La historia de la mujer en el Perú no ha sido fácil, pues este país en gran parte de su historia, y aun hasta ahora, se ha manejado de una manera patriarcal que no permitió su completo desarrollo en la sociedad.
A través de los años, muchos han querido minimizar su labor en la sociedad recluyéndolas en el papel del cuidado de la casa o la crianza de los hijos.
Pero en cada etapa de esta tortuosa historia para ellas, han siempre ha habido heroínas que han roto el molde y han logrado demostrar que para ninguna mujer existen imposibles.
Como por ejemplo es el caso de Ella Dunbar Temple, una valiente mujer que hizo oídos sordos a los prejuicios de los primeros años del siglo XX y siguió los designios que su corazón le dictaba y no paró hasta convertirse en la primera catedrática del Perú. Toda una proeza para sus tiempos. Y esta es su historia de vida.
Sangre escocesa
Nacida en Lima u 10 de junio de 1913, Ella Dunbar Temple Aguilar fue hija de Ricardo T. Temple Seminario y de Herlinda Aguilar Dávila. Descendiente de una conocida familia escocesa que se había instalado en Piura a finales del siglo XIX comenzando con Robert Sinclair Temple, quien era su abuelo.
También llegó a estar relacionada, aunque de manera alejado, con el héroe nacional Miguel Grau Seminario gracias a la familia materna de su padre, Roberto Temple Seminario.
Ya de jovencita, y cuando la entrada de las mujeres a las universidades dejó de estar vetada, logró cursar sus estudios en la Pontificia Universidad Católica del Perú. En esta casa de estudios logró convertirse en bachiller en Humanidades y Derecho con la tesis La institución del jurado (1938).
Más tarde, en se graduó como abogada (en 1941) en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Para 1945, alcanza el grado de doctora en historia y literatura con la tesis ‘La descendencia de Huayna Cápac’.
Primera catedrática del Perú
Durante sus últimos años como mujer universitaria, de 1941 a 1943, Dumbar Temple trabajó en la Biblioteca Nacional del Perú y fue una de las personas que participó en la primera catalogación realizada por esta institución. E ese sentido, su labor sentó las bases para la creación del Departamento de Consulta (1943) de la BNP.
Ya graduada de toda carrera, en 1945, comenzó su labor como docente en su alma mater Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Más específicamente en la Facultad de Letras. Justamente de la Decana de América Ella dictó las cátedras de “Historia de las Instituciones Peruanas” e “Historia de la Geografía.”
Pero eso no fue todo pues también se convirtió en la primera historiadora profesional en la Academia Nacional de Historia. Por si fuera poco, todo lo contrario con sus ambiciones profesionales, fue la primera mujer en ocupar un puesta en la Junta Directiva del Colegio de Abogados de Lima y ahí mismo ocupó el cargo de Vocal Superior Suplente. Esto ocurrió en tiempo en la que las mujeres en el Perú todavía ni eran consideradas ciudadanas.
Estos logros, además de ser la Primera mujer en integrarse a la Federación Internacional de Sociedades Bolivarianas y la primera latinoamericana en la Real Academia de Historia de Madrid, y algunos más, contribuyeron a abrir nuevos caminos para las mujeres del Perú que antes eran negados por su condición.
Obra y gracia
Durante su prolija vida académica Ella Dumbar publicó varios escritos relacionados a las investigaciones que realizó través de varios años.
En total fueron hasta 14 extensos volúmenes los que escribió, de 86, que serían parte de la Colección Documental de la Independencia del Perú. En estos trabajos incluyó sus reflexiones sobre tema relacionados a la historia, literatura, jurídicos y geográficos de nuestro país.
Luego de contraer matrimonio con el catedrático italiano Carlo Radicati di Primeglio, tomó el título nobiliario de condesa de Primeglio.
Con él pasaría los mejores años de su vida y hasta el destino quiso dejarlo así marcado. Ocurre que los dos murieron un 20 de febrero, el italiano lo hizo en 1990 y ella en 1998.
Trabajó hasta el final
Ella Dunbar no cesó de laborar por lo que ella creía que era de vital importancia para el país. En eses sentido, en los últimos años de s vida se dio tiempo para crear la Fundación Biblioteca Museo Temple-Radicati, Centro de Altos Estudios y de Investigaciones Peruanistas. En este sitio se encuentra una importante colección de quipus que logró reunir su bien amado Carlo Radicati.
Como dijimos líneas arriba, Ella Dumbar Tempe Aguilar murió un 20 de febrero de 1998 y sus restos reposan en el Cuartel de San Ezequiel, en el Cementerio Presbítero Maestro. A menare de homenaje, el auditorio principal de la UNMSM fue bautizado con su nombre.