Entró a robar a una farmacia, pero subestimó a una mujer policía y murió

La tarde del domingo estaba tranquila en la farmacia. Casi no había clientes. Pero el clima cambiaría radicalmente.

A las 13:38 se acercó un delincuente armado. Forcejeó en la puerta con una mujer policía que estaba vestida de civil. La empujó y luego ingresó.

El criminal sacó su arma y apuntó a los empleados. Creyó que nadie podría frustrar su robo. Se equivocó.

Antes de que pudiera actuar, la agente llegó de atrás empuñando su pistola y le disparó en el pecho. El ladrón soltó su revólver. La sangre iba cubriendo su camiseta, cuando cayó.

Murió pocos minutos después, antes de que llegara la ambulancia. Las autoridades policiales investigan si la oficial actuó conforme a la ley o si se excedió.

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