Vinos importados: la experiencia de degustar sabores desconocidos

*Por Fabricio Portelli

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Argentina es uno de los mayores productores de vino del mundo (iStock)
Argentina es uno de los mayores productores de vino del mundo (iStock)

La crisis global en general y del sector en particular ha obligado a muchas regiones conocidas a salir a conquistar nuevos mercados, y el precio suele ser la llave de entrada. Eso explica la cantidad de nuevos vinos importados en vinotecas y restaurantes. Y aunque no todos sean nombres tan prestigiosos, se trata de apelaciones reconocidas y apreciadas por los consumidores más exigentes.

Esto no llega a significar una competencia fuerte para el vino argentino. Pero la diversidad de etiquetas de Francia, España, Italia, Estados Unidos, Nueva Zelanda y Chile, principalmente, propone una oportunidad para abrir el paladar sin peligro de coronarse como los nuevos preferidos de los argentinos.

Por qué descorchar un vino importado

Disfrutar el vino es siempre una experiencia que se renueva con cada descorche. Así, un vino de Italia o España permitirá a muchos brindar por sus antepasados. También lograr un maridaje más regional si se acompañan comidas típicas de cada zona con cada vino. O simplemente se puede realizar un recorrido a través de las copas por distintos países o diferentes regiones.

Son muchas las etiquetas internacionales que se exhiben en las vinotecas nacionales (iStock)
Son muchas las etiquetas internacionales que se exhiben en las vinotecas nacionales (iStock)

Acercarse a esta otra diversidad permite empezar a conocer otros paisajes, otros idiomas y otras culturas. La tentación más frecuente es la de beber alguno de esos vinos que son famosos en todo el mundo y llegar a entender sus porqué.

Al vino hay que simplificarlo para poder abarcarlo mejor, por eso lo mejor es elegir por países o regiones. Los vinos importados proponen un viaje y alguno tiene que animarse a ser el guía turístico, sabiendo que el paquete estará en función de lo que se quiera invertir en la experiencia. Por suerte hay una gran diversidad.

Chile

Aunque a muchos les parezca mentira, la mayoría de los vinos importados que hoy se consiguen son chilenos. Fundamentalmente porque muchas de las bodegas más grandes trasandinas también son propietarias de bodegas en la Argentina. El caso más emblemático es el de Aurelio Montes, el referente chileno con sus Kaiken locales.

Francia

Hay varias bodegas de origen francés afincadas en la Argentina, pero recién ahora se animan a traer sus vinos para comercializar en el país.
Como los franceses del Clos de los Siete con sus vinos de Burdeos, quienes comandados por Michel Rolland alcanzaron el éxito de sus vinos argentinos, y ahora sus etiquetas francesas más prestigiosas comienzan a verse muy seguido. Hay más tradicionales como Le Bon Pasteur (el merlot de la familia de Rolland) y Ch Léoville Poyferré, un 2do Grand Cru Classé de Saint Julien, o más modernos como los de Ch Malartic Lagravière.

El vino es la excusa perfecta para compartir un grato momento (iStock)
El vino es la excusa perfecta para compartir un grato momento (iStock)

Italia y España

La comunidad italiana local tiene vinos de sobra para celebrar. Porque llegaron los vinos de la familia Planeta, insignia de los exponentes del sur y con toda la fuerza de Sicilia; conocida desde el año 2000 a.C. como Enotria (tierra del vino) por lo bien que se daban las uvas.

Por su parte, hay muchos vinos españoles a la venta en vinotecas, más allá de los que importan desde su llegada al país las bodegas Séptima (del Grupo Codorníu Raventos) y Freixenet, las referentes más importantes del CAVA, el espumoso ibérico.

Estados Unidos

Por ahora aquí se comercializan tres tintos, muy al estilo del Ródano francés e ideales para acompañar carnes rojas asadas: Renwood Zinfandel 2012 ($840), Renwood Old Vine Zinfandel 2014, Amador County ($1.050) y el Renwood Fidletown Zinfandel 2012 ($1.270). Otro Zinfandel que se puede conseguir y de precio más accesible es el Redtree Zinfandel California 2013 ($336)

Alemania

De la mano del sommelier de Restó Matías Chiesa nace The Riesling Wine Company. Un emprendimiento tan personal como apasionado con foco en un cepaje: el riesling. La clave de estos vinos está en su acidez natural. Los nombres y las regiones son muy difíciles de pronunciar por estos lados, pero hay que dejarse llevar por estos blancos únicos y recordar que los VDP Grosse Lage son productores tan prestigiosos como los de los Grand Cru franceses.

El maridaje es fundamental para que resalte el sabor del vino (iStock)
El maridaje es fundamental para que resalte el sabor del vino (iStock)

Portugal

El Oporto es uno de los vinos más conocidos en nuestro país, pero lamentablemente más por sus imitaciones que por sus tintos fortificados originales. Nacidos en el valle del Douro, que se extiende por 250.000 hectáreas, de las cuales 45.000 son cultivadas y de ellas sólo unas 26.000 hectáreas se destinan al vino de Oporto. Hoy en la región se producen también tintos de gran nivel, pero su fama por los vinos dulces ha conquistado el mundo y sus máximos referentes siempre se consiguen en vinotecas selectas.

Una expo para degustar vinos nacionales e importados

El próximo 17 y 18 de agosto llega la segunda edición porteña de la feria de vinos "Alta Gama", que propone reunir los mejores vinos del país así como grandes etiquetas de Chile, España, Hungría y Uruguay, en un entorno de lujo y sofisticación. La sede del encuentro será nuevamente The Brick Hotel Buenos Aires, miembro de la colección MGallery by Sofitel de Accorhotels (Posadas 1232, CABA).

El horario de la expo será de 18 a 23 en ambas jornadas. Todas las noches habrá masterclasses, charlas y degustaciones privadas, con la presencia de personalidades del mundo del vino, tales como enólogos, bodegueros y líderes de opinión de la industria.

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