¿Son peligrosas las lagunas mentales causadas por el alcohol?

Por Bridget Phetasy

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Fotograma de ‘Resacón en Las Vegas’ vía YouTube
Fotograma de ‘Resacón en Las Vegas’ vía YouTube

Ah, la universidad. O el fin de semana pasado.

El escenario: bebes bastante algunos fines de semana. En tu cumpleaños, sueles beber cantidades exorbitantes. A veces tienes lagunas mentales y te despiertas sin recordar que trataste de pelear con alguien en la calle y que te echaste a llorar en el bar cuando el DJ se puso a pinchar temas sentimentales. Por lo menos hasta la mañana siguiente, cuando te preguntes qué hiciste y cuánto tiempo va a tener que pagar tu cuerpo el precio de tus acciones.

La realidad: lo más probable es que si alguna vez has tomado demasiados tequilas mientras estabas de fiesta, te despertaste al día siguiente preguntándote: "¿Qué pasó anoche? ¿Por qué tengo el cuerpo cubierto de purpurina? ¿De dónde he sacado este dedo de gomaespuma y este este moretón tan feo?"

Las lagunas mentales causadas por el alcohol son sorprendentemente comunes: las investigaciones han demostrado previamente que más de la mitad de los estudiantes universitarios experimentan amnesia provocada por alcohol al menos una vez en sus vidas.

Hay dos tipos de lagunas: "fragmentarias" y "en bloque". Las fragmentarias, que son más comunes, ocurren cuando puedes recordar algunas partes de la noche anterior, como un collage. Se vuelven un poco más nítidas cuando un amigo te hace acordarte de tu interpretación maravillosa de "Hotline Bling" en un bar que no era precisamente un karaoke. Las lagunas en bloque son peores; no intentes buscar entre tus recuerdos, porque no están ahí.

Cuando bebes demasiado rápido —y aumentas tu nivel de alcohol en sangre en el proceso—, el alcohol suprime funciones en las áreas del cerebro encargadas de crear recuerdos, dice Reagan R. Wetherill, profesora de psiquiatría de la Universidad de Pensilvania que estudia los efectos de beber en exceso. Las neuronas del hipocampo, que es responsable de la memoria, dejan de funcionar, lo que significa que no se crean recuerdos a largo plazo.

"Parece que el alcohol interfiere con la transferencia de la información de la memoria a corto plazo a la memoria a largo plazo", explica James H. Fallon, profesor emérito de anatomía, neurobiología y psiquiatría de la Facultad de Medicina de la Universidad de California. Cuando el hipocampo no funciona bien, solo estás viviendo en el presente. "Podríamos pensar en algunos insectos o ranas: viven en el momento, pero no lo transfieren a lo que sería el tipo de memoria a largo plazo responsable de almacenar experiencias personales".

Otro problema: no puedes predecir cuándo vas a sufrir lagunas mentales. No es solo la cantidad que bebes y tu metabolismo, sino también tus genes, aclara Fallon.

Lo peor que podría pasar: si no lo recuerdas, nunca ha sucedido, ¿verdad? Pues no. Las lagunas mentales no deben tomarse a la ligera, especialmente si se convierten en un patrón. Durante una laguna, explica Wetherill, "otras partes del cerebro siguen funcionando, probablemente en una forma alterada, por lo que todavía puedes responder a tu entorno, pero no estás creando recuerdos de lo que estás diciendo o haciendo". Por eso puedes parecer alguien totalmente funcional cuando estás hablando con tu jefe en la fiesta de Navidad de la empresa pero no te acuerdas de la conversación.

Pero seamos realistas: lo peor que podría pasarte no es hacer el ridículo delante del jefe. Perder el control es una cosa, pero también te deja vulnerable. Las personas que tienen lagunas con frecuencia afirman haber estado involucradas en incidentes peligrosos y traumáticos: desde peleas hasta agresiones sexuales. Y debido a la capacidad de parecer alguien perfectamente normal, también hay bastantes cuestiones respecto a las implicaciones del consentimiento durante el sexo.

Lo que probablemente ocurra: si se trata de un incidente aislado, probablemente le mandes un mensaje borracho a tu ex, hagas una pizza y llores hasta quedarte dormido viendo una película romántica. Entonces te despertarás feliz de no haber prendido fuego al piso. De cualquier manera, probablemente tendrás que dedicar unas cuantas horas a reponerte de la inevitable resaca.

Así que la próxima vez asegúrate de no empezar a beber con el estómago vacío, no tomes chupitos —ni hagas apuestas para ver quién tiene más aguante— ni cualquier otra cosa que aumente con rapidez tu nivel de alcohol en sangre. Las probabilidades de sufrir lagunas también aumentan si mezclas alcohol con marihuana o benzodiacepinas, ya que también inhiben partes del cerebro. Y aunque las lagunas recurrentes podrían ser una señal de alcoholismo, no es algo seguro, aclara Wetherill. Diagnosticar alcoholismo es más complicado que eso, así que por el momento, concéntrate en disminuir un poco tu consumo de alcohol.

Publicado originalmente en VICE.com