9 anécdotas "macabras" sobre el origen de la odontología

De los buches con orina a las dentaduras postizas creadas a partir de muertos. Un recorrido por la evolución de una práctica que sigue siendo dolorosa

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Sin anestesia, sin métodos profesionales y en el barbero: así eran asistidos los hombres en sus orígenes
Sin anestesia, sin métodos profesionales y en el barbero: así eran asistidos los hombres en sus orígenes

Una de las primeras explicaciones para la caries dental fue la idea de que pequeños gusanos o demonios cavaban los dientes. Los sumerios, primera y más antigua civilización del mundo, creían que las terminaciones nerviosas eran los pequeños gusanos y trataban de sacarlas tirando de los dientes.

En un libro escrito por Richard Barnett, llamado Los ladrones de sonrisas: el fino y sucio arte de la odontología, reveló historias de cómo fueron los comienzos de la odontología en la historia.

El autor comenzó su escrito develando el origen de las primeras caries dentales encontradas en cráneos del antiguo Egipto, y se cree que su causa era el pan duro y los vegetales fibrosos. Los investigadores no encontraron ningún indicio de cepillos de dientes o elementos para el cuidado dental.

Otra de las historias que reveló el libro es acerca de la reina Isabel I: Debido a su afamada afición a los postres, en 1578 los dientes de la reina estaban negros. A pesar del dolor, se negaba a que la trataran, así que el obispo John Aylmer le pidió al cirujano que le sacara una de sus propias muelas para mostrarle a la monarca que la operación era menos dolorosa de lo que ella temía.

El obispo se extrajo una muela para demostrarle a la reina Isabel I que el proceso no era tan doloroso como ella creía.
El obispo se extrajo una muela para demostrarle a la reina Isabel I que el proceso no era tan doloroso como ella creía.

Otro de los relatos es acerca de lo que se llamaría "ir al dentista" en la Edad Media, cuando era visto como un espectáculo en donde se realizaban extracciones sin anestesia, en público y por los barberos, con elementos como "el pelícano dental" o "llave mental".

También, el padre de la odontología, Pierre Fauchard, es mencionado en este libro por una inusual práctica. El odontólogo recomendaba hacer buches con orina.

Uno de los hitos históricos mencionados en el libro fue que durante la Guerra Fría la propaganda oficial de Estados Unidos obligaba a cepillarse los dientes, ya que era un acto político que demostraba superioridad. Al mismo tiempo, en la Unión Soviética, los ciudadanos se cepillaban los dientes en honor a su patria.

En la década de 1800, a los vivos les ponían dientes postizos recuperados de cadáveres. A 50.000 cadáveres les sacaron los dientes después de la batalla de Waterloo, y no era secreto: a esas dentaduras se las llamaba "los dientes de Waterloo".

El libro del autor en donde menciona los extraños orígenes de la odontología
El libro del autor en donde menciona los extraños orígenes de la odontología

El autor menciona el origen de la pasta de dientes y sus ingredientes. En Egipto los dentífricos eran de mirra, piedra pómez, cenizas de pezuñas de bueyes y cáscaras de huevo. En la antigua Grecia y en Roma usaban huesos y conchas de ostras triturados.

Siglos después, en los 1600, la pasta dental que se usaba en Inglaterra seguía incluyendo ingredientes hoy impensados, como polvo de ladrillo, porcelana y loza triturada y cáscaras de moluscos.

A William Addis se le acredita por haber hecho el primer cepillo de dientes en 1780, usando huesos de vacas y pelo de jabalí. Y el primer cepillo de dientes comercial fue desarrollado en la década de 1930 en Estados Unidos.

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