Andy Kusnetzoff: "Es muy difícil pensar que va a cambiar algo mágicamente en la Argentina en los próximos años"

El conductor debuta esta noche con la tercera temporada de "PH" en Telefe. En una entrevista con Teleshow habló de la realidad del país, de la competencia con Mirtha Legrand, confesó a quién le gustaría tener en su programa y explicó por qué dejó de hacer la sección "Da para darse" en la radio

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Lo que empezó como 4 especiales ya se transformó en un clásico de Telefe que comienza hoy su tercera temporada: "Yo dije: 'bueno, la tele, hago 4 programas, de última serán tres meses y chau'. Pero acá estamos. Estoy contento, me gusta", dice Andy Kusnetzoff conductor de PH, Podemos Hablar.

En ese momento, a fines de 2017, su temor era cómo mantener un buen nivel de invitados. Hoy, pese al liderazgo en el rating, asegura que ese sigue siendo "el tema" todas las semanas.

En año de elecciones la política se sumará a la ronda de invitados, en el segundo semestre, sin alterar la dinámica del ciclo: "No es un programa para escuchar en todo momento a los políticos, pero cálculo que después de mitad de año va a haber que integrarlos porque la gente los va a querer escuchar". Sin embargo descarta la posibilidad de realizar entrevistas mano a mano: "Nunca traicionamos el formato, hubo personajes que me hubiera gustado tener que pedían una entrevista individual y yo nunca acepté. Estoy seguro que el programa es la energía que se produzca entre seis personas eclécticas que además, estando ahí, todos valemos lo mismo".

Andy Kusnetzoff vuelve a PH en su tercera temporada por la pantalla de Telefe
Andy Kusnetzoff vuelve a PH en su tercera temporada por la pantalla de Telefe

—Esa angustia de tener que buscar siempre a los "número uno" que tenían comenzó el programa ¿se calma un poco en al tercera temporada?

—La angustia la traigo de antes, la angustia la tengo siempre.

—¿Cuántos años de terapia?

—No estoy siempre en terapia.

—No hay un analista que se haya hecho la casa en Pinamar gracias a vos

—No creo, puede haber a lo sumo un auto. Yo creo mucho en el análisis, soy hijo de psicólogos y creo que uno está mejor si se analiza que si no se analiza. Es como un service al bocho que te viene muy bien. No soy un adicto a la terapia, cuando necesito voy. Hubo momentos que estuve uno, dos años, después dejo. Y ahora cuando necesito voy. En diciembre fui, ahora no.

—Te preguntaba si baja la angustia y la exigencia en la búsqueda de invitados ahora que ya sabés qué funciona o le seguís quemando la cabeza a la producción todas las semanas

—No, no, siempre nos quemamos la cabeza entre todos. De afuera uno lo ve y te tiran ideas: "sentalo a Ginóbili, sentalos a Macri y a Cristina". Me encantaría por supuesto. Pero después te chocás con la realidad: que Ginóbili no va a programas, que aquel hay que pagarle, que el de Cambiemos no quiere sentarse con un kirchnerista, que el kirchnerista depende quién le conviene o no en este momento aparecer. Cada uno tiene su lógica. Pero lo que logramos es que siempre, inclusive cuando vos decís estos nombres están medio medio logramos que en PH igual sean interesantes. Muchas de las historias más importantes que tuvimos en el programa fueron de nombres que no son los "número uno".

—¿Quién te falta tener y querés?

—Susana (Giménez), (Carlos) Tévez, te nombré a (Manu) Ginóbili, te nombré a (Mauricio) Macri, Cristina (Kirchner) si volvemos a hacer políticos, por supuesto.

—¿A Cristina la sentás si vuelven a hacer política?

—Sí por supuesto.

—Hay quienes le dijeron que no, Mirtha dijo que no, Susana dijo que no

—No, yo la siento a Cristina, siento a Macri por supuesto. Es un programa que se llama Podemos Hablar, la esencia del programa es que podemos hablar. Cuando vuelvan los políticos y si están juntos dos, que piensan distinto mejor.

Andy Kusnetzoff recibió el Martin Fierro de oro por “Perros de la Calle”
Andy Kusnetzoff recibió el Martin Fierro de oro por “Perros de la Calle”

—¿Hay gente que digas: "Con esta gente no me siento"?

—No, mi límite tiene que ver con si es alguien que yo no le daría cámara, por ejemplo, un asesino, alguien que cruza límites que no me interesa darle una cámara para charlar.

—¿Hoy a Darthés lo sentás?

—No.

—En paralelo con esta tercera temporada de Podemos Hablar, llevás 17 años de Perros de la calle.

—17 años, sí. No creo que PH haga diecisiete años eh, te aviso, ya te lo voy diciendo.

—¿Por qué?

—No, no creo. Yo apenas puedo pensar a corto plazo. En la televisión nunca pienso a largo plazo, jamás. En la radio tampoco. Si hubiera pensado, vos me decís cuando tenía 31 años que 17 años iba a estar haciendo Perros de la calle te decía: "¿Qué?""Me agarra… Apenas fue cuando pasé de firmar de un año a dos años, me pareció un montón.

Andy Kusnetzoff
Andy Kusnetzoff

—¿El rating cuánto te importa?

—Mucho. Mucho porque son las reglas de la tele. El que te dice que no le importa el rating todo bien, que se vaya a hacer arte. En la televisión abierta todos sabemos que lo que te permite mantener el trabajo, y un montón de cosas que te da, es que te vaya bien y si te va mal todo se te hace más difícil. Así que te diría que mucho. Si no te importa el rating no hagas televisión abierta, hacé otra cosa.

El que te dice que no le importa el rating todo bien, que se vaya a hacer arte

—¿Ganarle a Mirtha te gusta?

—No es mi objetivo. Mi objetivo es tratar de liderar. Los horarios lo ponen los programadores.

—Sabés que ella sufre ¿no?

—No lo sé y no me meto en eso, la verdad.

—¿Te interesa el rating no por quien tengas enfrente?

—A mí me interesa ganar por supuesto, porque es lo que tenés que hacer. Y sobre todo estando en Telefe, ya casi te digo que es una obligación, porque vos no podés estar en Telefé y salir último. Porque ¿qué van a hacer?, me van a cambiar de horario y después me sacarán. No vivo de la adicción del rating y soy un animal de televisión. Pero mientras estoy jugando el juego necesito que vaya bien.

—¿La radio te puede faltar?

—Y hoy no. Siempre pienso, pero la verdad que es un medio que me gusta mucho. Estoy muy acostumbrado, me levanto y me voy a la radio en ese horario, son 17 años, es como un reflejo de Pavlov.

—Es una vida

—Y, es una vida, yo ya tuve pareja, me separé, tuve otra pareja, me separé, estoy en pareja con una productora, tuve una hija. Todo esto te va pasando. Me mudé, pasan cosas, hay gente que nace, hay gente que se muere. Fueron 17 años que pasa de todo. Podría el día de mañana dejar de hacerlo pero hoy es como que lo tengo incorporado.

Andy Kusnetzoff lleva 17 años frente a “Perros de la calle”
Andy Kusnetzoff lleva 17 años frente a “Perros de la calle”

—Todo lo que está pasando con las mujeres, ¿hizo que cambiaran algunas cosas?

—Sí, el que no cambia es necio. Estuvimos atentos, empezamos hace dos años nosotros a cambiar cosas, a incorporar. La verdad que es un programa que paradojicamente sí, éramos cuatro hombres pero toda la producción eran mujeres, históricamente, Nilda, Jimena, Flor, Sofía, Cayetina, eran todas mujeres. Ahora logramos hacer un equipo bastante más parejo sin perder la esencia

—¿Nunca te pasa que decís "basta, no quiero más"?

—No. Tuve momentos en 17 años de distinto tipo por supuesto, te mentiría, tuvimos problemas internos pero yo soy muy frontal y me gusta estar al día, no me gusta eso de  venimos y no nos hablamos, es: "Che, encaremos, nos decimos de todo, lo que sea, todo de frente y lo resolvemos". Así soy yo, no puedo.

—¿Al aire o fuera del aire se resuelve?

—Algunas se empezaron a notar al aire. La idea es siempre que no se note, hablarlo fuera del aire, pero la radio es muy transparente y hay cosas que se notaron. Como también estados de ánimo que tuve en estos años, momentos que yo estaba deprimido se notaba. "Vamos a poner música melanco", la gente decía: "Otra vez". Momentos que fui con la voz destrozada y un día me angustié, me puse a llorar, me fui de la radio porque estaba realmente muy mal de la voz. La llamé a mi foniatra y me dijo: "Basta, no podés más, hay que operarte", y me operé.

—¿El bajón era por esto, por cómo estabas de las cuerdas vocales?

—Sí, en el 2005. Yo luchaba y estaba destrozado e ir a la radio. Es como un jugador que está lesionado y…

—Cuando te operaste, ¿cuánto tiempo estuviste sin hablar?

—Tuve que no hablar dos meses. Esperé las vacaciones y dos meses no hablé, hablaba por señas.

—No solo no hacer radio, no hablar

—No, no, un mes no hablar nada y después muy poquito.

—Y el miedo de cómo se iba a recuperar la voz, uno de los sustos más grandes que habrás pasado me imagino

—Y sí, es horrible porque decís: "Para, entro acá y qué sé yo". Pero bueno…

Andy y su mujer con Helena (Foto revista Gente)
Andy y su mujer con Helena (Foto revista Gente)

—Recién hablábamos de cómo cambió el programa con el feminismo, ¿te tocó pensar para atrás en lo personal y revisar actitudes?

—Por supuesto. Hay un montón de cosas que hoy no haría pero que entiendo el contexto. Por ejemplo, el periodista que daba picos en CQC, 1995/96, estamos hablando hace mucho tiempo. Pero bueno, hoy no sería porque era otro contexto, era inocente, era como había una complicidad. ¿Hoy lo harías? Y no, hoy no se puede hacer. El "Da para darse" dejamos de hacerlo en la radio. No tiene nada de malo en sí porque podrías llamar vos que le querés dar a él, podría llamar él que te quiere dar a vos. Pero había algo que era insistir: "Bueno, pero si no quiere, pero dale, qué sé yo". Bueno, pero no está mal aprender, no está mal verlo.

—¿Y los oyentes reclaman eso?

—Algunos reclamaron y yo les explico que todavía no le encontramos una vuelta para reinventarlo de una forma que encaje en un 2019 y que aporte algo en vez de quitar algo.

—¿Cómo viviste todo lo que pasó con Matías Martin y Cabito?

—Trato de no meterme ahí porque los quiero a los dos y me parece que no me corresponde.

Andy Kusnetzoff en la radio
Andy Kusnetzoff en la radio

—Vi una nota hace poco en la que te llamaban "El abanderado de los no agrietados"

—Abanderado fui en quinto grado cuando volví de Brasil, en séptimo también, por el esfuerzo. Yo tengo muy clara mi forma de pensar, mis ideales, y creo que tengo muy claro también que la grieta le sirve más a los candidatos, que a la gente. Sin hablar no sirve y creo que no hay nadie que represente lo bueno y lo malo. Tengo muy claras las cosas que me gustan y las que no me gustan y no tengo una afinidad ni fanatismo por ningún político que realmente siento que me represente. Sí hay gente que me gusta más, menos, y sobre todo formas de pensar, formas de actuar que me gustan más y menos. Pero ninguno tengo el total, ni soy fanático.

No hace falta ser kirchnerista ni antikirchnerista ni macrista para darse cuenta que estamos mal

—Podés encontrar blancos y negros en el gobierno o en la oposición

—Es verdad, pero últimamente en el gobierno me está costando más. Conceptualmente sí, pero la verdad que está difícil.

—Pero no por una cuestión fanática…

—No, realmente, no hace falta ser kirchnerista ni antikirchnerista ni macrista para darse cuenta que estamos mal, eso es una realidad. Después hay quienes creen que otro período lo puede mejorar, que peor es volver a lo anterior, o que estará Lavagna, Massa o quien sea, la forma de salir, pero que estamos mal ya no es la grieta, eso ya lo sabés. Después los macristas te van a decir: "Lo que pasa es que venimos de…", pero hay cosas que son más objetivas, la verdad no te puedo decir que no.

—¿Las elecciones te generan esperanza?

—La verdad está difícil. Es muy difícil pensar que va a cambiar algo mágicamente en la Argentina en los próximos años. Venga quien venga. Porque partimos ya de algo que en cuatro años empeoró la situación económica, la inflación, las cosas, los servicios, la gente está media ahogada, estamos endeudados. Es difícil, no hay magia, esto ya te lo digo. Por eso la verdad hay veces que algunas campañas creo que no se trata de tener el mejor que te cuente un cuentito, tenemos que chequear. Ahora, si me preguntás: "¿Hay uno que creés que lo va a resolver?" La verdad no tengo a nadie. Me gusta tener esperanza pero creo que hay que ser realista también.

—Trabajar, y de lo que a uno le gusta, es una fortuna enorme…

—Sí, soy privilegiado absolutamente, lo tengo clarísimo. El día dura 24 horas de las cuales estás ocho, diez, algunos doce, trabajando y si encima hacés algo que no te gusta es durísimo. La mayoría de la gente no labura de lo que le gustaría sino de lo que puede y ya tiene que estar contento en la Argentina porque tiene trabajo, aunque no le alcanza la plata. Entonces si yo laburo de lo que me gusta y me va bien, estoy re contra ubicado de que estoy en la minoría con suerte y privilegiada y que somos muy, muy, muy pocos los que podemos decirlo que bueno. Así que desde mi lugar trato de ayudar a los demás porque soy muy consciente de que no es fácil.

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