Billie Eilish se atreve a escribir (retorcidas) canciones de amor

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Pop and Rock MusicEilish, BillieHit Me Hard and Soft (Album)O'Connell, Finneas

"Hit Me Hard and Soft", su tercer álbum, es a la vez conciso y de gran alcance.

"Los 21 tardaron toda una vida", canta Billie Eilish, de 22 años, en "Skinny", la canción que abre su tercer álbum, Hit Me Hard and Soft.

Cualquier mujer de su edad podría decir eso; son matemáticas. Pero incluso antes de tener edad para votar, Eilish había acumulado toda una vida de logros en una carrera que comenzó en 2015 siendo una adolescente que subía canciones a SoundCloud. Desde entonces, Eilish ha acumulado miles de millones de reproducciones en las plataformas de emisión en continuo, un montón de premios Grammy, dos Oscar y un documental. En Hit Me Hard and Soft, suaviza deliberadamente algunas expectativas pop mientras abraza otras con cautela.

Eilish tiene tanto la musicalidad consagrada que las galas de premios admiran, como la habilidad metanarrativa de su generación digital. Innumerables imitadores han aprendido --y se han envalentonado-- de su mezcla de crudas revelaciones, elegantes melodías y astutas producciones, con la ayuda de su hermano y socio compositor, Finneas.

Su pop históricamente estable recombina el teatro musical, canciones de salón, punk, folk, electrónica, bandas sonoras, bossa nova, rock industrial y mucho más. Eilish aporta a todas ellas el aplomo de una baladista de época: la capacidad de flotar por encima de ritmos y sacudidas, de tratar al micrófono como a un confidente. Su voz puede ser jadeante e íntima o cínica y sardónica; en momentos muy estratégicos, revela su capacidad para cantar con gran potencia.

El álbum debut de Eilish en 2019, When We All Fall Asleep, Where Do We Go?, trazaba pesadillas góticas, obsesiones adolescentes y traumas persistentes junto con alguna risita ocasional. El segundo, Happier Than Ever, de 2021, reaccionaba directamente a la atención, la conmoción, la explotación, el acoso, el agotamiento y el nuevo poder que le proporcionaba el éxito.

"Skinny" es una actualización en voz baja del superestrellato de Eilish. "¿Ya estoy actuando de acuerdo a mi edad?/ ¿Ya voy de salida?", canta, junto con reflexiones sobre la forma de su cuerpo, la búsqueda de un amor no tóxico, su sensación de aislamiento y una reacción resignada a las redes sociales: "Internet está hambriento del tipo más malvado de diversión / y alguien tiene que alimentarlo".

Sin embargo, aunque "Skinny" conecta con Happier Than Ever, es una transición, una mirada de despedida cuando Eilish pasa de su situación individual a su versión de composición de canción pop más general.

Para una creadora de éxitos artísticamente consciente de sí misma como Eilish, el supuestamente "difícil" tercer álbum exige una redefinición de sí misma, repensar el pasado y desafiar a los fans de siempre. En Hit Me Hard and Soft, Eilish y Finneas amplían aún más su territorio sonoro, deleitándose con la electrónica y las sutilezas afelpadas, mientras se alternan honrando y deformando las estructuras pop. Al mismo tiempo, Eilish asume una tarea más convencional: escribir canciones, sobre todo de amor, que no tengan que girar en torno a ella.

El álbum es un conjunto conciso de 10 canciones, un contraste deliberado con los prolijos álbumes de la era de la emisión en continuo como los publicados últimamente por Taylor Swift y Beyoncé. Eilish optó por no lanzar sencillos de adelanto, y ha instado a sus fans a escuchar el álbum en su conjunto, como un LP de la era analógica, en lugar de una lista de canciones para elegir. En caso de que 10 canciones parezcan poco generosas en lugar de disciplinadas, Eilish hace un chiste preventivo; al final de la última canción, "Blue", una Eilish aparentemente despreocupada pregunta: "Entonces… ¿cuándo podré escuchar el siguiente disco?".

El álbum pega más suave que fuerte. Durante gran parte del mismo, Eilish sigue con sus susurrantes baladas ganadoras de Oscar, "No Time to Die" y "What Was I Made For?". También retoma el arte de la canción de amor, aunque mantiene sus propios giros peculiares.

"Birds of a Feather", una declaración de amor para toda la vida, podría ser casi una canción de boda. "No creo que pudiera amarte más", canta Eilish entre hinchados acordes mayores, un tintineante gancho de teclado y un ritmo constante pero discreto, acompañado de radiantes armonías de grupo de chicas. Pero una lectura más atenta revela la persistente vena morbosa de Eilish: "Quiero que te quedes hasta que esté en la tumba / Hasta que me pudra, muerta y sepultada".

Eilish es aún más pop y optimista en "Lunch", la cual tiene palmas y un ritmo pulsante mientras canta sobre estar encaprichada con una chica --"Ella es los faros, yo soy el ciervo"-- y declara: "Ella baila en mi lengua / Sabe a que podría ser la elegida".

Por supuesto, Eilish dedica el mismo tiempo a los aspectos negativos del amor. En "The Greatest", la cantante intenta ocultar su dolor mientras es ignorada y rechazada por el objeto de su afecto. Canta con tranquila paciencia sobre un arreglo de cuarteto de cuerdas en pizzicato, solo para explotar hacia el final. "Todas las veces esperé a que me quisieras desnuda", canta en un crescendo estremecedor. "Hice que todo pareciera indoloro, es que soy la mejor. ¡La mejor!".

En la irónica "L'Amour de Ma Vie", Eilish admite tardíamente que su ex no era el amor de su vida. "Te conté una mentira", canta con un deje impenitente; aun así, parece un poco enfadada porque "seguiste adelante inmediatamente". La canción empieza esquelética y tórrida, se convierte en un discreto pavoneo y luego muta por completo: primero con efectos electrónicos ahogados y luego, de la nada, con un pulsante ritmo EDM y voces con autotune, mientras Eilish se burla: "Fuiste tan mediocre y nos alegramos de que se haya acabado".

Este es el giro hacia el tramo final del álbum, más experimental. En la multiparte "Bittersuite", la cantante se encuentra en una aventura furtiva --"No puedo enamorarme de ti / Por mucho que lo desee"-- mientras su voz es rodeada y finalmente engullida por elementos electrónicos inquietantes y espeluznantes.

"Blue" reúne las líneas maestras del álbum, recogiendo letras de otras canciones. Comienza como una melodía pop pegajosa sobre el amor perdido: "Me gustaría decirlo en serio cuando digo que te he superado / Pero todavía no es verdad", canta Eilish sobre los coros de apoyo. Pero a medio camino, la canción se disuelve en una balada inquietante y glacial sobre alguien marcado por una infancia dañada: "No te culpo / Pero no puedo cambiarte", canta Eilish, mientras una sirena gime desde lo más profundo de la mezcla; al final, un cuarteto de cuerdas toma el relevo para una elegía sin palabras.

En esa canción, y durante buena parte del álbum, Eilish dirige su mirada hacia personajes ajenos a ella y deja de lado las fáciles satisfacciones pop. Se ha ganado las prerrogativas de una superestrella, y en Hit Me Hard and Soft, las utiliza.

Billie Eilish

Hit Me Hard and Soft

(Darkroom/Interscope)

Jon Pareles ha sido el crítico principal de música pop del Times desde 1988. Ha estudiado música, ha tocado en bandas de rock, grupos de jazz y conjuntos clásicos y fue DJ de una emisora de radio universitaria. Anteriormente fue editor en Rolling Stone y Village Voice. Más de Jon Pareles

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