El joven "manos de oro" que escribe las invitaciones a los eventos vip del mundo

Nicolas Ouchenir pasó, en apenas una década, de ser un joven trabajador de la galería JGM de París a uno de los calígrafos más famosos y respetados del mundo. Sus manos son, nada más y nada menos, las responsables de las invitaciones únicas y especiales que envían los diseñadores para sus eventos exclusivos.

Cuando este joven francés trabajaba en la galería -que eventualmente creció y se trasladó a una mansión privada- tuvo la original idea de escribir a mano las 1800 invitaciones de la reinauguración, como un detalle especial y auténtico. En esa práctica, que llevó adelante sin experiencia previa, Nicolas descubrió su pasión por la caligrafía. De hecho, a partir de aquella vez, cada evento de la galería se comunicó a través del sello de las manos de Ouchenir.

Hace trece años, luego de algunas idas y vueltas y de finalmente dejar la galería, Nicolas Ouchenir recibía el llamado de una de las primeras diseñadoras que confiaron en él. La mismísima Miuccia Prada lo llamó en aquel entonces para encargarle las invitaciones de un desfile de Miu Miu, con una tipografía de estilo inglés. Para ese momento también había escrito las tarjetas de invitación para el desfile retrospectivo de Yves Saint Laurent con el que el modisto se despidió de las pasarelas. Su futuro era prometedor.

"Después de la muerte de la escultora Niki de Saint Phalle dejé la galería y me inicié de forma profesional en el mundo de las tipografías al lado de Pia de Brantes, la reina parisina de las relaciones públicas. Pronto estaba escribiendo las invitaciones de las grandes familias aristocráticas, Versalles y las marcas de moda", contó Nicolas al sitio web S Moda. Casi quince años después de su inicio como calígrafo, sus manos se consagraron como las creadoras de la estética visual de algunas de las firmas más distinguidas, como Christian Dior, Cartier y Hermès.

Su tarea consiste básicamente en diseñar alfabetos enteros y tipografías para ilustrar todo tipo de creaciones en el mundo de la moda. En época de desfiles y de presentación de colecciones, por ejemplo, Ouchenir se dedica enteramente a crear manualmente las más de 15 mil invitaciones para cada semana de la moda. "Cuando trabajo de cara a un gran show puedo estar la noche entera escribiendo todas las invitaciones y direcciones", contó. "Lo más engorroso es que hasta el último momento no se sabe en qué hoteles van a alojarse muchos de los invitados".

Su trabajo, sin embargo, va mucho más allá de las invitaciones. El resto del año, Ouchenir diseña logotipos, estampa sus letras en joyas o zapatos y dedica ocho horas diarias a entrenar el arte de la escritura. "Mi trabajo va más allá de escribir. Ofrezco un sello, una firma. Para cada ocasión hago una creación completamente nueva y actualmente estoy trabajando en la identidad visual y dirección creativa de más de una docena de firmas", explicó al diario El País.

Para lograr cada diseño, Ouchenir se prepara en su departamento de París, su espacio propio de creación, con música, fotografías y objetos inspiradores que lo rodean. "Siempre empiezo igual, diseñando el alfabeto. Después es cuestión de trabajar duro y practicar mucho". Aunque al principio empezó trabajando solo, ahora Nicolas cuenta con un equipo fijo y una serie de consultores que le informan sobre las tendencias de interiorismo, arquitectura y colores.

Más allá de todo esto, sin embargo, sus manos siguen siendo su herramienta de trabajo más valiosa. De hecho, según contó, ambas manos están aseguradas y para protegerlas de posibles accidentes dejó de practicar deportes como esquí o snowboard.

Ouchenir reivindica su pasión porque sostiene que la escritura manual es la técnica que siempre perdura. "Si se acaba la escritura manual se acabará la humanidad. Actualmente todo está desapareciendo: telegramas, fax, Minitel. El siguiente paso serán los ordenadores. Lo único que siempre queda es una mano y un bolígrafo", dijo.

Y agregó: "La tipografía que utiliza una marca ayuda a crear su identidad y a contar su historia. Es un valor añadido". Cuando Nicolas empezó en el oficio, no había muchas personas que lo desempeñaran en París, pero hoy son cada vez más. Esto es gracias a la búsqueda de exclusividad, personalización y el gran valor que las marcas más poderosas del mundo le otorgan a lo atemporal. En un mundo profundamente regido por la tecnología, para Nicolas Ouchenir la caligrafía es una necesidad diaria, incluso si cambiara de profesión.

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