La Federación de Esgrima (FIE) es una de las que permitió la participación como neutrales de los deportistas de Rusia y Bielorrusia en las competencias internacionales y un escándalo se vivió en el Mundial de Italia luego del combate entre la ucrania Olga Kharlan y la rusa Anna Smirnova.
Kharlan recibió el permiso del Ministerio de Deportes de Ucrania para enfrentar a la rusa Smirnova, a quien venció por 15-7 para avanzar de ronda y enfrentar a la búlgara Yoana Ilieva. Sin embargo, luego de la estocada final la medallista olímpica en Beijing 2008, Londres y Río 2016 decidió saludar a Smirnova ofreciéndole el sable y no la mano como obliga el reglamento, lo que provocó la conflictiva situación.
Al ver que los jueces no tomaban la decisión de sacar la tarjeta negra y descalificar a Kharlan, Smirnova tomó una silla y se sentó por casi una hora en la pista a observar la continuidad de los combates. La insólita protesta obligó a la organización a reubicar el resto de los duelos.
Finalmente, Kharlan fue descalificada por no saludar a su rival como indica el reglamento de la FIE y quien terminó beneficiándose fue la búlgara Ilieva al pasar a los octavos de final sin tener que tirar. Smirnova también se mantuvo afuera del Mundial.
”La decisión de la Federación Internacional de esgrima es la manifestación de una falta total de empatía y absolutamente escandalosa”, expresó Mijailo Podoliak, asesor de Volodímir Zelenski, presidente de Ucrania.
El día anterior a este conflicto que se dio entre Kharlan y Smirnova, el ucranio Igor Reizlin decidió retirarse del Mundial antes de enfrentar al ruso Vadim Anokhin. El medallista de bronce en Tokio 2020 en la especialidad de espada presentó una exención médica, según lo expresado por la Federación Internacional.
Los deportistas de Ucrania tenían prohibido enfrentar a los de Rusia pero esta situación se modificó en el caso de Kharlan y, más allá del escándalo en el que finalizó el combate con Smirnova, enciende una luz de esperanza pensando en los Juegos Olímpicos de París 2024 y el siempre latente boicot si es que el Comité Olímpico Internacional les permite participar a rusos y bielorrusos como neutrales.
La esgrima fue uno de los deportes en los que por primera vez se vio la consecuencia de la invasión de Rusia a Ucrania: en febrero del año pasado, a pocos días del comienzo de la guerra, el equipo ucranio decidió retirarse de una competencia en El Cairo (Egipto) para no enfrentarse a los rusos.
El escándalo en el Mundial de Esgrima se da después de que el Comité Olímpico Internacional (COI) no invitara a los Comités Olímpicos de Rusia y Bielorrusia a los Juegos Olímpicos de París 2024, más allá de que todavía mantiene abierta la posibilidad de que puedan competir bajo la bandera neutral.
“Tenemos que supervisar que las condiciones estrictas son aceptadas y que no se espera a un día fijo para comportarse bien y luego hacer otra cosa. Tienen que respetar la letra y el espíritu, entender por qué hemos impuesto esas condiciones estrictas. Cuando tengamos la confianza tomaremos la decisión”, expresó Thomas Bach, presidente del COI.
La respuesta desde Rusia fue muy dura. “El COI ha pasado de ser una organización que defendía los intereses de los deportistas a una estructura en la que florecen la gerontocracia y el monopolio de las sanciones elegidas”, afirmó a la agencia TASS Dmitri Chernishenko, viceprimer ministro ruso, y adelantó: “No hemos tomado una decisión sobre la participación de esos atletas neutros e individuales en los Juegos Olímpicos”.