Las infecciones de transmisión sexual (ITS) que puedes tener sin saberlo porque apenas muestran síntomas

Un diagnóstico temprano de las ITS es crucial para recibir el tratamiento adecuado de inmediato sin complicaciones graves

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Muestra de clamidia (Shutterstock)
Muestra de clamidia (Shutterstock)
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El pasado 2023 fue un año de récords de infecciones por transmisión sexual (ITS) en España, según los registros del Instituto de Salud Carlos III. Desde 2010, los casos de gonorrea han crecido hasta en un 20%; seguido de la clamidia en un 18% entre 2016 y 2021 y de la sífilis, en un 8% entre 2014 y 2021. Pese a las campañas de sensibilización y concienciación respecto a las ITS, todavía son muchas las personas que se avergüenzan de buscar ayuda médica, dado el estigma que portan estas enfermedades.

No obstante, muchas personas no acuden a un profesional de la salud no por pudor, sino por desconocimiento. En ocasiones, las ITS no presentan apenas síntomas, por lo que puede ser realmente difícil detectar que padecemos una de ellas. Por ello es importante conocerlas para estar alerta de cualquier mínimo signo que pueda ser indicativo de que hemos contraído una ITS.

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Virus del papiloma humano (VPH)

Según la Ohio State University Wexner Medical Center, el VPH puede provocar verrugas en los genitales y en la zona anal. Si tenemos una buena salud general, es probable que nuestro cuerpo luche por sí solo contra la infección. Sin embargo, el VPH sin tratar puede incrementar el riesgo de sufrir cánceres de cérvix, vulva, vagina, ano o garganta.

Para tratar esta ITS, además de tomar precauciones durante el sexo y realizarse chequeos médicos periódicos, se debe consultar con un profesional de la salud por la vacuna contra el VPH, eficaz para prevenir estas infecciones.

Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH)

El VIH puede provocar fatiga, fiebre, inflamación de los ganglios linfáticos o dolor de garganta en sus primeras etapas y otros daños más o menos perceptibles en nuestro sistema inmunológico. Si no se trata el VIH, este puede desembocar en graves complicaciones, como el SIDA. Aunque no existe ninguna cura ni vacuna para el este virus, los tratamientos actuales antirretrovirales ofrecen a los pacientes la posibilidad de controlar la infección y llevar una vida normal.

Análisis de una muestra de sangre (Getty)
Análisis de una muestra de sangre (Getty)

Herpes genital

Los primeros signos del herpes genital suelen ser brote de úlceras alrededor de la zona genital y anal, aunque es cierto que puede no presentar ningún síntoma visible. Incluso con un herpes asintomático puede transmitirse entre parejas. La Clínica Mayo advierte que el herpes tampoco tiene cura ni vacuna, por lo que una vez que se contrae, es para toda vida. No obstante, los medicamentos antivirales ayudan a controlar los síntomas.

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Clamidia y gonorrea

Tanto la clamidia como la gonorrea pueden provocar inflamación y secreción uretral, cervical/vaginal y rectal, según Medline Plus, aunque tienden a ser asintomáticas cuando se presentan en la garganta o en el recto de las mujeres. Si no se trata, estas infecciones pueden extenderse al útero, las trompas de Falopio y los ovarios, provocando infertilidad y dolor pélvico crónico. En el caso de las mujeres embarazadas, pueden contagiar la infección a su bebé durante el parto y que este desarrolle infecciones oculares o neumonía. Ambas ITS pueden curarse con antibióticos, aunque lo mejor es prevenirlas con un sexo seguro.

Sífilis

La sífilis puede provocar úlceras en los genitales y en el ano, así como erupciones en varias zonas del cuerpo. Si no se diagnostica y se trata a tiempo, puede acarrear consigo una serie de infecciones muchos años después del contagio. En las mujeres embarazadas puede causar la muerte fetal o, si el bebé sobrevive, que estos desarrollen anomalías en los huesos, en los ojos o en el sistema nervioso. Normalmente, la penicilina suele bastar para tratar la sífilis correctamente, aunque para ello es necesario un diagnóstico temprano.

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