Año a año, con las Cataratas del Iguazú como telón de fondo, cientos de niños y jóvenes de los cinco continentes se reúnen en la ciudad de una de las siete maravillas del mundo para demostrar sus condiciones artísticas y deleitar a los visitantes en uno de los shows musicales más importantes.
Promediando la época otoñal, a este rincón de la Argentina llegan artistas de diferentes culturas para intercambiar experiencias y nutrirse de un numeroso ensayo en compañía de futuros colegas de profesión -o tal vez no- participando en el Iguazú en Concierto, el megafestival de menores de edad de mayor trascendencia a nivel global.
Se trata de un evento donde la cultura y la selva se funden en acordes, y los protagonistas no son cantantes o compositores reconocidos, sino que son los venideros, los que seguirán sus pasos, los que brillarán en la posteridad. Aquellos distinguidos, especiales entre los de su rango etario, dignos de ser calificados como prodigios.
Entre ellos, hay un grupo que roba muchas miradas. Son tres hermanos de Chico, un pequeño pueblo al norte de San Francisco (California), que sorprende por sus facultades, y que se presenta bajo el nombre Little Stars String Trio. Dustin, Starla y Valery Breshears -de 9, 8 y 7 años respectivamente- componen el trío de cuerdas que despertó la curiosidad y recaudó muchos elogios en la selva misionera.
La travesía que los sitúa a estos tres pequeños como figuras promisoria del mundo de la música clásica inició hace cinco años, cuando Starla comenzó a tomar clases de cello. Luego, Dustin siguió el camino de su hermana menor, optando por el violín, instrumento que también maniobra Valery. La dinastía no termina en ellos, ya que hay otros dos hermanos más chicos. El menor tiene apenas dos años y ya está incursionando en las primeras prácticas de violín.
Estos incipientes artistas debutaron como solistas junto a orquestas a los seis años. Una vez a la semana asisten becados al Conservatorio de Música de San Francisco, donde se forman con expertos y eminencias de la materia: Dustin y Valery estudian violín con William Barbini; Starla aprende violonchelo con Jean-Michel; y los tres, música de cámara en forma privada con Ayke Agus.
Tocan en conjunto performances de Haydn, Mozart, Beethoven y Borodin o piezas en solitario de Saint-Sa'ns, Bach, Kreisler, Schubert y Paganini. Ganaron numerosos concursos en su país y se presentaron en varias ciudades de Estados Unidos, y también en México. Deslumbraron en cada paso por su país natal y ahora exportan su talento a otros lugares del mundo. Por ello, estudian idiomas, por ejemplo, español. Dustin, el mayor, ya lo puede hablar con una aceptable fluidez. En cada uno de estos detalles se advierte que su don especial va más allá de la extraordinaria capacidad musical.
Durante el desarrollo del concierto fascinaron en sus presentaciones en los distintos salones de hoteles y polideportivos, para concluir su recorrido en el cierre final, con las Cataratas de fondo y ya en compañía del resto de las delegaciones. Su gesta -al igual que la de los demás- se magnifica considerando las exigencias que tuvieron que sobrellevar: pedidos puntuales de los padres -del padre, especialmente-, obligaciones de protocolo, la dureza de la rutina diaria que incluye horas y horas de práctica y traslados constantes.
Pasaron una semana en la localidad misionera, debiendo adaptarse rápidamente al clima y horario, sin que ello afecte su rendimiento. Nada pudo impedir que demostraran sus valederas condiciones. En el escenario se presentaron con su mirada que rebasa de inocencia y esboza ternura, y a la vez trasmitiendo el temple, el estirpe y la personalidad de cualquier experimentado.
En Iguazú en Concierto, la combinación de bondades es simétrica: una mezcla de talento y belleza natural, una suma de destrezas en medio una panorámica de encanto, una comunión que encandila la vista y endulza los oídos. Se aúnan los atractivos de la localidad misionera junto a la música como componente de atractivo. La puesta en escena es maravillosa y el despliegue de capacidades, asombroso. Little Stars String Trio es un fiel reflejo de la esencia del espectáculo.
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