Óscar Noé Medina González, alias “El Panu”, jefe de seguridad de Los Chapitos y uno de los criminales más buscados por Estados Unidos, fue asesinado la noche del 21 de diciembre de 2025 en el restaurante Luaú, en la Zona Rosa de la Ciudad de México.
El ataque, ocurrido a escasas cuadras de la sede de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) capitalina, dejó en evidencia la capacidad de operación de células armadas en pleno corazón de la capital.
Aunque las autoridades siguen sin dar mayor información sobre el caso, datos que salen a cuentagotas han permitido reconstruir parte del modus operandi empleado por el homicida.
Esto es lo que se sabe de la planeación y el ataque contra el hombre que era considerado el número dos en la estructura criminal de Los Chapitos, sólo por debajo de Iván Archivaldo Guzmán Salazar.
Así fue el ataque
De acuerdo con las investigaciones y reportes del periodista Carlos Jiménez, la noche del crimen El Panu se encontraba cenando con su familia en el restaurante Luaú, ubicado en la calle Niza, colonia Juárez.
Compartía la mesa con su esposa, sus hijos menores, las nanas, su madre y un primo, en medio de una dinámica familiar que buscaba pasar desapercibida en la capital. Días antes, el viernes, había llegado a CDMX procedente de Mazatlán para pasar la Navidad.
Sin embargo, minutos después de las 21:00 horas, justo cuando terminó de comer, un hombre robusto, con gorra hacia atrás y cubrebocas ingresó al local, se dirigió de manera directa a la mesa de El Panu y, sin mediar palabra, disparó al menos 12 veces, impactando a la víctima en el rostro, pecho, espalda y brazos.
El ataque, perpetrado a corta distancia y con precisión, se ejecutó en una de las zonas con mayor presencia policial de la capital.
El escape
La respuesta de las autoridades fue inmediata, pero el agresor logró salir del restaurante y caminar hacia Paseo de la Reforma, mezclándose entre los transeúntes.
Aunque en un principio se dijo que había huido en motocicleta con ayuda de otra persona, cámaras de seguridad captaron la ruta de escape y permitieron seguir el rastro del sicario hasta la plaza comercial Reforma 222, a unos cuantos metros de donde ultimó al jefe de seguridad de Los Chapitos.
En las imágenes se observa que el sujeto, tras el ataque, ya no llevaba la gorra ni el cubrebocas y caminaba tranquilamente.
El sujeto ingresó al centro comercial por una puerta lateral, pasó junto a una cafetería, subió a los baños del lugar y permaneció varios minutos hablando por teléfono. En los clips dados a conocer por Carlos Jiménez se ve cómo el homicida se quita prendas para evitar ser identificado y detenido.
La Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México y la SSC han utilizado las grabaciones de las cámaras de la plaza y de las calles aledañas para reconstruir su recorrido y establecer posibles rutas de escape. Según Jiménez, se piensa que el homicida es una persona originaria del norte debido a su complexión.
En paralelo, la investigación detectó que El Panu había adoptado una identidad falsa durante su estancia en la capital. Usaba documentos y una fotografía a nombre de “Óscar Ruiz”, un supuesto chofer originario de Jonacatepec, Morelos, de 43 años de edad. Sin embargo, fue la madre de El Panu, Guadalupe González, quien finalmente reconoció el cuerpo y proporcionó el nombre real a las autoridades, mencionando que no sabía que se dedicaba a actividades delictivas.
EEUU apunta a La Mayiza
La ejecución de El Panu generó especulación inmediata sobre la autoría intelectual y material del crimen.
Según el consultor en seguridad David Saucedo, entrevistado en Radio Fórmula, autoridades estadounidenses ya identifican a una célula de La Mayiza, específicamente un comando enviado por Ismael Zambada Sicairos, El Mayito Flaco, como responsable de planear y ejecutar el asesinato.
El ataque sería parte de la ofensiva de la facción de Mayo Zambada contra los operadores de Los Chapitos en la capital y otras regiones clave del país.
La sofisticación del ataque, la elección del sitio y la capacidad del sicario para evadir a la seguridad del restaurante y a la policía capitalina refuerzan la hipótesis de una operación cuidadosamente planeada y ejecutada por una célula con experiencia en la comisión de homicidios de alto perfil.
¿Quién era El Panu?
Óscar Noé Medina González, nacido en 1983, era señalado por autoridades de Estados Unidos como uno de los lugartenientes de mayor confianza de Iván Archivaldo Guzmán Salazar, líder de Los Chapitos.
Su historial criminal incluye la coordinación de tráfico de cocaína, heroína, metanfetamina y marihuana a Estados Unidos, así como delitos de lavado de dinero y violencia organizada.
De acuerdo con expedientes federales, El Panu encabezó operaciones independientes en California y también fue responsable de expandir la presencia de Los Chapitos en regiones clave, asegurando el control del territorio mediante “limpiezas” que implicaban secuestros, torturas y asesinatos de rivales y funcionarios.
Entre los hechos más graves que se le atribuyen están la tortura y asesinato de sicarios de los Zetas en 2017, el secuestro y homicidio de dos agentes de la entonces PGR ese mismo año, y la organización de un ataque contra la Fiscalía de Ciudad Juárez en 2022.
Además, tenía bajo su mando directo a líderes de Los Ninis, la célula de sicarios de Los Chapitos, entre ellos Néstor Isidro Pérez Salas, alias El Nini, y Jorge Humberto Figueroa Benítez, alias El 27.
Hasta el momento, las autoridades capitalinas y federales no han dado información sobre el asesinato de El Panu, ni han reconocido oficialmente que él fue el asesinado. Tampoco se ha informado alguna detención.