Christopher Cole quiso cobrarse venganza. Creía que empujando a un fanático ruso a las vías del metro de Londres saldaría una cuenta pendiente, cuando el pasado junio las facciones se enfrentaron en las calles luego del partido entre Inglaterra y Rusia por la Euro 2016, en Francia.
El 9 de junio, cuando creyó ver a un ruso en la estación Bond Street, corrió y lo empujó. El hombre, quien en verdad era de origen polaco y fue identificado como David Pietraszek, cayó aparatosamente, llamando la atención del resto de los pasajeros que esperaban el tren.
Pietraszek logró reponerse de la caída, reincorporarse y subir nuevamente al andén para neutralizar a su agresor, quien estaba molestando a otras personas que allí estaban. Lo tomó por el cuello y lo redujo hasta que la policía lo detuvo.
Las cámaras de seguridad de la estación lograron capturar el momento del ataque, donde se ve el embate de Cole contra su víctima y cómo éste caía a las vías. El constructor polaco fue llevado de inmediato al Hospital St. Mary, con un dedo roto y heridas en la espalda.
En su alegato ante la corte, Cole indicó que no quería que los ingleses fueran vistos como "gallinas" ante el resto del mundo y que por eso actuó de manera violenta con quien creía era un ruso. En el momento del ataque, el inglés estaba borracho, según se confirmaría horas después. Había bebido vino y tres cervezas luego de su trabajo.
Sin embargo, los jueces no tuvieron en cuenta los argumentos que Cole les ofreció para alivianar la sentencia. Resolvieron que deberá pasar 10 años tras las rejas producto de su conducta antisocial y de haber puesto en peligro la vida del pasajero polaco.
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