Nueva orden de desalojo contra los ocupadores del hotel Bauen

El Juzgado Nacional en lo Comercial Nº 9, a cargo de la magistrada Paula Hualde, ordenó restituir su posesión a los legítimos dueños del hotel Bauen, que en la actualidad está siendo gestionado por una cooperativa de trabajo. Según publicó el diario La Nación, la jueza dispuso que las instalaciones y el edificio sean desalojados, aunque no dio precisiones sobre cuándo ni quién deberá encargarse del operativo.

Hualde sostuvo que desde el cierre de la etapa de negociaciones entre las partes, hace 15 días, la Cooperativa de Trabajo Bauen Limitada, que ocupa el edificio, no realizó "presentación alguna", por lo que, ante el vencimiento de los plazos, decidió restituir a sus dueños el inmueble ubicado en Callao 360.

No es la primera vez que los ocupantes del hotel Bauen enfrentan este tipo de intimaciones judiciales. En 2005, la Justicia reconoció el derecho de los trabajadores a mantenerse dentro del hotel, aunque no les permitía funcionar como empresa. Rápidamente, las entradas fueron selladas con cinta oficial, pero de inmediato las retiraron los empleados y continuaron con la gestión.

En 2006, la jueza Carla Cavaliere suspendió la orden de clausura. Pero un nuevo revés judicial asomó en junio de 2007, con la emisión de una nueva orden de desalojo. En julio de 2011, la Corte Suprema de Justicia rechazó los recursos de queja, por lo que el expediente regresó a primera instancia para la ejecución de la sentencia.

El edificio fue construido por el empresario Marcelo Iurcovich, a partir de los créditos oficiales en 1978 para ampliar la capacidad hotelera para albergar a los turistas que llegaron al país para presenciar el Mundial de fútbol. En 1997, Iurcovich acordó con el grupo chileno Solari para desprenderse del hotel en u$s17 millones. Años después, la empresa quebró y transfirió el hotel a Mercoteles, propiedad de Hugo Iurcovich.

El hotel Bauen cuenta con 222 habitaciones, ocho salones para reuniones y un teatro de 400 butacas. Desde su recuperación, el edificio se convirtió en sede de actividades políticas y culturales, principalmente organizadas por agrupaciones de izquierda.