Cómo combatir el mal aliento de los perros

El mal aliento canino no necesariamente es un síntoma de buena salud y puede tener diversas causas. La halitosis en perros puede relacionarse con síntomas como diabetes o enfermedades renales. Pero también puede ser un problema odontológico, un fenómeno poco conocido pero muy común. De hecho, según la Asociación Americana de Veterinarios, cuatro de cada cinco perros tienen algún grado de enfermedad dental para cuando llegan a los tres años de edad.

La principal razón es, al igual que en las personas, la acumulación de bacterias que forman la placa. Si no se remueve la placa, el calcio en la saliva hace que se solidifique sobre los dientes, formando depósitos de sarro. La acumulación de placa y sarro provoca una enfermedad llamada gingivitis: inflamación de las encías y, muchas veces, sangrado.

La gingivitis agravada se convierte en periodontitis, la afección por la cual la mascota comienza a perder el tejido que mantiene a los dientes en su lugar. El resultado, además de ser doloroso, son infecciones y pérdida de piezas dentarias.

Todo este proceso viene acompañado de un aliento fétido, por lo que el mal olor puede ser un indicador de que algo está comenzando.

Cómo se evitan estas afecciones en los seres humanos: cepillándose todos los días. Cómo se evitan en perros: exactamente igual.

Suena raro y complicado, pero puede hacerse. Se necesita un cepillo de dientes con cerdas suaves -existen en el mercado cepillos de dientes para perros, pero de no haberlos, un cepillo infantil será un buen reemplazo- y una pasta dental específica para uso veterinario (el dentífrico común contiene flúor, que es tóxico para los animales).

También es importante cuidar la alimentación del animal para que su salud bucal esté óptima. Los buenos alimentos balanceados, tanto secos como enlatados, contienen calcio, vital para la salud odontológica de perros de cualquier edad.

El alimento seco ayuda a mantener la boca más limpia e inclusive hay algunos formulados especialmente para mejorar la higiene dental.

Y por supuesto, siempre y ante todo, consultar al veterinario de confianza.