Para muchos, el Día del Padre,-que se celebra cada tercer domingo del mes de junio en Argentina-, no deja de ser una fecha comercial. Para otros, es una oportunidad para festejar con o por ellos con un obsequio especial para materializar el sentimiento de amor y gratitud hacia cada papá.
De acuerdo a María de las Mercedes Lotufo, profesora de Psicología de UADE,la paternidad implica un complejo conjunto de valores, actitudes, ocupaciones y responsabilidades que duran toda la vida y tienen un enorme impacto en todo su entorno.
"La paternidad se ha desarrollado de formas muy distintas a lo largo de la historia y en diferentes culturas. En las últimas décadas esta función se ha visto modificada generando un mayor compromiso en la crianza de los hijos, alejándose de aquella concepción del que concebía al padre como proveedor que solamente debía atender las necesidades materiales de la familia. El padre de hoy se involucra con las emociones de sus hijos, permitiéndose disfrutar de cada etapa de su desarrollo", dijo a este medio Lotufo.
Y conforme pasó el tiempo, la idea de regalar un obsequio como una caja de herramientas, una corbata, un cinturón o un juego de cubiertos para la parrilla así como un elemento para lavar el auto quedó atrás. Y es que actualmente las opciones son experiencias, clases de cocina o utensilios de gastronomía.
Hoy con el diálogo acerca de la brecha de género, la sociedad está emprendiendo un camino de concientización y cambio que se refleja también puertas adentro en el hogar. "Por suerte, cada vez es más natural que las tareas domésticas también competan a los hombres de la casa. El cambio de paradigma es tal, que si le regalan un utensilio de cocina o un delantal puede ser tan natural como antes lo era una corbata", dijo a Infobae la licenciada en Psicología, Lorena Ruda (MN 44247).
Y aunque muchas investigaciones ya han demostrado que la generación de jóvenes sub 30 tiende a retrasar los hitos de una vida tradicional, como lo es el matrimonio, la compra de una casa y la responsabilidad de un hijo, aquellos que lo eligen tienen un modelo mucho más igualitario, donde las tareas domésticas, crianza y disfrute se reparte entre ambas partes.
A medida que fueron mutando los estilos de vida, los padres jóvenes postergan la compra de una propiedad, un compromiso estable y conforme han ido cambiando los roles de género, la pasión por los autos y herramientas ya no es tan significativa para los padres jóvenes como lo era para las generaciones pasadas. De hecho, gracias a las redes sociales la gastronomía se ha vuelto un símbolo de estatus. Para los papás millennials, se podría decir que la cocina pasó a ser el nuevo garaje.
"En la actualidad se dan situaciones como que los padres cocinen con los chicos, limpien la mesa o laven los platos y lo tienen totalmente naturalizado. También creo que hay padres más activos en la dinámica familiar, en donde el padre participa activamente a la par de la madre", dijo a Infobae Nora Koremblit de Vinacur, psicoanalista especialista en niños y adolescentes.
De acuerdo a Ruda, para las generaciones siguientes, estos temas serán cada vez "menos raros" y estarán naturalizados. Y un ejemplo de ello son los juegos y los juguetes que están dejando de ser exclusivos para un sexo. "Ya está ocurriendo que niños pequeños jueguen con muñecas y cocineras desde temprana edad", dijo Ruda a Infobae.
Se podría decir que los nuevos padres están implicados y comprometidos con la crianza de sus hijos, participan en las decisiones cotidianas y son emocionalmente demostrativos y abiertos a nuevas opciones, dejando atrás las generaciones donde la norma era dejar todo en manos de las mujeres.
Sin embargo, de acuerdo a la profesional siguen existiendo padres que se preocupan porque al nene no le gusta el fútbol: "Todavía hay padres con un concepto de masculinidad 'arcaico'. Y es que hay ciertos tabúes en relación a la homosexualidad, y si un nene hace ballet o una nena fútbol parece que aún hace ruido".
"El cambio de paradigma está relacionado con que hay cada vez menos amas de casa. Dado que las mujeres actualmente es más común que trabajen muchas horas y por ende las tareas empiezan a ser compartidas. Antes la mujer se dedicaba a la casa y a los hijos. Más allá del machismo doméstico, el hecho de que las mujeres no estemos adentro de casa hace que las tareas sean de a dos", enfatizó Ruda.
Y son los modelos de las nuevas masculinidades las que van a recaer en las nuevas generaciones que se nutren de sus padres. "Nuestros hijos nos observan todo el tiempo e imitarán nuestro comportamiento. Así es como aprenden los valores y las normas sociales, a manejar las emociones, a prestar y compartir las cosas. Nuestras acciones dicen mucho más que las palabras y es por eso que es importante estar atentos a las mismas", concluyó Lotufo.
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