El anís de estrella es una especia originaria del sur de China y Vietnam que ha sido utilizada en la medicina tradicional asiática durante siglos. Su nombre se debe a la característica forma de estrella de sus frutos, en cuyo interior se encuentran semillas que concentran los principios activos más importantes de la planta.
En Occidente, la popularidad de esta especia creció en parte por su uso en la cocina y por sus aplicaciones terapéuticas, que han sido avaladas en distintas investigaciones científicas. El principal compuesto activo del anís de estrella es el anetol, responsable de su sabor dulce y aroma característico similar al regaliz.
Este componente, junto a otros aceites esenciales, confiere a la especia propiedades medicinales reconocidas por la fitoterapia y respaldadas por estudios modernos. Entre sus beneficios más destacados se encuentra su acción como digestivo. El anís de estrella estimula la producción de jugos gástricos y contribuye al alivio de molestias como la indigestión, los cólicos y la flatulencia, por lo que es habitual encontrarlo en infusiones dirigidas a tratar problemas estomacales leves.
Otro aspecto relevante de esta especia es su capacidad antimicrobiana. Se han realizado investigaciones en las que se observa que los extractos de la especia actúan contra ciertas bacterias y hongos, limitando su proliferación. Este efecto se asocia en gran medida al ácido shikímico, un compuesto presente en la planta y que sirve incluso como materia prima para la elaboración industrial de medicamentos antivirales, como el oseltamivir.
En la medicina tradicional de Asia oriental, el anís de estrella aparece como recurso para episodios de resfriados y gripes leves debido a que contribuye a aliviar síntomas como el dolor de garganta y la congestión.
Las propiedades expectorantes y antiinflamatorias de sus aceites esenciales actúan sobre las vías respiratorias, ayudando a reducir la irritación y facilitando la expulsión de mucosidad. Suele recomendarse, en este contexto, como ingrediente de tés y mezclas calientes, en combinación con otros productos vegetales de acción similar.
El anís de estrella también se utiliza por sus efectos sedantes leves. Hay referencias de su empleo para favorecer el sueño y calmar el nerviosismo, especialmente en niños, aunque en dosis moderadas y supervisadas.
Por su capacidad para actuar sobre los músculos lisos, se le atribuye además la utilidad de calmar dolores menstruales leves y algunos espasmos relacionados con el aparato digestivo. En cuanto a su consumo, la forma más habitual y segura de aprovechar las propiedades del anís de estrella es mediante la preparación de infusiones.
Para elaborar una tisana, se recomienda añadir una estrella, entera o partida, a una taza de agua hirviendo y dejar reposar durante varios minutos antes de filtrar. Esta bebida puede ingerirse después de las comidas para favorecer la digestión o en cualquier momento del día para aliviar síntomas respiratorios o de nerviosismo.
La dosis diaria no debe exceder las dos o tres infusiones, ya que el consumo excesivo puede acarrear efectos adversos. El anís de estrella también puede utilizarse como condimento en guisos, salsas, curris y repostería, aportando un aroma intenso y distintivo a los platos. En la industria farmacéutica y de perfumería, se emplean los aceites esenciales extraídos de su fruto.
Precauciones antes de consumir el anís de estrella
A pesar de sus beneficios, es importante advertir que existen especies similares de anís de estrella de uso ornamental que resultan tóxicas, como el anís de estrella japonés. Por esta razón, debe adquirirse siempre en establecimientos de confianza y bajo la denominación correcta de Illicium verum.
El consumo de anís de estrella debe ser evitado por mujeres embarazadas, lactantes y niños pequeños si no existe supervisión médica, debido a la presencia de compuestos que pueden resultar irritantes o incluso neurotóxicos en grandes cantidades.
Personas que sigan tratamientos farmacológicos específicos deben consultar con un especialista antes de incorporar esta especia en su dieta, para evitar posibles interacciones.