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La aviación israelí atacó nueve blancos sirios -incluidos cuarteles militares- en la madrugada del lunes como respuesta al atentado cometido por el régimen de Bashar al Assad, cuyas tropas dispararon un misil contra un coche civil cerca de la frontera, en los Altos del Golán, de acuerdo con un reporte de The Jerusalem Post. Un niño de 14 años fue muerto, mientras que otras tres personas resultaron heridas.
Según informó el Ministerio de Defensa, Muhammad Karaka acompañaba a su padre –operario de construcción en esa cartera- en su primer día de vacaciones de verano. Era natural de la aldea árabe-israelí de Arabe, en la Galilea. El suceso se produjo poco antes del mediodía cuando las cuatro víctimas se encontraban cerca de la verja fronteriza, en una zona conocida como Tel Hezka.
El teniente coronel Peter Lerner, vocero militar para medios extranjeros, destacó que en este caso no se trata de un proyectil disparado contra blancos en Siria y que por error llegó a la meseta, sino que por su trayectoria fue disparado deliberadamente contra el vehículo.
"No ha sido un proyectil errante como otras veces, ha sido un ataque deliberado contra un vehículo civil. No sabemos aún si fue un mortero, un cohete o un proyectil de tanque, pero cruzó la zona de este a oeste e impactó en el vehículo", afirmó.
El ataque es el peor en esa zona desde que comenzó la guerra civil en Siria en 2011. La Policía y el Ejército, que ha respondido con fuego de artillería contra la zona de la que provino el proyectil, todavía investiga los hechos.
El vehículo en el que viajaba Karaka se encontraba junto a la verja fronteriza del Golán, territorio que Israel ocupa desde 1967 y que en los últimos tres años ha sufrido numerosos ataques en relación con el conflicto armado en el país vecino.
A raíz de la guerra civil en Siria, el Ejército israelí ha reforzado en los últimos meses la verja colocada después de la Guerra del Yom Kipur de 1973, y las víctimas trabajaban en el proyecto. El 80 por ciento de la zona fronteriza con Israel está manos de grupos rebeldes, algunos de ellos extremistas islámicos, mientras que el 20% restante lo sigue controlando el Ejército sirio.
El atentado coincide con una espiral de tensión en la zona por el presunto secuestro de tres jóvenes israelíes en un cruce de Cisjordania hace nueve días por el grupo terrorista Hamas y la muerte de cinco palestinos por las fuerzas militares que participan en la operación de búsqueda.