"Las economías de América Latina saldrán del estancamiento cuando se abran al mundo"

En su visita anual a la Argentina, donde esta vez llegó para presentar su flamante libro El continente dormido (Debate), el periodista especializado en economía Alberto Padilla mantiene en su agenda su paso obligado por los estudios de Infobae para transmitir cómo ve no sólo a la Argentina, sino a las economías de América Latina y lo hace necesariamente con la mirada de un mexicano naturalizado norteamericano hace 20 años.

Una vez más, el mensaje es claro y contundente: "América Latina tiene que dejar de insistir con una economía sustentada en la producción de materias primas: cacao, café, maíz, banano, cobre, petróleo, y emprender el camino hacia el desarrollo". Padilla no cree que pese a las amenazas proferidas por el presidente Trump, la economía de EEUU se vaya a cerrar. "Trump no va a poder hacer nada que perjudique la industria del país.  Y es que los mayores industriales del país tienen más manejo político y llegada a Washington que el propio Trump, quien ni es de Washington y ni siquiera es republicano", dijo durante la entrevista.

En su nuevo libro: El Continente Perdido cuya bajada reza: Una salida al sopor de América Latina, Padilla explica con singular capacidad didáctica cómo la mayor parte de las economías del planeta, desde los EE.UU. hasta China, pasando por Japón, han logrado transformarse y superarse, con resultados notables en términos de calidad media de sus habitantes; mientras que las latinoamericanas, en particular las grandes, como Brasil, Argentina y Venezuela, no han logrado cambiar sus modelos de producción primaria y con industrias protegidas, para disimular su baja productividad, que ofrecen productos caros para sus habitantes.

"En medio de la segunda década del siglo XXI, mientras el mundo habla de drones listos para hacer entregas a domicilio, autos con la capacidad de manejarse solos, turismo espacial y la internet de las cosas, América Latina vive a merced del precio de sus commodities: maíz, trigo, soja, café, cobre, petróleo. Más de 500 años después, seguimos dependiendo de lo mismo para sobrevivir; nuestro continente duerme sumido en un sopor que reposa sobre sus recursos naturales y al que el desarrollo económico parece serle eternamente esquivo".

-¿Por qué cree que sucede eso? ¿El mundo desarrollado le pone trabas?

-No! Es la incapacidad de la política, que no ha sido capaz de emprender la transformación hacia la apertura plena y flotación de las monedas, pese a que las reformas encaradas en los 90 les permitieron evitar que se repitieran las crisis de los 90 del Tequila; la rusa y brasileña, cuando surgió la crisis financiera de las hipotecas en los EEUU a fines de 2007 hasta 2009.

-¿Cuál es la receta?

-La apertura plena de las economías y flotación libre de las monedas, porque alienta la competencia y las inversiones en nuevas actividades con mayor productividad y nivel de salarios.

-¿Por qué cree que los países no lo hicieron? ¿Se puede competir con el resto del mundo cuando hay una enorme diferencia en las tasas impositivas, por el peso del Estado?

-Seguro. No hay más brecha cultural y económica entre dos países que la que existe entre los EEUU y México: idioma, religión, desarrollo, industria, educación, y sin embargo ambos se han transformado y reconvertido. Ninguno produce lo mismo que hace 20 años, y los dos han crecido.

-¿Pero hacer eso en economías con altos niveles de desempleo y pobreza, no agravaría la destrucción de empleos y agravaría el cuadro social, en particular en una Argentina donde la desocupación supera el 10% y la cifra no es mayor por efecto de los planes sociales?

-Bueno, es importante instrumentar medidas de contención social. Pero no hay duda de que la apertura amplia de la economía genera efectos muy positivos para toda la población, no sólo porque permite que lleguen productos más baratos y con mejores prestaciones que los que hoy ofrecen muchas industrias protegidas por su baja productividad y a precios más caros.

-¿Pero en la etapa inicial de la apertura comercial y el cambio flotante los países que optaron por la transformación de sus modelos primarios de producción no generaron destrucción de empleos?

-Si, pero rápidamente experimentaron una lluvia de inversiones productivas, generadoras de empleos con mayor productividad que las industrias que desaparecieron cuando perdieron la protección, y por tanto no sólo contribuyeron a elevar el ingreso promedio, sino que también contribuyó a mejorar la calidad de vida de todos sus habitantes.

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Aquí, más frases destacadas de la conversación con Padilla:

"Los países de América latina somos muy abiertos con el resto del mundo pero cerrados entre nosotros y la prosperidad que hemos tenido básicamente nos ha llegado por importación. Hemos crecido porque China ha crecido".

"Hugo Chávez le regalaba petróleo a Nicaragua pero era incapaz de establecer un tratado de libre comercio con Daniel Ortega".

"China antes era una economía netamente rural y ahora están haciendo aviones. Así es como te empiezas a especializar".

"La corrupción debe ser penada con todo: a la cárcel, perpetua si es necesario. Es insultante. Duele, ofende, pero no debería impedirnos hacer cosas. Pero corrupción hubo siempre, lo único nuevo es que sabemos que lo hemos descubierto. Lo que me preocupa es cierto derrotismo, y creo que eso no debería impedirnos seguir adelante".

"El escándalo de Obedrecht se conoció porque en esa empresa había un departamento especial que se ocupaba del tema de los sobornos; eran "disciplinados" y tenían todo tan ordenado y archivado que fue por eso que se obtuvieron las pruebas".

"En México, cuando arrancó el tratado de libre comercio con EEUU y se abrieron la frontera y el comercio hubo una destrucción completa y total de industrias mexicanas, con desempleo y todo, pero al final fue hermoso porque se murieron aquellas empresas que eran ineficientes. Estábamos protegiendo a productores nacionales poco competitivos y caros".

"Yo pondría atención en lo que vale la pena. El muro no vale la pena. ¿Qué va a cambiar? Nada. Que ponga un muro y otro y otro y un cuarto, que los ponga. No va a cambiar nada. La gente que quiera entrar a EEUU lo va a seguir haciendo".

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