Por Guillermo Andino
Por Carolina Prat
Muchos argentinos se asombran cuando descubren que un compatriota expone habitualmente sus ideas en los principales centros de pensamiento mundiales como Harvard, La Sorbona, la Universidad de Columbia o la New York University. O que fue asesor en políticas sociales de más de 32 países y de organismos internacionales tales como ONU, PNUD, Organización Mundial de la Salud, UNESCO o UNICEF.
El argentino en cuestión es el economista, sociólogo, escritor y consultor Bernardo Kliksberg. Es mundialmente reconocido por sus estudios sobre temas económicos y sociales, pero fundamentalmente por el gran seguimiento y análisis que viene llevando a cabo respecto del flagelo de la pobreza. Parte de esa obra está condensada en los 65 libros y le valieron los doctorados honoris causa que le otorgaron más de cincuenta universidades del mundo.
Bernardo no es el científico impasible que enumera. A él le duele su material de estudio: “Un 1% de la población tiene más recursos que el 99% de la población del planeta. Esta combinación es éticamente fatal. Enormes desigualdades y ausencia de las cosas más elementales: alimentación, agua e instalaciones sanitarias. Una de sus expresiones más agudas es que mueren 16 mil niños por día por causas evitables”, sostiene Kliksberg.
Ya desde los años setenta a este especialista se lo bautizó con el título de "Padre de la Responsabilidad Social Corporativa”. En sus trabajos este consultor aplica un enfoque multidisciplinario que integra los aportes de las diversas ciencias sociales que él ha estudiado. Señala que uno de los grandes obstáculos a los que se enfrenta cualquier investigador es la falta de estadísticas fiables: “La única manera de enfrentar este escenario es saber realmente las cifras y esto no suele ocurrir. Vengo luchando contra la pobreza hace muchas décadas, he asesorado a casi todos los países de América Latina y en ese tema estamos muy estancados”, resalta.
Kliksberg revela que la pasión y la intensidad que caracterizó siempre a su tarea de promover los valores éticos dentro de las políticas económicas y sociales viene de su infancia y su hogar: “Éramos una familia muy humilde de judíos emigrados de la pobreza en Polonia. Desde que mis padres son familia la solidaridad es la manera de vivir. Y Doña Clara, mi mamá, era conocida en el Once, barrio en el que vivíamos, como ´la asistencia pública´ porque todo aquel que tenía un padecimiento sabía que podía contar con Doña Clara. Aunque no tenía recursos, recorría el barrio, llamaba a las ONGs o a la AMIA para pedir que vinieran de inmediato que había una persona que necesitaba porque estaba sufriendo penurias muy, muy grandes y, por lo pronto, lo acompañaba con su sonrisa y su mirada de amor”, manifiesta con emoción.
Semejante revelación ayuda a la comprensión de la lucha de Bernardo Kliksberg. Esa pelea lo llevó a ser considerado el fundador de una nueva disciplina conocida como “la gerencia Social” y el pionero de líneas de trabajo como la “ética para el desarrollo” y de los conceptos de “capital social” o “responsabilidad social empresaria”.
Este referente mundial en temas de combate a la pobreza es argentino. Muchos de sus trabajos pueden leerse en inglés, francés, ruso, chino, árabe, hebreo y portugués. Ahora sabemos cuánto aportaron el amor y la solidaridad familiar a la lucha de Kliksberg. Una lucha “clara” como su madre.
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