Conocer las realidades para poder transformar las situaciones que viven muchas personas que se encuentran en condiciones vulnerables es una labor incansable pero por la que vale la pena luchar. La Fundación Pilares trabaja junto a las familias que viven en villas de la Ciudad de Buenos Aires brindando oportunidades para promover su desarrollo integra, con un total de 470 familias que viven en la Villa 21-24 (Barracas) y la Villa 1-11-14 (Bajo Flores) para que todos tengan las mismas oportunidades, sin importar el contexto.
Todo comenzó con un grupo de jóvenes que iban durante los fines de semana a recorrer los pasillos de las viviendas en la villa. "Estamos hace diez años. Antes de concebirse como fundación, este grupo de jóvenes recorrió dos años el barrio. Hoy es una fundación donde trabajan 60 personas y todo el equipo se dedica a caminar y conocer las problemáticas en primera persona", confesó Emilia Zanchetta, directora ejecutiva de Fundación Pilares a Infobae
Es a través del contacto personalizado y directo que ayudan a más de 470 familias por año. "El poder de los jóvenes fue todo porque en ese entonces tenían 17, 18 años y hoy tienen 30 años, siguen teniendo una función ad honorem en la fundación y en el cuerpo directivo y están muy presentes para todas las familias a quien conocen hace más 10 años".
La búsqueda hacia lo integral está compuesto por cuatro programas sociales: el Centro CONIN Barracas, el Programa Educativo y los Centros de Primera Infancia "Pilarcitos" y "Floreciendo".
"El propósito principal fue y es evitar que los chicos estén en la calle. Es un rol de contención ya que muchos tienen padres que trabajan. De ese modo van al hogar y reciben desayuno y almuerzo. Además hay chicos en edad primaria. Hay salidas recreativas como al planetario, a la cancha de fútbol, fuimos también a conocer el bioparque , a patinar y demás salidas recreativas", enfatizó la directora ejecutiva de fundación pilares.
En cuanto al segundo programa, el centro Conin de Barracas, se fundó para prevenir la desnutrición infantil. "Hoy tenemos a 125 chicos en el programa y también a diez madres embarazadas que participan durante todo el embarazo. Es un programa que sigue la metodología integral en el área de pediatría de estimulación temprana, la madre participa embarazada y tienen consultas. El objetivo es que la madre sea el vector educativo, ya que la persona que termina siendo promotora de salud es la madre", dijo Emilia.
Y aunque hoy las puertas de las familias se encuentren abiertas para todos los voluntarios no fue fácil ganar la confianza de las personas: "Siempre tuvimos un gran aliado: el cura villero que fue el que nos guió por todo el barrio en las primeras recorrida. Si alguien viene recomendado por él seguro te dejan pasar".
Años y años recorriendo y transitando las calles de las villas y la gente volvió a confiar en la fundación Pilares. Gracias al interés genuino y las ganas de ayudar del grupo de jóvenes: "Ellos veían la constancia con la que íbamos, no era cuestión de un solo fin de semana".
"Durante la primera infancia, hacíamos actividades para los chicos, teníamos apoyo escolar, talleres de arte… hoy los chicos tienen 16 años que están en la secundaria, cuando terminaban, los chicos participaban de un programa educativo".
"En el 2015 les preguntamos a muchas familias qué era lo que les faltaba para poder salir adelante: una guardería, nos comentaron", contó la directora.
De ese modo, en el 2016 inauguraron Pilarcitos en Nueva Pompeya, con un programa conjunto con el Ministerio de la ciudad de Buenos Aires de 1 a 3 años: "El chico ingresa a la mañana y se va a las 4 de la tarde. Las salas están organizadas de 1 a 3, y lo interesante es que las auxiliares de sala son madres del barrio, un plus para aquellas que aún no tenían trabajo y que no sabían como seguir adelante".
En ese contexto es que hace dos años las madres del barrio junto con docentes, trabajadoras sociales, coordinadoras y especialistas de la salud cuentan con una herramienta laboral y una experiencia increíble.
"Después de caminar tanto el Bajo Flores como Barracas, creo que es importante contar con un equipo multidisciplinario que abarque la salud, la educación, las ciencias sociales, las familias. Creo que es imposible cambiar algo si no podemos caminar en primera persona los barrios, tocar las puertas y conocer con un interés genuino la realidad que está frente a nosotros", concluyó la directora ejecutiva de la fundación.
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