Durante la ceremonia de homenaje a Éric Comyn, el gendarme francés asesinado en la comuna de Mougins tras una negativa a obedecer, su viuda pronunció un discurso cargado de dolor y acusaciones que conmocionó a los asistentes. Con voz temblorosa, declaró: “Francia mató a mi marido”, haciendo una dura crítica al sistema judicial del país. Agradeció irónicamente a su “amada Francia” por la muerte de su esposo, subrayando que la falta de sanciones contundentes contra reincidentes y la excesiva tolerancia fueron responsables de la tragedia.
En su emotivo discurso, la viuda hizo referencia directa al conductor implicado en la muerte de su marido, un hombre con un largo historial de infracciones de tránsito, destacando que “1981 nunca debería haber existido”, en alusión a la abolición de la pena de muerte en Francia. Según ella, esta medida ha contribuido a un sistema donde los culpables de crímenes graves no reciben el castigo que merecen, lo que en su opinión permitió que un reincidente terminara con la vida de su esposo.
El conductor responsable de la muerte de Comyn es un delincuente conocido por las autoridades por una serie de infracciones de tránsito, entre ellas, conducir bajo los efectos del alcohol y protagonizar episodios de atropello y fuga. En el momento de su arresto, poco después del incidente en Mougins, dio positivo en alcohol, lo que agravó aún más la indignación de la familia y la comunidad. Actualmente, se encuentra bajo custodia policial, y su detención podría extenderse hasta el jueves por la mañana.
La viuda de Comyn, en su discurso, resaltó cómo la reincidencia del conductor y la falta de sanciones efectivas permitieron que este individuo continuara conduciendo, lo que finalmente resultó en la tragedia que le arrebató la vida a su esposo. Según ella, la indulgencia del sistema judicial francés ha creado un ambiente en el que los infractores reincidentes no temen las consecuencias, poniendo en riesgo a la sociedad.
Apoyo del alcalde
Tras el discurso de la viuda, el alcalde de Mandelieu-la-Napoule, Sébastien Leroy, tomó la palabra para rendir homenaje al gendarme asesinado. Leroy destacó la valentía y dedicación de Comyn, quien sirvió a Francia y a sus valores durante 30 años, convirtiéndose en un pilar de la comunidad. “Mandelieu perdió a uno de sus hijos”, afirmó el alcalde, subrayando el impacto profundo de esta pérdida en la localidad.
El alcalde también expresó su compromiso de apoyar a la familia de Comyn en los años venideros, asegurándoles que no estarán solos en su dolor. “Es nuestro deber velar por ustedes”, declaró, reafirmando la solidaridad de la comunidad en un momento tan difícil. El homenaje finalizó con un llamado a la reflexión sobre la seguridad y la justicia, recordando el sacrificio de Comyn como un símbolo de servicio y protección para su país.