Theresa May nunca ocultó su pasión por la moda, la primera ministra británica es devota de las tendencias y las sigue a través de Vogue. Ella misma lo confesó. Para la edición USA de abril, posó para la icónica fotógrafa Annie Leibovitz, la misma que realizó la última producción de fotos de Michelle Obama.
Enfundada en una pieza de la firma británica L.K. Bennett, fiel reflejo del concepto: power dressing. Esta expresión se utiliza para describir un estilo de vestir que les permitió a las mujeres ratificar su autoridad en el ámbito profesional a través del vestuario.
La producción -distendida y relajada- May se mostró en Chequers su residencia de campo en las afueras de Londres. Ya había posado para Vogue pero en ediciones locales, de hecho, reveló en un programa de radio que su "lujo" favorito sería una suscripción a Vogue de por vida.
Con una estética conservadora rompe los moldes con sus zapatos, siendo está su prenda fetiche, coloridos, extravagantes hasta de animal print son su accesorio preferido.
La revista está inmersa en su particular cruzada por dar visibilidad a mujeres poderosas y destinadas a cambiar el curso de la historia. La primer tiene provisto viajar a Estados Unidos para entrevistarse con el presidente electo, Donald Trump.
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