"Las FARC hicieron planteos más razonables ahora que años atrás"

Antonio Navarro Wolff es un guerrillero desmovilizado. Tras integrar el M-19, disuelto en 1990, logró insertarse en la vida institucional de Colombia. En diálogo con Infobae, dio su análisis sobre el proceso de paz

Compartir
Compartir articulo
 AFP 163
AFP 163

¿Es posible lograr el fin del conflicto armado en Colombia después de 50 años, miles de muertos y millones de desplazados? El actual proceso de paz, iniciado por el gobierno de Juan Manuel Santos con las FARC en noviembre de 2012, al menos genera la esperanza de que sí. En comunicación con Infobae, el senador Antonio Navarro Wolff, ex guerrillero y partícipe de negociaciones anteriores, sostuvo que la paz en el país parece ser posible.

"Hay procesos que se hacen para la paz y otros que se hicieron para la guerra", afirma categórico. Según remarca, en los diálogos anteriores, las FARC intentaron conseguir treguas, pero no pretendían el fin de su existencia como grupo insurgente. "Buscaban la victoria de las armas. Lo que estamos viendo es que los planteos de las FARC son mucho más razonables ahora que años atrás", afirma Navarro.

De acuerdo con el político colombiano, al principio había desconfianza en la ciudadanía, pero en los últimos meses ha aumentado la expectativa y la probabilidad de que se alcance un acuerdo final entre el Gobierno y los guerrilleros es alta. "Los acuerdos en La Habana son factibles, no exagerados" en comparación con las otras negociaciones, indica. "Hasta son modestos", agrega.

Los puntos en los que ya hubo consenso son la cuestión agraria, la participación política de la guerrilla y las drogas ilícitas, mientras que en La Habana se avanza en la reparación de las víctimas y el abandono de las armas. Para Navarro, el sumarse a la vida política y el desarme son centrales. "Hay indicios de que la guerrilla consideraría el acuerdo como un triunfo. Para ellos, sería ganar la guerra, mientras que si siguen con el conflicto armado, no tendrían esa perspectiva de victoria", explica.

"La idea no es que busquen el poder con las armas, sino con los votos"

La voluntad de las FARC, autoras de cientos de atentados y homicidios en Colombia, es la bisagra para el fin del conflicto. "La idea no es que busquen el poder con las armas, sino con los votos", deja en claro Navarro. Y eso él lo sabe mejor que nadie. Hasta 1990, integraba el Movimiento 19 de abril (M-19), un grupo que pasó a la clandestinidad en denuncia de un supuesto fraude electoral en la década del 80.

Tras participar en los procesos de paz convocados en 1985 y 1990 por los ex presidentes Belisario Betancur y Virgilio Barco, el M-19 depuso las armas a cambio de la conformación de una Asamblea Nacional Constituyente para que reformara la carta magna y se permitiera el ingreso de nuevas formaciones políticas, rompiendo la hegemonía bipartidista de liberales y conservadores.

El líder de la agrupación, Carlos Pizarro, fue ejecutado por orden del ex jefe de sicarios del sanguinario capo narco Pablo Escobar, Jhon Jairo Velásquez Vásquez, alias "Popeye", quien quedó en libertad esta semana. Pizarro había logrado postularse para las elecciones presidenciales de 1990, y fue asesinado al igual que los otros postulantes Luis Carlos Galán y Bernardo Jaramillo. Navarro ocupó su lugar, haciendo campaña "sin salir a la calle durante 45 días", aunque el vencedor de los comicios fue César Gaviria Trujillo.

Pero, desde entonces, Navarro se integró completamente a la vida institucional colombiana. En 1991, fue uno de los tres presidentes de la Asamblea que redactó el nuevo texto constitucional. Se desempeñó como ministro de Salud, volvió a postularse a las elecciones presidenciales de 1994 y fue alcalde de Pasto entre 1995 y 1997.

Un año después, llegó al Congreso, donde se quedó primero como diputado y después como senador hasta 2006. En 2007, fue elegido gobernador de Nariño y luego fue secretario de Gustavo Petro, el actual alcalde de Bogotá. En los últimos comicios legislativos, encabezó la lista de la Alianza Verde y regresó al Senado, donde espera jugar un papel clave en el proceso de paz.

El Congreso, como órgano de poder, deberá mostrar su aprobación a los acuerdos de paz alcanzados entre el gobierno y las FARC. Navarro dice que los apoyará, pero que los examinará en detalle porque "no deben ser un cheque en blanco". "Eso y el que dejen las armas es esencial. El desarme es la regla. Si se desarman, habremos logrado el propósito de la paz", concluye.