Durante un poco más de 25 minutos, el presidente Mauricio Macri se dirigió a los argentinos desde el Salón Blanco de la Casa Rosada, en una jornada colmada de expectativas. Con sus palabras trató de comunicar de manera clara su mensaje, desafío que acompañó también el lenguaje no verbal.
Y es que la comunicación no verbal es un arma. Los actores elegidos para hacer política comunican todo el tiempo, aún cuando prefieren no hacerlo. Sus gestos y sus miradas dicen mucho más a veces que su discurso.
Desde la elección del lugar hasta la vestimenta, nada fue dejado al azar durante el discurso del Presidente. Para el consultor y coach de comunicación no verbal y neuro-oratoría, Alejandro Sangenis, se lo vio con una actitud distinta: trató de mostrar su angustia y preocupación por lo que están viviendo los ciudadanos argentinos. "Desde el look que eligió con un traje oscuro -fue muy formal- hasta con los gestos, enfatizó en demostrar que realmente se está viviendo un momento difícil", comentó a Infobae el experto.
El Jefe de Estado se dirigió a los argentinos con total formalidad y seriedad. Mauricio Macri utilizó varias veces las manos, juntándolas y abriéndolas. "Las utilizó en forma de apaciguamiento como pidiendo paz y tranquilidad, también utilizó muchos gestos como 'batuta' para acompañar las frases con las manos, sobre todo marcando el ritmo de lo que iba diciendo", describió Sangenis.
En otro momento del discurso, el Presidente se tocó el pecho señalando el corazón. "Eso muestra preocupación y también que el Presidente intenta demostrar su angustia fervientemente", comentó el coach de lenguaje no verbal.
Otra de las diferencias con respecto a discursos anteriores fue la elección del Salón Blanco de la Casa Rosada, que, según Sangenis, fue también una intención de demostrar que el mensaje que había preparado para el país era de otra relevancia y que entendía perfectamente la seriedad del mismo.
Mauricio Macri también utilizó el silencio como herramienta. "Un silencio seguido de un suspiro muy fuerte, que hace hincapié en ese respiro como algo fuera de lo normal, como que es algo personal". El especialista también comentó que el silencio, al igual que en otros ámbitos como en el teatro, se utiliza para causar dramatismo en algo que se dijo o que se está por decir.
Pero, a pesar de que las palabras fueron claras y parecían sentidas, ¿los gestos fueron genuinos? "Me pareció genunina la ansiedad y la preocupación casi rozando la angustia con la que habló Macri", dijo Sangenis. Y es que por su experiencia en coaching a empresarios, políticos y demás figuras sabe que aunque una persona esté entrenada para dar un mensaje, es imposible que sin autenticidad los microgestos no lo delaten.
"Es imposible que los microgestos no traicionen a una persona que está mintiendo, lo primero que les pido a los que entreno es que se conecten con su autenticidad, que no mientan para poder lograr la impronta verbal que desean".
En cuanto a la imagen del presidente, para el especialista en comunicación no verbal es bastante transparente con su gestualidad. "Macri es bastante transparente, se pueden percibir fácilmente sus estados de ánimo, no es alguien al que justamente se le haga fácil la oratoria, pero es genuino en lo que dice", concluyó Sangenis.
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