El Giuseppe Meazza fue testigo de otro de los duelos con más morbo en el fútbol italiano: el Inter de Mauro Icardi superó 2-1 al Torino de Maximiliano López. Con varios chispazos en el pasado entre ellos, esta vez fue el turno de brillar del capitán del Neroazzurro, que marcó por duplicado.
Icardi jugó los 90 minutos y llevó la cinta de capitán de su equipo. A la media hora de juego, ya se había despachado con su primer grito, mientras Maxi lo miraba desde el banco de suplentes: rebote en el arco y la empujó de casualidad al gol.
López ingresó apenas comenzado el complemento –Lucas Boyé fue suplente todo el partido en Torino– y ayudó a nivelar las acciones. Andrea Belotti fue el encargado de anotar el gol que puso el marcador empatado.
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Sin embargo, Icardi tenía guardado un as bajo la manga. A falta de dos minutos para el final del partido, recibió dentro del área, aguantó, giró y sacó un tremendo zapatazo que se clavó en el ángulo del arco que defendió el inglés Joe Hart.
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Si bien estuvieron en cancha Éver Banega, Cristian Ansaldi y Rodrigo Palacio –éste último ingresó en el complemento–, la mirada se enfocó en estos dos jugadores como es habitual a raíz del conflicto familiar que los involucra y los encontronazos del pasado. López fue padre de tres hijos con Wanda Nara, actual mujer y representante de Icardi.
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