El Partido Republicano sale herido de la crisis en EEUU

El acuerdo alcanzado en el Senado no incluye cambios radicales en la ley de Salud ni grandes recortes de gasto. La presión conservadora cerró el Gobierno 16 días sin lograr ninguno de sus objetivos. El presidente Obama también queda golpeado

Compartir
Compartir articulo
 REUTERS 163
REUTERS 163

Si la Cámara alta y la Cámara de Representantes logran votar antes de la medianoche de este miércoles el acuerdo alcanzado para evitar el default y reabrir el Gobierno, EEUU recobraría la normalidad pero el Partido Republicano deberá replantear su jerarquía interna. Los conservadores del Tea Party no cedieron en sus reclamos y saldrán perdiendo: nada de lo que reclamaron quedó en el pacto que se está votando actualmente.

Por el contrario, si el acuerdo alcanzado por demócratas y republicanos moderados se materializa -como parece estar sucediendo- entonces el radicalismo quedaría marginado y la mayoría republicana no Tea Party volvería a manejar las riendas del partido.


 AFP 163
AFP 163

De todas formas, las fracturas no son gratuitas. Desde que se desató la crisis, se dieron a conocer sondeos de opinión prácticamente todos los días. En todos ellos, los republicanos se llevan la peor parte. Uno de los más perjudicados es el líder republicano en la Cámara de Representantes, John Boehner. El "Speaker" ha intentado lograr un acuerdo siempre. Habló con unos y otros. Intentó contener al Tea Party y también mantuvo el diálogo con la Casa Blanca. Aun con todos esos esfuerzo, no logró mantener unidos a sus correligionarios.

Obama, sin embargo, fue algo más astuto. Usó las redes sociales para hacer campaña en contra del bloqueo republicano y mitigó una merma en su imagen pública. Tarea loable si se tiene en cuenta que es su gobierno el que está cerrado. Es su gobierno el que no tiene plata para pagarles a sus empleados. Es su gobierno el que podría quedarse sin efectivo para pagar las deudas... Sería Obama el primer presidente estadounidense en declarar el default. El mandatario tendrá que dar explicaciones cuando la pesadilla termine. O peor, deberá garantizar que llegará a un acuerdo para que a principio de 2014 todo no vuelva a repetirse.

El acuerdo que se discute este miércoles es básicamente el mismo que vienen negociando ambos líderes del Senado desde el lunes: en líneas generales, prevé aprobar la liberación de fondos suficientes como para reabrir el Gobierno y seguir financiándolo hasta el 15 de enero, mientras que elevaría el techo de la deuda -el gran temor internacional por las gravísimas implicaciones globales de un default estadounidense- hasta el 7 de febrero.

No hay cambios sustanciales en la ley de salud conocida como Obamacare, ni grandes recortes en el gasto público. Esas dos modificaciones eran los grandes reclamos republicanos. Sin alcanzar esos objetivos, la oposición se retiraría con las manos vacías... o peor, con el desgaste lógico de 16 días de incertidumbre "gratuita". Obama tiene sus responsabilidades, pero si no cede, aún intentará que lo vean como el vencedor.