Tratamientos De Fertilidad

Cuando Mariela Mendiondo le dijo a su médico “basta, sacámelo, no puedo más”, los dolores ya eran insoportables. Sin embargo, en los minutos finales su útero, delicado y caótico por dentro, le dio una sorpresa. A las mujeres nos dijeron que tener “un buen cuerpo” era ser flacas; esta es otra forma de pensar en un “buen cuerpo”: un cuerpo capaz de hacer lo que dijeron que era “imposible”

Están los profesionales empáticos, disponibles y contenedores y están los otros, los que desaparecen, los que atienden apurados, los que se ofenden, los que no escuchan. Un repaso por experiencias magras de mujeres en tratamiento de fertilidad y un catálogo de buena conducta que cada médico debería tener con sus pacientes

Para las personas en búsqueda de un hijo con ayuda de la ciencia de la reproducción, es complejo dar por terminado el intento o pensar en otras posibilidades. La penetración de los mandatos culturales y el debate sobre la felicidad en las recomendaciones de los especialistas y en las vivencias de dos mujeres que no pudieron ser madres

Miles de personas que desean tener hijos viajan desde sus pueblos y ciudades pequeñas hacia las grandes urbes para hacer estudios o tratamientos de fertilidad. Duermen en los transportes o se instalan, en soledad, en hoteles. Para ellos todo es aún más difícil. Los avances tecnológicos para “acortar” los kilómetros

Dependiendo de la complejidad del problema, lograr el embarazo deseado puede tomar un mes o dos años y los costos varían entre los 100 dólares hasta los 10 mil.