La asunción de "Wado": La Cámpora, entre el pragmatismo y la militancia, entre De Pedro y Larroque

El primer e inevitable análisis de la asunción del jueves de Eduardo "Wado" De Pedro como flamante secretario general de la Presidencia de la Nación da cuenta de que La Cámpora trepó un peldaño más hacia lo más alto del poder K, y terminó de perfilarse como la coraza presidencial hacia el final del mandato de Cristina Kirchner.

Pero la otra conclusión, y la menos publicitada por la agrupación liderada por Máximo Kirchner, es que el ascenso del ex diputado deja al desnudo la palpable división en la conducción de La Cámpora, fracturada entre el pragmatismo de De Pedro y la militancia de Andrés "Cuervo" Larroque, los dos cabecillas más notorios de la agrupación juvenil.

Hay un dato incontrastable que evidencia los últimos movimientos de los jóvenes K y el quiebre en la conducción: la última aparición pública de Larroque fue la tarde noche del lunes 19 de enero, horas después de conocida la muerte del fiscal Alberto Nisman, que había incluido en su denuncia al diputado como supuesto partícipe del complot criminal para encubrir a Irán en el marco del atentado a la AMIA, ahora desechada por el juez Daniel Rafecas. Esa tarde, visiblemente desorientado, Larroque apenas pudo responder la requisitoria periodística por la imputación de Nisman.

Después, se guardó a silencio. Se recluyó entre su departamento porteño y la oficina de Diputados. Según confiaron fuentes vinculadas al oficialismo y a la agrupación juvenil, sumido en un bajón anímico que todavía padece. Tal vez la resolución de Rafecas le lleve algo de alivio.

Pero el retiro público de Larroque, que ya lleva un mes y medio, no obedece solo a la paranoia en la que se sumergió tras el caso Nisman. Sino a que se bifurcaron los caminos en relación a la construcción y acumulación de poder dentro de la organización. Pragmatismo versus militancia.

En esa fractura, "Wado" se transformó no solo en uno de los pocos incondicionales de la Presidenta, con acceso directo e irrestricto a ella sin necesidad de marcar primero el teléfono de Máximo Kirchner, un escollo que sí debe sortear, por ejemplo, Larroque. El nuevo secretario general de la Presidencia es además un eslabón fundamental en el esquema presidencial, mucho más laxo a la hora de tragarse determinados sapos imposibles de digerir para el sector más idealista de la militancia. De Pedro, también operador dentro de la Justicia, es un interlocutor todo terreno, función que aprendió a la perfección de su tío, el diputado bonaerense y empresario Alberto Mariano "Cucho" España, nexo clave entre el Gobierno y un abanico importante de empresarios.

La inclusión de "Wado" De Pedro en el gabinete K blanquea además un rol que, en los hechos, cumple desde hace tiempo: que es quien maneja la gestión y los cargos de La Cámpora dentro del Poder Ejecutivo, codo a codo con Cristina Kirchner. Es el cerebro de un número para nada desdeñable de nombramientos de jóvenes K en el Gobierno, en los diferentes compartimentos del Estado. La premisa del ahora ex diputado es que la Presidente dejará la Casa Rosada en diciembre de este año, pero la función pública quedará copada de camporistas.

Por eso, a diferencia de Larroque –que en los últimos tiempos se alió con José Ottavis-, De Pedro apuesta abiertamente por la candidatura de Daniel Scioli, con quien construyó una relación sin fisuras. A la militancia de base todavía le cuesta desprenderse de esos prejuicios que rezan que el gobernador bonaerense no es de fiar. La gran incógnita aún es qué piensa Cristina. Enfrascada, como La Cámpora, entre el pragmatismo y la militancia.

La designación de De Pedro es, al menos, un guiño hacia los intendentes, que recibieron la noticia con los pulgares en alto. A varios de ellos les preocupaba –o les preocupa- la estrategia electoral. Una versión instalada en el peronismo bonaerense indicaba que un grupo de caciques pensaba en pedir una audiencia con el secretario Legal y Técnico, Carlos Zannini, para plantear la preocupación por el rumbo de la campaña de cara a las elecciones, y por el rol de la agrupación juvenil.

"La asunción de 'Wado' lleva tranquilidad y racionalidad", asegura a Infobae un importante intendente del Conurbano bonaerense, precandidato a gobernador. "Vamos a poder hablar", agrega.

Racionalidad. Pragmatismo. Militancia. Estrategia electoral. Todo un desafío para la cúpula camporista.