían ceder nada de terreno. Sin embargo, a través de la inspiración de sus mediocampistas, puntualmente Fidalgo y Benedetti, los locales se fueron arriba en la pizarra.
A partir de ese momento, la calma reinó en el Azteca. Con Solari, esa es la tónica. Amasar la pelota para dominar el rival. No importa si la lucidez queda de lado: el resultado y la tranquilidad de los tres puntos priman por encima de cualquier cosa.
No hubo espacio imposible de encontrar. El toque y la paciencia de este equipo son ya un sello de marca. En defensa son indescifrables: los rivales batallan para, al menos, acercarse a Guillermo Ochoa. Un tímido acercamiento de Giovanni Augusto fue resuelto sin aspavientos por el experimentado guardameta. Vikonis salvó a Mazatlán en el primer periodo y Vikonis sentenció a Mazatlán en el segundo periodo. América se llevó los tres puntos con dos rasgos que ya nadie les puede discutir: eficacia y mesura.
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