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El hijo de Servando Gómez Martínez, máximo líder del cártel de los Caballeros Templarios, fue apresado en el municipio de Arteaga, informaron en un comunicado conjunto, las secretarías de Gobernación (Interior), de la Defensa Nacional y de Marina, así como la Procuraduría General de la República (fiscalía).
Indicaron que a raíz de labores de inteligencia en la región de Tierra Caliente, "elementos de la Policía Federal determinaron la zona en donde se presumía estaban ocultos presuntos responsables de los delitos de tráfico de droga, extorsiones y homicidios, por lo que establecieron patrullajes de rastreo y vigilancia en el referido municipio".
Añadieron que durante la mañana del sábado, las fuerzas federales observaron a un individuo que trató de huir al descubrir la presencia de los uniformados, al que dieron alcance y capturaron antes de que pudiera oponer resistencia.
El arrestado llevaba un bolso de piel en cuyo interior ocultaba un arma corta calibre 45, abastecida con ocho cartuchos útiles, además de una bolsa de plástico con alrededor de medio kilo "de una sustancia granulosa, con las características de la droga sintética".
El detenido se identificó como Huber Gómez Patiño y dijo ser hijo de Servando Gómez Martínez, y amenazó a los agentes con que serían asesinados si no lo dejaban en libertad, informó el comunicado.
Los agentes pusieron a Gómez Patiño a disposición del Ministerio Público de la Federación por portación ilegal de un arma de fuego y posesión de droga, para que se determine su situación jurídica, agregó.
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Radiografía del cártel
La banda de los Caballeros Templarios, que nació como escisión de La Familia Michoacana en diciembre del 2010, es acusada de tráfico de drogas, secuestros, desapariciones, homicidios, abusos sexuales, extorsiones, amenazas y exportación ilegal de minerales en Michoacán.
Habitantes de numerosos municipios de Michoacán se alzaron en armas a principios del año pasado, formando grupos de autodefensa para hacer frente a los "templarios" en vista de la incapacidad o pasividad del gobierno estatal frente a este grupo criminal.
El avance de estos grupos armados y la persistente violencia del crimen organizado motivaron al gobierno federal a lanzar en enero pasado una masiva operación militar y policial en Michoacán, y a nombrar a un comisionado especial para la seguridad y el desarrollo del estado.
Como resultado de la intervención federal fueron abatidos Nazario Moreno González, alias "El Chayo", y Enrique Plancarte Solís, alias "La Chiva", números uno y dos en la línea de mando de la organización criminal.
Asimismo, fue detenido Dionicio Loya Plancarte, alias "El Tío", tío de "La Chiva" y número tres al mando de los "templarios, por lo que Servando Gómez Martínez, alias "La Tuta", asumió el liderazgo de la banda.
El gobierno federal ofrece una recompensa de 30 millones de pesos (unos 2,3 millones de dólares) por informes que lleven a la captura de Servando Gómez.
Las autoridades han hallado una serie de videos de supuestas reuniones entre el capo y alcaldes, funcionarios estatales y empresarios.
Estos videos derivaron en la captura de Jesús Reyna García, ex gobernador interino de Michoacán, y de Arquímides Oseguera Solorio, quien fuera alcalde del municipio de Lázaro Cárdenas.
En los últimos días ha trascendido una supuesta fotografía donde se observa a Servando Gómez en un encuentro con Rodrigo Vallejo Mora, hijo de Fausto Vallejo Figueroa, quien renunció el martes pasado a su cargo de gobernador de Michoacán argumentando motivos de salud.
Mientras tanto, autoridades de Michoacán confirmaron la captura de José Manuel Chacón, un peligroso jefe de sicarios de los "templarios", conocido como "El Niño de Oro" o "El Licenciado".
Chacón fue detenido cuando conducía un vehículo en la lujosa zona residencial de Chapultepec en Morelia, capital del estado.
Tras bajar del vehículo, Chacón portaba un bolso de piel con una granada de fragmentación en su interior, la cual intentó hacer estallar pero fue sometido por policías estatales.
El detenido dijo recibir órdenes directas de Servando Gómez y controlar el tráfico de droga en Morelia y municipios cercanos, donde ordenó decenas de secuestros, extorsiones y asesinatos.
En el interior del vehículo llevaba uniformes policiales falsos, droga y un rifle automático conocido como AR-15 con un aditamento lanzagranadas.