Ha ocurrido en Vitoria-Gasteiz, un gato se ha comportado de manera muy agresiva, mientras estaba siendo tratado con tranquilizantes, ha provocado que sus dueños no pudieran entrar en su propia casa. Los hechos, que tuvieron lugar a primera hora de la tarde, sobre las cuatro y media, ha causado una gran sorpresa entre los habitantes de la localidad. El asombro aumentó cuando los vecinos observaron como los dueños se vieron obligados a llamar a los bomberos para poder resolver la situación.
Según la información que ha hecho pública el Ayuntamiento donde han ocurrido los hechos, la llamada al servicio de emergencia se realizó tras el intento fallido de los dueños por acceder a su vivienda. El animal, descrito como “muy agresivo” y que presentaba un comportamiento más alterado de lo habitual debido a un proceso de tratamiento con tranquilizantes, se había colocado de tal manera que impedía la entrada a sus propietarios. La situación, completamente insólita, solo pudieron solucionar gracias a la intervención de los servicios de emergencias de la localidad, con los que se pusieron en contacto nada más certificar que el acceso a la vivienda era imposible en esas circunstancias.
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Así fue la intervención de los bomberos con el gato
Al llegar al lugar, el personal de bomberos de Vitoria-Gasteiz se preparó para enfrentarse a la gran batalla contra el felino por el territorio residencial que, aprovechando una salida de los habitantes, había logrado ocupar gran parte del territorio. No obstante, al parecer, los bomberos intimidaron al animal y al abrir la puerta de la residencia, no encontraron al gato en el estado tan agresivo como sus dueños habían descrito. Para su sorpresa, se toparon con el animal en una actitud más tranquila y dócil, lo que hizo pensar tanto a los dueños, como a los bomberos que los efectos del medicamento habían comenzado a manifestarse de una forma más evidente.
Gracias a la calma del gato y a la pronta respuesta del cuerpo de bomberos, la situación se pudo controlar de manera eficiente. El animal fue asegurado y colocado en un cajetín de transporte, tal y como indica el procedimiento recomendado para manejar mascotas posiblemente peligrosas o en condiciones de estrés.
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Lo que está claro es que lo que podría haber resultado en un altercado grave, los bomberos lo resolvieron con gran acierto, facilitando un desenlace seguro para el gato y para sus propietarios. Estos últimos, una vez en control de la situación y teniendo a su mascota a salvo en su transportín, pudieron, finalmente, regresar a la casa que el felino había ocupado. El ayuntamiento no ha informado sobre la necesidad de atenciones veterinarias posteriores para el animal, pero sí ha confirmado que los dueños han vuelto a tener al gato en casa, por lo que el incidente se había liquidado sin mayores consecuencias.