Un video revelado este domingo mostró por primera vez el testimonio de Jorge Barata, ex titular de la constructora Odebrecht en Perú, reconociendo cómo gestionó los pagos a los funcionarios para asegurar el nombramiento de la firma en las licitaciones y qué personajes participaron en la negociación.
La grabación, difundida por IDL-Reporteros, es del 15 de diciembre del 2016, cuando Barata testificó ante fiscales brasileños y detalló los acuerdos irregulares alcanzados para la construcción del Metro de Lima, que implicaron pagos ilegales por más de USD 8 millones.
El ejecutivo apuntó a Jorge Cuba, ex viceministro del gobierno de Alan García, y a Edwin Luyo, quien pertenecía al comité de selección del proyecto. No obstante, Cuba recién tuvo el cargo en 2009, un año después de las negociaciones, por lo que se presume que fungió de emisario de un político más importante.
Según explicó la periodista Romina Mella, un mes antes de que Cuba sea nombrado, el entonces mandatario García viajó a Cusco para la inauguración de una obra, en la que también estuvo presente Barata. Esa misma noche, al volver a la capital, convocó a una reunión extraordinaria a sus ministros y aprobó, mediante un decreto de urgencia, encargar la construcción del Metro al Ministerio de Transportes, ya que antes estaba bajo órbita de la Municipalidad de Lima.
Para otorgar la licitación del primer tramo, Cuba pidió casi un millón y medio de dolares, mientras que para la segunda etapa el monto se multiplico: USD 6.700.000.
Según explicó Barata, el aumento se debió, además de ser un tramo más largo, al "éxito" de la primera etapa. "Entendía que él (Cuba) estaba sintiendo mucho más confianza de exigir una participación mayor. Fueron las mismas cláusulas, mismas situaciones", contó.
En ambos tramos, según la investigación de IDL-Reporteros, se aprobaron millonarias ampliaciones de los presupuestos, de 26,5% y 54,5%, aún sin contar con el sustento técnico y legal.
El tren eléctrico de Lima, iniciado en la década de los ochenta en el primer gobierno de Alan García, se convirtió en uno de los mayores símbolos de su fracaso económico y concluir su construcción se convirtió en una de sus principales metas cuando volvió a la Presidencia.
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