Los adultos cada vez tienen menos amigos: algunos consejos para revertir la tendencia

El promedio de amistades con la que cuenta un adulto viene bajando década tras década. Una de cada cuatro persona dice no tener a nadie en quien confiar por completo

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—Hola, ¿quieres ser mi amigo?

—Bueno. ¿A qué jugamos?

Ese diálogo entre dos niños, que resulta de lo más normal para ellos, aunque se acaben de cruzar en una plaza o en la escuela o de vacaciones, pierde ingenuidad con el paso de los años.

"Imaginen si hacen eso en un Starbucks", ilustró Elizabeth Bernstein en su nota para The Wall Street Journal, "La ciencia de hacer amigos". En primer lugar, es probable que uno parezca descortés porque interrumpe algo que el amigo potencial hace en su teléfono, su tableta o su computadora. También puede sonar, como mínimo, carente de costumbres básicas de la vida en sociedad.

Y sin embargo nada tendría de malo porque los adultos necesitan de la amistad tanto como los niños: muchos estudios muestran sus beneficios en la salud y la mejor calidad de vida, en parte porque hay otra persona que presta atención, que estimula a cuidarse, a la que se quiere complacer.

A lo largo de la vida se pierden amigos: la gente evoluciona en direcciones diferentes, suceden hechos que las distancian, a veces hay rupturas. Los cambios se suelen dar en los momentos de transición: cuando alguien termina una carrera, se convierte en madre o padre, cambia de trabajo, emigra, se divorcia. Y es difícil crear lazos nuevos.

Pero no imposible.

"He tenido una serie de citas últimamente", comenzó a contar Bernstein, convencida de que la búsqueda de amigos no es demasiado distinta de la búsqueda de pareja. "Intercambié números telefónicos con la persona sentada a mi lado en una cata de Cabernet en mi vinoteca favorita y salí a tomar un café con un vecino al que conocí paseando a mi perro". La gente que tiene perros —como lo encarnó el clásico de Disney La Dama y el Vagabundo— cuenta con una ventaja importante de socialización. "Me he contactado con gente de mi pasado a la que no he visto en años, para ver si están disponibles de nuevo".

Todo con un solo fin: "Estoy tratando de hacer amigos nuevos".

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¿Es posible hacer amigos en la edad adulta?

En 1984, los adultos tenían un promedio de tres amigos con los que podían hablar de cosas importantes; en 2005, el promedio bajó a casi dos, citó un estudio The Washington Post. Una de cada cuatro personas no tiene a nadie en quien confiar por completo. Aun aquellos con un promedio de 155 amigos en Facebook tienen sólo cuatro con los cuales contar en un momento difícil.

"A medida que envejecemos, se vuelve más difícil tener amigos", argumentó la columnista especializada en relaciones interpersonales. "Tenemos menos tiempo para dedicarnos a la amistad. Es más difícil encontrar gente con intereses y estilos emocionales similares a los nuestros cuando uno ya no cuenta con un grupo preparado de compañeros de clase entre los cuales elegir. La escuela también brinda una rutina estable para que las personas desarrollen la intimidad de manera lenta y natural".

A medida que envejecemos, se vuelve más difícil tener amigos

Y también aumenta la inhibición: el temor al rechazo, y a veces simplemente al error, hace que las personas protejan su sensibilidad tras los protocolos de la distancia social aceptable.

Hacer amigos nuevos en la edad adulta es difícil pero no imposible (Shuttersotck)
Hacer amigos nuevos en la edad adulta es difícil pero no imposible (Shuttersotck)

Entonces, ¿cómo se hace?

Bernstein escribió lo básico: "Si quiere hacer nuevos amigos, necesita buscar con ese propósito". No sirve dejar la cuestión en manos del azar.

Del mismo modo que alguien haría al buscar una pareja, "hace falta que busque a alguien que tenga algo en común con usted, y que esté emocionalmente disponible". Citó a una profesor de Psiquiatría de la Escuela de Medicina de la Universidad de Nueva York, Irene S. Levine: "Como adultos, creemos que todo el mundo tiene sus amigos y que somos los únicos que estamos en la búsqueda. Pero nada más alejado de la verdad". Es decir que lo primero es superar el estigma de que existe un problema y que es la culpa del que no tiene amigos.

Una de cada cuatro personas no tiene a nadie en quien confiar por completo

Para las mujeres ese prejuicio es más pernicioso: se supone que establecen lazos de amistad con mucha facilidad. Pero tampoco para los varones es simple, argumentó Bernstein sobre las declaraciones de Geoffrey Greif, profesor de Trabajo Social de la Universidad de Maryland: "A los varones les suele preocupar que su acercamiento pueda ser malentendido como un avance sexual. Y en general están menos dispuestos a ser vulnerables".

 

Bueno para los sentimientos y bueno para la salud

El artículo citó un trabajo de los psicólogos evolucionistas Satoshi Kanazawa (London School of Economics) y Norman Li (Singapore Management University) publicado en The British Journal of Psychology que plantea la amistad como algo inherente al ser humano desde su prehistoria.

"Las situaciones y las circunstancias que habrían aumentado la satisfacción con su vida que sentían nuestros ancestros puede todavía aumentar nuestra satisfacción hoy". La amistad está inscripta en nuestro ADN.

"Nuestros ancestros vivían como cazadores-recolectores en pequeñas bandas de 150 individuos", escribieron Kanazawa y Li. "En esos escenarios, tener un contacto frecuente con amigos y aliados de toda la vida era necesario, para los dos sexos, con miras a la supervivencia y la reproducción".

Según otros estudios que mencionó The Washington Post, la amistad sigue siendo necesaria para vivir más. Y mejor:

+ Existe una conexión fuerte entre tener relaciones sociales y extender los años de vida, comparable con los beneficios de no fumar y hacer ejercicio.

+ La falta de conexiones sociales conlleva los mismos riesgos coronarios que fumar 15 cigarrillos por día.

+ La soledad puede conducir a consecuencias peores que la obesidad.

+ Las personas mejoran su salud cuando se sienten acompañadas: baja su presión sanguínea, mejora su función hormonal, se fortalece su sistema inmunológico, disminuyen los niveles de inflamación.

"Hay mucha investigación que muestra que la gente con amistades sólidas vive vidas más sanas y largas", sintetizó la columnista de The Wall Street Journal.

 

El ABC de la amistad adulta

Bernstein brindó una serie de consejos para recorrer sin frustración el camino hacia las nuevas amistades. "Cuando quiera hacer amigos, no espere demasiado ni demasiado pronto. Comience por establecer una relación de conocidos. Llamo a ese tiempo 'el primer año de la amistad'. Nunca se sabe quién se convertirá en un amigo cercano", observó.

La amistad tiene efectos benéficos en la salud como hacer ejercicio o no fumar. (Istock)
La amistad tiene efectos benéficos en la salud como hacer ejercicio o no fumar. (Istock)

Y continuó:

+ "Agrande su campo de búsqueda. Cuando amplía sus horizontes, sus opciones se multiplican". Más allá de los ámbitos por los que una persona suele circular, el mundo es ancho.

+ "Comparta algo de sus emociones". Eso abre la puerta para que el otro sienta que también puede abrirse y hablar sobre sus sentimientos.

+ "Siga sus intereses. Participe en grupos o actividades voluntarias que le den gusto. Va a encontrar gente con la que tiene cosas en común y usted mismo se va a volver más interesante". Sugirió una página web, MeetUp, que vincula a las personas con grupos locales de actividades.

+ "Sea consistente. Las actividades continuadas le permiten llegar a conocer a alguien naturalmente, en el tiempo". No sirve ir y venir, ni salir una vez y esperar.

+ "Considere reavivar una vieja amistad. Las circunstancias de las personas cambian y alguien que estaba muy ocupado en el pasado puede tener más tiempo ahora".

+ "Sea un amigo cuando alguien necesita uno": la gentileza de los extraños es un fenómeno humano de solidaridad y comunicación.

+ "Los amigos llevan a amigos. Déle la bienvenida a esos amigos-puentes".

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