El emblemático boliche porteño que reabrió sus puertas con la presencia de un destacado DJ internacional

El regreso de Ultra Buenos Aires fue un evento destacado para los fanáticos de las fiestas electrónicas. Alrededor de 80 mil personas se congregaron el 18 y 19 de abril de 2025 en el Parque de la Ciudad para ser parte de un festival en el que se presentaron más de 70 reconocidos DJ.

Pero la fiesta no terminó ahí. Al día siguiente, se produjo otro hecho relevante para el género en la Capital Federal. El mítico club Crobar reabrió sus puertas y lo hizo con una propuesta innovadora: “el comienzo de la era Phuture”.

Durante meses, este icónico boliche trabajó en silencio. Cuando finalmente volvió a encender sus luces, el resultado sorprendió con un sistema de sonido completamente nuevo, distribución espacial ajustada con precisión, identidad visual actualizada, refacciones estructurales y un espíritu general que respiraba futuro en cada rincón.

La arquitectura interna cambió como lo hizo la energía del lugar. El relanzamiento no representa solo una mejora técnica, también expresa una visión sobre cómo debe sentirse una noche de música electrónica en este tiempo.

Para la reapertura, Crobar Phuture apostó por una figura consolidada del techno contemporáneo. KAS:ST, con su DJ set, entregó una performance cargada de intensidad emocional. Desde el primer tema se percibió la solidez del sonido, potenciado por la acústica del sitio reformado.

Lo visual también ocupó un lugar fundamental con las luces, las imágenes y la disposición del espacio generaron una atmósfera hipnótica que hizo que la pista de baile se sintiera como un organismo vivo.

La tensión comenzó a sentirse pasada la medianoche. Nadie lo anunció ni lo anticipó: simplemente ocurrió. De repente, las luces descendieron y la primera nota de Voices in My Head confirmó lo que ya se murmuraba entre algunos asistentes: Anyma estaba ahí. Sin pantallas ni prensa, sin una campaña detrás.

En un año cargado de visitas destacadas, esta aparición espontánea rompió cualquier esquema preestablecido. Su presencia alcanzó para convertir la noche en un evento que superó los límites de lo programado. Durante más de una hora, compartió cabina con KAS:ST, para construir una secuencia sonora cargada de melancolía, tensión y belleza rítmica.

A lo largo de los años, este club ha consolidado su presencia dentro del circuito electrónico de América del Sur. Con Phuture, dio un paso más allá. En lugar de aferrarse al prestigio alcanzado, decidió reinventarse desde los cimientos. Apostó por un diseño sensorial, por una filosofía que interpreta la fiesta como un hecho cultural profundo, no como mero entretenimiento.

La intervención de Anyma, además, dejó en claro que algo había cambiado. No llegó como figura central. Se sumó como parte de una comunidad que elige conectarse, compartir y dejarse llevar por experiencias irrepetibles.

Cuando el set terminó, las redes estallaron. Lo vivido esa noche mereció quedar en la memoria de quienes lo presenciaron. Para muchos, representó una validación de lo que ocurrió en la escena local. La calidad del espacio, el nivel del sonido, la disposición del público y la capacidad de generar momentos inesperados marcaron una diferencia clara.

La visita de Anyma, uno de los fundadores del reconocido sello Afterlife, se entendió como un gesto potente. No respondió a una gira ni a un compromiso comercial. Fue un momento auténtico, surgido en el cruce entre renovación estética, talento artístico y público conectado.

A partir de esta apertura, Crobar Phuture busca darle un giro a la manera en que se disfrutan los eventos de este tipo en Buenos Aires. El club se presentó como un espacio preparado para recibir lo impensado y ofrecer un terreno fértil donde cada noche puede adquirir un carácter mítico.

Luego de esta experiencia única, este lugar dejó en claro que, en su nueva etapa, pretende habilitar un terreno donde lo verdaderamente inolvidable puede suceder en cualquier momento.