Arequipa registra una alarmante caída del 75% en la llegada de turistas desde 2012

Arequipa, reconocida por su rica historia y patrimonio cultural, enfrenta una marcada disminución en la afluencia de turistas, que ha alcanzado una alarmante reducción del 75% desde el año 2012. Esta situación ha generado preocupación entre las autoridades y la comunidad local, dadas las implicaciones económicas y sociales que el turismo representa para la región.

La disminución en el número de visitantes se ha hecho notoria, especialmente cuando se compara con la cantidad de turistas que acuden a otros destinos con características similares alrededor del mundo.

Según Walter Bustamante Cano, presidente de Cámara Regional de Entidades Turísticas de Arequipa (Caretur), en declaraciones a Exitosa hace unas semanas, la ciudad ha visto una notable bajada en la llegada de turistas durante la última década. “En el 2012, tuvimos un récord histórico de 600 mil turistas que llegaron a Arequipa, ahora solo llegan 150.000, lo que significa la cuarta parte de las visitas en temporada alta”, expresó.

Bustamante comentó que año tras año, la región viene sufriendo una disminución de visitantes del 10% en la temporada alta, vale decir entre los meses de junio y agosto, período que coincide con el invierno seco de la región, lo que proporciona condiciones ideales para explorar sus atractivos turísticos, como el Cañón del Colca, la Plaza de Armas, y sus diversos museos y edificaciones coloniales.

De acuerdo al presidente de Caretur Arequipa, entre las principales causas detrás de esta tendencia descendente, se identifica la percepción negativa relacionada con la seguridad y la calidad de los servicios turísticos en el país. Esto, sumado a una promoción turística insuficiente tanto a nivel nacional como internacional, ha contribuido significativamente a la disminución del flujo de visitantes hacia Arequipa.

La deficiencia en la infraestructura vial figura, también, como un obstáculo adicional, limitando el acceso a los diferentes puntos de interés y afectando directamente la experiencia de los viajeros, y a la economía de la región.

Recientemente, la titular del Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur), Elizabeth Galdo, anunció la ambiciosa meta de recibir 3.5 millones de turistas internacionales para el año en curso, superando en un millón la cifra del 2023. Sin embargo, el presidente de la Cámara Regional de Entidades Turísticas de Arequipa (Caretur), Walter Bustamante Cano, mostró su escepticismo respecto a alcanzar este objetivo.

Bustamante criticó la gestión ministerial desde el inicio de la pandemia del COVID-19, argumentando que Perú se encuentra rezagado respecto a otros países de la región. “Desde la pandemia hasta la fecha ningún ministro logra hacer un buen trabajo. Perú está por debajo de países como México, Brasil, Argentina y no por un millón de turistas, sino por más de cinco o hasta 10 millones”, indicó al Diario Viral de Arequipa y expresó que, a pesar del potencial turístico del país, las acciones gubernamentales han sido insuficientes.

Entre sus demandas, Bustamante Cano enfatizó la necesidad de fortalecer el turismo interno y diversificar la promoción más allá de Machu Picchu, resaltando la belleza de otras regiones. Además, solicitó una renovación en el ministerio, señalando que algunos funcionarios “llevan años sin mostrar resultados” e instó a la ministra Galdo a cambiar a los responsables de la Comisión de Promoción del Perú para la Exportación y el Turismo (PromPerú) para impulsar un cambio efectivo.

Arequipa cuenta con un considerable potencial cultural y gastronómico que podría ser clave para revertir la situación actual. La región es cuna de una tradición culinaria rica y variada, además de ser hogar de una diversidad cultural que resulta atractiva para visitantes nacionales e internacionales en búsqueda de experiencias novedosas.

Dichas cualidades fueron reconocidas por National Geographic Travel y calificó a Arequipa como el nuevo epicentro de la gastronomía en Perú, destacándose por sus picanterías tradicionales, las cuales ofrecen una rica variedad de platos emblemáticos como el rocoto relleno, la ocopa, chicha de guiñapo y el chupe de camarones.

La valorización de Arequipa se debe gracias a la preservación de técnicas culinarias ancestrales, como la cocción a fuego de leña y el uso del batán, así como por el rol fundamental que desempeñan las picanteras, mujeres que no solo son expertas en la gastronomía local sino también símbolos de empoderamiento femenino y avance comunitario.

Este reconocimiento de National Geographic Travel no solo pone en relieve la diversidad y riqueza de la cocina arequipeña, sino que también la posiciona en el mapa como un destino imperdible para los amantes de la buena mesa y la cultura.