En Tibú fue destruido una refinería ilegal de combustible

En el municipio de Tibú, zona del Catatumbo (Norte de Santander), soldados del Ejército Nacional ubicaron y destruyeron una refinería ilegal de crudo, con más de 1.500 galones del conocido ‘pategrillo’.

En el desarrollo de operaciones militares enmarcadas en el Plan Ayacucho durante varios meses de trabajo, los uniformados llegaron hasta la vereda Las Palmas donde hallaron infraestructuras con capacidad para almacenar más de 6.000 galones de combustible, piscinas rudimentarias al aire libre, motobombas y plantas sopladoras.

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La cantidad de crudo está avaluado en 60 millones de pesos, y sería perteneciente a grupos armados del Catatumbo.

De acuerdo con lo que explicó el coronel Leonardo Ferreira comandante de la Fuerza Tarea Vulcano del Ejército Nacional, el producto hace un daño devastador ambiental en la zona, pues había sido ocupada más de una hectárea del terreno para instalar este complejo dedicado al procesamiento clandestino de combustible artesanal.

Informaciones de inteligencia indicaron que el petróleo es sustraído ilegalmente del oleoducto mediante válvulas no autorizadas. Posteriormente, este crudo es refinado de manera artesanal para producir un combustible conocido como pategrillo, el cual es utilizado en la elaboración de cocaína.

Es así como el Ejército Nacional continúa desarrollando operaciones militares que debilitan la amenaza en el departamento, en específico en la región del Catatumbo.

El Ejército Nacional de Colombia, en una maniobra coordinada con la Fuerza Aérea, golpeó fuertemente a las disidencias de las FARC al destruir una refinería ilegal en Nariño, un centro neurálgico de actividades ilícitas gestionado por la Estructura Urías Rondón.

Este acontecimiento tuvo lugar el lunes 22 de mayo de 2023, marcando un avance significativo en la lucha contra los grupos armados que fortalecen sus operaciones a través del narcotráfico y la explotación ilícita de recursos.

La operación no solo eliminó un punto crítico de procesamiento de petróleo, sino que también incautó más de 3.900 galones de este hidrocarburo, revelando la extensión de las operaciones ilegales que lleva a cabo este grupo. Las acciones de la Estructura Urías Rondón, vinculada a la disidencia del Frente 48 de las FARC, representan una amenaza tanto para la seguridad nacional como para el medio ambiente en la región suroccidental del país, afectando gravemente municipios como Tumaco y Llorente.

La refinería, según las autoridades, no solo se dedicaba a la refinación de petróleo, sino que podría estar ligada a la producción de sustancias para el narcotráfico, lo cual resalta el entramado criminal que vincula la explotación de recursos naturales con el tráfico de drogas.

La colaboración entre diferentes facciones del crimen organizado, incluyendo a La Estructura Urías Rondón y Los Monos, ha complicado el panorama de seguridad en departamentos como Nariño, Cauca y Valle del Cauca, creando zonas de alta influencia delincuencial que desafían la presencia del Estado colombiano.

En el marco del Plan de Campaña Ayacucho, impulsado por el Gobierno Nacional para enfrentar las amenazas transnacionales y el tráfico de drogas, se llevó a cabo una operación coordinada por el Comando Contra el Narcotráfico y Amenazas Transnacionales (Conat), con apoyo de efectivos de la Tercera División del Ejército Nacional, la Fuerza Aérea Colombiana y la Policía Nacional.

La misión se desarrolló en una zona rural del municipio de Santacruz de Guachaves, en el departamento de Nariño.

Durante la acción, las fuerzas especiales descubrieron y desarticularon un laboratorio clandestino de producción de clorhidrato de cocaína, oculto en la vegetación. Según reportes de las autoridades, este centro de operaciones ilegales, asociado a la compañía José Luis Cabrera Ruales del ELN, constaba de seis estructuras artesanales destinadas a la fabricación extensiva del estupefaciente.

La intervención permitió la confiscación de un significativo arsenal de drogas y materiales, incluyendo más de 2.000 kilogramos de clorhidrato de cocaína y más de 300 kilogramos de base de coca, además de una amplia gama de insumos químicos y maquinaria especializada para el procesamiento del narcótico.