Cómo planea la Argentina bajar del ranking de obesidad infantil que lidera en la región

Referentes de organizaciones de la sociedad civil de todo el país consensuaron una agenda de trabajo para promover políticas públicas que prevengan la obesidad infantil, un flagelo que no sólo incrementa el riesgo de diabetes, enfermedades cardiovasculares y cáncer, sino que aumenta los casos de bullying y dificultades para insertarse socialmente

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La obesidad es una epidemia social que requiere de acciones a nivel poblacional que generen entornos más saludables (Getty)
La obesidad es una epidemia social que requiere de acciones a nivel poblacional que generen entornos más saludables (Getty)

Con la presencia de más de 40 referentes de organizaciones de la sociedad civil de distintas provincias, se lanzó una coalición nacional que tiene como uno de sus objetivos la promoción de políticas públicas que mejoren el entorno alimentario y, de esta manera, poder contribuir a la prevención de la obesidad en niños, niñas y adolescentes en la Argentina.

La iniciativa, promovida por Fundación Interamericana del Corazón (FIC) Argentina en colaboración con Unicef Argentina, busca crear capacidad en distintos puntos del país para colaborar, a nivel local, en la adopción de medidas que protejan la salud de niños, niñas y adolescentes.

"Buscamos fomentar el trabajo de las organizaciones para que puedan impulsar en sus provincias iniciativas que promuevan hábitos saludables en esta población y desalienten el consumo de alimentos de baja calidad nutricional como bebidas azucaradas y otros productos con grandes cantidades de azúcar, sal o grasas. Su trabajo es clave dado que conocen las especificidades y necesidades locales más urgentes, una cuestión central a la hora de diseñar y promover políticas públicas que protejan el derecho a la salud de los más chicos", señaló Lorena Allemandi, directora del área de políticas de alimentación saludable de FIC Argentina.

Según la OMS, la Argentina lidera el porcentaje de obesidad en menores de cinco años en América Latina

La Argentina lidera el porcentaje de obesidad en menores de cinco años en América Latina, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). A su vez, un análisis realizado por FIC Argentina en colaboración con Unicef Argentina en 2015, identificó una asociación entre la prevalencia de sobrepeso y la pobreza: los adolescentes de bajo nivel socioeconómico presentan un 31% más de probabilidad de tener sobrepeso. El impacto de la epidemia es alarmante. Además de riesgo de diabetes, enfermedades cardiovasculares y cáncer, la obesidad infantil genera casos de bullying y dificultades para insertarse socialmente, entre otras problemáticas.

La obesidad aumenta el riesgo de diabetes, enfermedades cardiovasculares y cáncer (Getty)
La obesidad aumenta el riesgo de diabetes, enfermedades cardiovasculares y cáncer (Getty)

"Algunos piensan que la obesidad y el sobrepeso son problemas que afectan a pocos, pero los datos muestran lo contrario. Es una epidemia social que requiere de acciones a nivel poblacional que generen entornos más saludables, donde los niños, niñas y adolescentes puedan ejercer plenamente su derecho a la salud. Este tipo de intervenciones demanda un fuerte compromiso de toda la sociedad. En este marco, la participación activa de las organizaciones de la sociedad civil desempeñan un papel fundamental, informando y abogando para que esta problemática esté en la agenda de gobierno", señaló Fernando Zingman, especialista de Salud de Unicef Argentina.

Las organizaciones consensuaron un documento con recomendaciones y buenas prácticas para políticas de entornos escolares saludables

Las organizaciones consensuaron un documento con recomendaciones y buenas prácticas para políticas de entornos escolares saludables. Este material, que será lanzado públicamente en los próximos meses, es un insumo central para el trabajo de incidencia de los referentes que conforman la coalición.

Para prevenir el sobrepeso y la obesidad infantil, es necesario el compromiso del Estado en la promoción de una serie de políticas integrales de salud. Dentro de este grupo, las medidas fiscales sobre productos no saludables, siempre que persigan un objetivo sanitario, son las más costo-efectivas para frenar la epidemia. Esta medida, para lograr un impacto mayor en la protección de la salud, debe ir acompañada de políticas como por ejemplo la restricción del marketing de alimentos con exceso de azúcares añadidos, sal y/o grasas; la promoción de entornos escolares saludables; la adopción de un etiquetado frontal de alimentos para poder tomar decisiones de consumo informadas, entre otras medidas.

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