La Presidente afirmó ante la ONU que el país es víctima de "terrorismo financiero"

Al brindar su discurso ante la 69 Asamblea General de las Naciones Unidas, la presidente Cristina Kirchner sostuvo que la Argentina "es un triple leading case en materia económica financiera, en materia de terrorismo y seguridad y también en materia integridad territorial". Y señaló que el país es víctima de "terrorismo financiero".

En el inicio de su alocución, la jefa de Estado indicó: "Creo que gran parte de los problemas que tenemos financieros, en materia de terrorismo y seguridad, en materia de guerra y paz, se debe a la ausencia de una multilateralidad efectiva y concreta".

Luego agradeció a la ONU la aprobación de la creación de un marco regulatorio para las reestructuraciones de deuda soberana y pidió que se ponga en marcha antes de la próxima Asamblea General de 2015, "para que a ningún otro país le pase lo que hoy le está pasando a la Argentina". El tema le dio pie para abocarse a la deuda externa argentina y los conflictos que enfrenta con los holdouts, cuestión que dominó buena parte de los 35 minutos de exposición que hizo.

La mandataria repasó los orígenes del endeudamiento doméstico y mencionó los avances que se lograron en ese sentido en la gestión del kirchnerismo. Precisó que se pagaron 190.000 millones de dólares desde 2003 a la fecha y se logró la aceptación del 92,4% de los acreedores. Y resaltó la cancelación de los pasivos con el FMI, el acuerdo con el Club de París, el CIADI, y Repsol. "Todo esto lo hemos hecho además con recursos propios, sin acceso al mercado de capitales", observó.

Apuntó entonces contra los tenedores de bonos que ingresaron al canje y que hoy, mediante el litigio judicial que se lleva adelante en la Justicia de los EEUU, lograron impedir el pago a los que sí lo hicieron. Los identificó, como es su costumbre, con el término fondos buitre, que atribuyó al ex premier británico Gordon Brown, quien en 2002 –recordó– definió a los holdouts como "indignos moralmente".

Al respecto, la jefa de Estado subrayó que el grupo que hoy mantiene la disputa judicial con el país apenas representa el 1% de los acreedores. "Mientras no hay un tratado internacional, por más cláusulas que impongan sobre las reestructuraciones, no faltará algún juez como (Thomas) Griesa que diga que eso no vale nada y quiera imponer tasas usurarias", añadió.

Denunció que los holdouts "amenazan y hostigan a nuestro país, provocando infamias y calumnias, de modo tal de actuar como verdaderos desestabilizadores, casi como un terrorismo financiero". Y agregó: "No solo son terroristas los que ponen bombas, sino también quienes desestabilizan la economía de un país y provocan miseria y pobreza desde el pecado de la especulación", afirmó para sostener su pedido de que se avance con celeridad en la reglamentación cuya discusión impulsó el Gobierno, auspiciada por el G77 más China.

Cristina Kirchner se mostró convencida de que "un equilibrio que ataque las desigualdades entre los países va a ser un gran antídoto contra quienes reclutan jóvenes y los enrolan en cruzadas locas que luego tenemos que lamentar". La referencia se remitía al grupo yihadista ISIS, que fue centro de las expresiones de preocupación en la jornada por sus brutales métodos para imponer su fundamentalismo en Irak y Siria.

Sobre ese tema, marcó que existen naciones y grupos que el año pasado eran presentados como "enemigos" por algunas potencias, y que hoy son aliados circunstanciales para determinados casos, como la lucha contra el Ejército Islámico. "Los que ayer eran malos, hoy no parecen tan malos; los que ayer tenían que ser invadidos, hoy tienen que colaborar", dijo.

"Desde las grandes potencias se cambia con demasiada facilidad el concepto de amigo-enemigo, de terroristas. No podemos seguir usando la política internacional para dirimir posiciones de poder", continuó. Y contó, "como dato de color", que la Justicia argentina investiga dos amenazas que recibió la mandataria supuestamente del ISIS, cuestión que reveló el sábado desde Roma. Según dijo, los motivos eran su "cercanía al Papa" y su posición en el conflicto que enfrenta a israelíes y palestinos por el territorio (aprovechó esa ocasión para renovar su pedido que haya un Estado palestino).

Recordó allí la vista que hizo días atrás al papa Francisco en El Vaticano, e hizo llegar a la Asamblea General de la ONU su "mensaje de paz". "En épocas de buitres económicos y halcones de la guerra, necesitamos más palomas de la paz para construir un mundo más seguro", acotó.

En otro tramo de su discurso, la Presidente defendió el memorándum que firmó hace un año y medio con Irán, que desde entonces no ha podido entrar en vigor por la negativa de las autoridades de ese país a cumplir el trámite legal para instrumentarlo. Pero no fue ese el eje de su mención, sino que el acuerdo "despertó los demonios internos y externos".

Señaló que las entidades de representación de la comunidad judía en el país, que hasta ese momento habían acompañado las acciones del Gobierno para avanzar en la causa por el atentado de la AMIA, "cuando se decide hacer la cooperación" los "acusan de complicidad".

Como el atentado a la AMIA, otro tópico que retomó en su exposición tal como lo hiciera en ocasiones anteriores- fue el reclamo por la sobernía de las Islas Malvinas.

"Tenemos pendiente desde hace más de 100 años con el Reino Unido el reclamo de soberanía y el pedido de esta Asamblea para que se siente a discutir". Y se quejó de que los cincos miembros permanentes del Consejo de Seguridad tengan poder de veto.