Radiografía de la infidelidad en América Latina

Una empresa de contactos sexuales extramaritales que opera en la región estudió los patrones detrás de las "aventuras" de sus usuarios. Sepa si su matrimonio corre riesgo

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Según la empresa de contactos sexuales extramaritales Ashley Madison, que tiene 1,3 millones de clientes en la región, las aventuras comienzan a buscarse tras cuatro o cinco años de matrimonio.

Ashley Madison, presente en Argentina, Brasil, Colombia, Chile, México y Venezuela, ha podido determinar algunos de los patrones de conducta de los infieles en la región gracias a sus clientes.

Los brasileños, por ejemplo, son los más arriesgados cuando son infieles; los mexicanos, los que tienen mayores preferencias por las aventuras durante los viajes de negocios; los argentinos quieren sexo desde el primer encuentro; a los chilenos no les gustan los hoteles para sus citas y los colombianos y venezolanos son los más rápidos para encontrar pareja extramarital.

David Benoliel, vicepresidente de operaciones para América Latina de Ashley Madison, empresa con 17 millones de clientes en todo el mundo, dijo este lunes a EFE que la demanda de citas suele repuntar los lunes por la mañana, tras un fin de semana casero, y después de las vacaciones de Navidad y de verano.

También, señaló, son propicios los días inmediatamente después de la celebración de ciertas fechas como el 14 de febrero, San Valentín, el patrón de los enamorados.

Es así porque después de que marido y mujer pasan unos días juntos, los "problemas matrimoniales parecen mayores" y piensan "en la vida que llevan" o sienten desilusión porque su pareja no cumplió sus expectativas, subrayó.

Según Benoliel, la mayoría de los usuarios de Ashley Madison busca un contacto físico, aunque hay también personas que sólo quieren "flirtear" o tener una "relación virtual".

La empresa ofrece servicio gratuito a las mujeres, que representan el 35% de su clientela y están en aumento, pues las esposas también buscan salir de la rutina, dijo el directivo.

Un estudio reciente realizado por esta empresa en los países latinoamericanos en los que está presente revela algunas tendencias sexuales de sus clientes.

Los hombres y las mujeres venezolanos son los que más prefieren que la primera cita tenga lugar en un hotel (74%), seguidos por los colombianos (59%), mexicanos (57%), argentinos (54%) y brasileños (51%).

Los chilenos son los únicos que mayoritariamente buscan otro lugar para el primer encuentro.

La coordinadora de operaciones de la compañía para América Latina, la colombiana Daniela Torres, destacó además que un 16% de los brasileños, los amantes más "arriesgados", acostumbra a llevar a su amante a su propia casa.

Un 36% de los chilenos y un 32% de los argentinos aseguraron que tardan más de dos semanas en dar con la persona indicada, mientras que los clientes de Colombia y México logran hallar a su próximo amante en menos de una semana.

Argentinos y brasileños fueron claros en su preferencia por tener relaciones sexuales en la primera cita, con un 69% y un 65%, respectivamente; lo que, según Benoliel, se debe a que son "más directos" y "sin tiempo que perder".

Los más conservadores en este aspecto fueron los venezolanos y los chilenos, pues el 59% y 53%, respectivamente, dijeron que preferían no "hacerlo" en esta primera ocasión.

El 57% de los brasileños y el 52% de los colombianos dijeron preferir que los encuentros sexuales se realicen en horario laboral, mientras que los chilenos (18%) y los mexicanos (10%) optaron por buscar otros momentos para sus aventuras extramaritales.

Sobre los motivos para ser infieles, el 40% de los usuarios masculinos de Ashley Madison en Venezuela y el 38% de los de Argentina dijeron que era para volver a "sentirse hombres", mientras que un 37% de los chilenos dijo que con estas aventuras buscan realizar sus fantasías y dar rienda suelta a sus fetichismos.

Torres indicó que en México la infidelidad, aunque es un tema tabú, es una práctica habitual y se maneja una "doble moral".

El 52% de los encuestados en México afirmó que aprovechan sus viajes de negocios para tener sus deslices, frente a solo un 3% de los brasileños.