Las inspiradoras historias de 3 mujeres cajamarquinas que rompieron barreras para aprender a leer y escribir

María Inocenta, Aurora y María Adriana cuentan cómo se armaron de valor para desafiar los roles de género que se les impusieron desde pequeñas. Ellas, a través del programa gratuito de alfabetización de la Fundación Dispurse y con el apoyo de sus familias, finalmente lograron alcanzar uno de sus objetivos

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De acuerdo al INEI, al año 2022, el índice de mujeres de 15 años a más que no sabían leer o escribir llegaba al 7,5%. (Vídeo: Fundación Dispurse)

A sus 44 años, Aurora Tacilla Dilas vive con su esposo e hijos en una pequeña casa ubicada en el caserío de Cerrillo, en Cajamarca. Desde pequeña, ella siempre supo que era importante aprender a leer y escribir; sin embargo, diversas situaciones la llevaron a abandonar sus estudios cuando solo cursaba el 2º grado de primaria y la oportunidad de retomarlos no se presentó hasta hace cerca de un año.

Su historia, pese a estar llena de desafíos e injusticias, para los cuales requirió de una fortaleza envidiable, ha hecho que ella pueda sentir el respaldo de sus seres queridos en aspectos que jamás había considerado, ya sea a través de mensajes de apoyo de sus descendientes o de los consejos de su pareja. No obstante, lamentablemente, la incidencia de analfabetismo en el Perú es un problema que parece no terminar.

Cajamarca es una de las zonas del Perú más afectadas por la pobreza. - Crédito: composición Infobae Perú
Cajamarca es una de las zonas del Perú más afectadas por la pobreza. - Crédito: composición Infobae Perú

De acuerdo al Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), a través del documento ‘Brechas de Género 2023: avances hacia la igualdad de mujeres y hombres’, al año 2022, el índice de mujeres de 15 años a más que no sabían leer o escribir llegaba al 7,5%, cifra superior en casi tres veces que la de los hombres del mismo rango de edad (2,7%).

“Entre la población adulta, la brecha de género es todavía amplia, principalmente en las adultas mayores, dado que aún en el país una cuarta parte (23,4%) de las mujeres adultas mayores son analfabetas y, en el caso de los hombres adultos mayores, la tasa de analfabetismo se ubica en 6,4%”, precisa el texto.
Cajamarca es una de las zonas del Perú más afectadas por la pobreza. - Crédito: Fundación Dispurse
Cajamarca es una de las zonas del Perú más afectadas por la pobreza. - Crédito: Fundación Dispurse

Oportunidades para mí y para todas

Todo lo expuesto supone una realidad de la que Aurora es testigo día a día. En conversación con Infobae Perú, ella cuenta cómo la iniciativa de alfabetización gratuita que le brindó la Fundación Dispurse, una organización sueca cuyo propósito es luchar contra la pobreza a través de la educación, le ha mostrado posibilidades que hace mucho pensó olvidadas.

Sin embargo, espera que su historia se convierta en la realidad de todas las mujeres de su localidad, sobre todo porque, aún hoy, lamenta que haya algunas compañeras que no sepan leer ningún número o entender la hora que marcan los relojes de sus hogares.

“Yo voy mejorando, necesito practicar masomenos dejando un día. Espero aprender y escribir un poco más porque aún no lo hago muy bien: me gustaría escribir y leer bien. Como tengo una tienda en mi casa, podría así sacar cuentas, anotar rápido porque a veces demoro, quiero poder ser más ágil para que crezca mi negocio”, detalla.
Cajamarca es una de las zonas del Perú más afectadas por la pobreza. - Crédito: Fundación Dispurse
Cajamarca es una de las zonas del Perú más afectadas por la pobreza. - Crédito: Fundación Dispurse

Cajamarca, la región con mayor índice de pobreza

Si bien el nivel socioeconómico supone un factor decisivo en la tasa de analfabetismo, lo cierto es que la brecha de género también juega un papel determinante que solo agrava la condición de la población femenina que vive en las zonas rurales del Perú.

Así lo evidenció el estudio ya mencionado del INEI, puesto que —al año 2022— dicha problemática afectó a una quinta parte de mujeres de 15 años a más en Huánuco. En tanto, en los departamentos de Apurímac, Cajamarca, Cusco y Ayacucho aquejó a una proporción de féminas que varía entre el 15,5% y el 17,4%.

María Inocenta Rafael Llanos, una ciudadana de 53 años que también proviene del caserío de Cerrillo, era una de ellas, pero todo cambió cuando un grupo de jóvenes representantes del programa de la Fundación Dispurse llegó a su hogar con el objetivo de inscribirla en sus clases de lectura y escritura.

Cajamarca es una de las zonas del Perú más afectadas por la pobreza. - Crédito: Fundación Dispurse
Cajamarca es una de las zonas del Perú más afectadas por la pobreza. - Crédito: Fundación Dispurse

En diálogo con Infobae Perú, ella recuerda lo complicado que resultó empezar desde cero y embarcarse en una aventura a la que, después de todo, califica como “emocionante”. Y, aunque no ha sido fácil, considera que el apoyo de su familia se convirtió en un punto clave para lograr alcanzar sus objetivos.

“Por estos días, gracias a Dios, sigo aprendiendo y ya estoy identificando las letras que no conocía, voy reconocimiendo las vocales poco a poco. Y ya puedo escribir mi nombre también, con qué letra puedo escribir, estoy mejorando. Me animó el poder hacerlo por mí misma, porque era bien difícil para mí, pero me alegró cuando me dijeron que podría aprender”, relata.

La situación que rodea el aprendizaje de María Inocenta se torna especialmente difícil si se tiene en cuenta el último reporte del INEI, el cual tuvo un retraso en su publicación y que reveló que 9 millones 780 mil 540 personas se encuentran en condición de pobreza en el Perú. Dichos índices son mucho más altos en cuatro departamentos del país, entre los cuales Cajamarca ocupa el primer lugar, con una afectación al 44,5% de sus ciudadanos.

Cajamarca es una de las zonas del Perú más afectadas por la pobreza. - Crédito: Fundación Dispurse
Cajamarca es una de las zonas del Perú más afectadas por la pobreza. - Crédito: Fundación Dispurse

La familia como la principal red de apoyo

En el caso de María Adriana Sánchez Galán, de 36 años y también residente del caserío de Cerrillo, la oportunidad de formar parte del programa de alfabetización llegó de manera sorpresiva. Una mañana, como muchas otras, ella había acudido a visitar a su mamá, quien vive en una zona más alejada, y fue ella precisamente la que le contó sobre las clases y la animó a que se inscribiera.

“No sabía leer nada, pero mi hijita también me está enseñando, ella está en primero de secundaria y practicamos juntas. Y los profesores también me ayudan. Mi pareja también me apoya, cuando le dije que me iba a inscribir, él me dijo que estaba muy bien. Ya sé las vocales, así que me siento feliz porque estoy aprendiendo”, afirma para Infobae Perú.

Entre los tantos recuerdos de situaciones a las que tuvo que hacer frente por este tema, María Adriana recuerda especialmente una que le dejó huella porque la ayudó a terminar de armarse de valor para empezar a aprender a leer y escribir: como era costumbre, ella acudió a una de las reuniones de padres y madres de familia que organizaban en la escuela de su pequeña; sin embargo, esta vez, al culminar el encuentro, les pidieron que firmaran su asistencia.

Cajamarca es una de las zonas del Perú más afectadas por la pobreza. - Crédito: Fundación Dispurse
Cajamarca es una de las zonas del Perú más afectadas por la pobreza. - Crédito: Fundación Dispurse

Tras un incómodo momento con uno de los docentes, finalmente decidió que había llegado el momento. Ahora, se anima, incluso, a alentar a otras mujeres que se encuentren en la misma situación y las anima a no dejarse llevar por el temor.

Programa de alfabetización gratuito

Además de su apoyo indirecto en Cerro de Pasco, La Libertad y Lima, la elección de Cajamarca y Cusco como los puntos a los que llegan con mayor incidencia los programas de la Fundación Dispurse no es casualidad. De acuerdo a Ruth Anastacio, gerente de operaciones de la organización, esto se debe a una lectura de la realidad realizada a nivel de todo el continente, puesto que la finalidad es apuntar a las poblaciones que se encuentran más desatendidas.

“Para llegar a la población que más nos necesita, es clave el tema tecnológico, pero no solamente porque sea más sencillo acceder a la educación así, sino también porque se puede acomodar a los tiempos y a la dinámica que maneja una persona adulta, con una familia y un trabajo (...). La tecnología de las tablets y el desarrollo de nuestra aplicación siempre han estado pensados para que puedan estudiar de forma autónoma y no requieren de conectividad (solo en momentos muy puntuales), aunque también complementamos con sesiones grupales para asegurar un aprendizaje de mayor calidad”, detalla.
Cajamarca es una de las zonas del Perú más afectadas por la pobreza. - Crédito: Fundación Dispurse
Cajamarca es una de las zonas del Perú más afectadas por la pobreza. - Crédito: Fundación Dispurse

De esta forma, el programa de alfabetización apunta que las personas aprendan a leer, escribir y realizar cálculos básicos mediante la implementación de tres características claves: funcional, porque estos aprendizajes deben ser aplicados en la vida cotidiana; digital, porque la principal herramienta es un aplicativo que se opera desde la tablet; y crítica, porque debe ser de una manera que dé lugar al cuestionamiento, sin ser pegada a la letra.

Las lecciones no se limitan solo a la población femenina, ya que están dirigidas a todas las personas mayores de 15 años que deseen aprender a leer y escribir. Según Anastacio, lo ideal es que manejen un equipo que les permita llevar cada sesión; sin embargo, también cuentan con una campaña permanente que motiva a que la ciudadanía en general pueda donar estos aparatos tecnológicos para la difusión de la iniciativa.

Cajamarca es una de las zonas del Perú más afectadas por la pobreza. - Crédito: Fundación Dispurse
Cajamarca es una de las zonas del Perú más afectadas por la pobreza. - Crédito: Fundación Dispurse

Finalmente, además del mencionado apoyo individual, la especialista destaca la importancia de contar con el respaldo de las autoridades a fin de obtener mejoras en el sector educación y de reducir los lamentables índices de pobreza que afectan a las poblaciones más vulnerables del país, lo que sería posible si desde el Estado se empezara a implementar herramientas que doten de oportunidades a los ciudadanos y permitan hacer frente a problemas puntuales, como el analfabetismo.

Todas las personas, sin importar su nivel socioeconómico, merecen tener opciones de crecimiento profesional y personal, y las historias de estas tres mujeres son una prueba más de que es posible conseguirlo.

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