Luego de confirmados los casos de dopaje por la Usada y la UCI, Lance Armstrong comenzó una vida nueva sin el ciclismo y tratando de seguir adelante frente a la opinión pública que lo calificó de tramposo. El estadounidense aseguró que no descuida su lucha contra el cáncer y que su vida cambió completamente, en una entrevista con el diario Oest France.
"Me estoy dedicando a la lucha contra el cáncer. Mis prioridades han cambiado, y todavía más después de la muerte de mi amigo Robin Williams. He entendido que debemos aprovechar todos los momentos al máximo", explicó.
La última confesión pública en la TV estadounidense en 2013, cuando aceptó haberse dopado, afectó su imagen al máximo, y explicó al periódico francés que no tiene más nada que decir al respecto: "Ya he dicho todo en la televisión. Hoy lucho con las consecuencias de estas declaraciones. Es un largo túnel del cual espero salir tarde o temprano".
La bicicleta ya no es indispensable para su vida. "No me entreno mucho, no más de una vez a la semana. Y cuando lo hago, la mayoría de las veces es con una mountain bike", reveló Armstrong tras participar en una competencia para aficionados de 125 km.
Ya no sigue el día a día, asegura no saber más que los resultados y que alguna vez lee noticias de los periódicos, "pero sin entrar en el detalle". Y por último explicó sus motivos: "Simplemente he pasado página. Basta decir que el final de mi carrera fue muy complicado. Pues mi vida hoy es como un casino".