Cuando baje el sol de la tarde, exactamente sobre esa playa, la imagen va a ser al revés de lo habitual. Es que en vez de irse, comenzarán a llegar los visitantes. Algunos, amantes del cine. Otros, turistas ocurrentes. Habrá directores, alguna actriz o actor invitados. Y todos, esa fauna puntaesteña, se quedarán callados por un rato.
Así sucede hace 9 años, desde que se realiza el festival de cine más exclusivo de latinoamérica. Es que su espacio de realización no es otro que -otra vez- una de las playas más exclusivas de la región: José Ignacio. Por caso, la inauguración se realiza en la Bajada de los Pescadores, al lado de donde tiene la casa Mirtha Legrand (de frente a la puesta del sol más envidiada del Este).
A pocas cuadras está La Huella, el restaurante al que van todos los famosos. A pocos metros, el faro de José Ignacio. El escenario es, entonces, inmejorable. Y a todo, se suma un elemento extraño para este tipo de eventos: es gratis. Así, cualquiera que esté por la zona se puede acercar. No es, como suele ser todo en Punta del Este, un espacio donde haya que mostrar la mágica pulsera que abre las puertas más vips.
La primera edición del José Ignacio International Film Festival (JIIFF), allá por el 2011, constó de una sola proyección. Se trató de Yo maté a mi madre, del canadiense -y jovencísimo por ese entonces- Xavier Dolan, hoy un reconocido cineasta. De ese tiempo a esta parte el Festival creció y dura ocho veces más: es del 5 al 13 de enero, en los cuales pasarán varios estrenos internacionales.
Pero no es el único encanto. Quienes concurren todos los años aseguran que la gracia principal está en ver a las figuras del espectáculo y el cine mezcladas con los veraneantes anónimos, ignorándose unos a otros como si no existiera tal cosa como la fama. Así, suelen asistir Calu Rivero y su hermana Marou, el actor Nicolás Riera, el productor Axel Kuschevatzky, el cocinero Fernando Trocca, distintos empresarios o funcionarios, o la actriz francesa Dominique Sanda (la inolvidable Ada en la Novecento de Bernardo Bertolucci), que vive durante todo el año en el pequeño pueblo de José Ignacio.
Las sedes, las películas, las lágrimas
Habrá una proyección por día después de la caída del sol. "Porque adherimos a la cultura de José Ignacio, donde lo único que corre es el viento", dicen desde la organización. Las películas se podrán ver en tres sedes diferentes. La primera será en la ya mencionada bajada de pescadores, en José Ignacio mismo. Allí habrá una pantalla gigante, sillas y seguramente música electrónica en algún momento, ese ritual tan adorado de los habitué a Punta del Este.
Las otras dos sedes son la chacra La Mallorquina y la vieja estación de tren del Pueblo Garzón, a 30 kilómetros de José Ignacio. La chacra pertenece a la familia Pittaluga, que son parte de la organización (Fiona Pittaluga es de hecho la directora del Festival).
El año pasado arrancó con una apuesta de Disney. Es que en el Festival se realizó el pre estreno de Coco, uno de los grandes hits cinematográficos del 2018. Fue una imagen peculiar: un montón de gente arrojada a la aventura de la animación que terminó -nadie que la haya visto se sorprenderá- llorando junto al mar.
Este año el rescate emotivo estará a la altura porque uno de los platos fuertes de la programación es nada más y nada menos que la secuela de Mary Poppins. Si bien llegará a las salas grandes de la Argentina a fines de enero, se presentará antes en el Festival de manera exclusiva.
Dirigida por Rob Marshall (el genio detrás de la inolvidable Chicago, o la no tan memorable Piratas del Caribe 3), cuenta una historia en la que los niños de la familia Banks crecieron y de pronto necesitan la ayuda de su antigua niñera, Mary Poppins (interpretada ahora por Emily Blunt). La película ya recibió cuatro nominaciones a los Globos de Oro.
Los otros grandes filmes que espera la costa de José Ignacio serán: Cold War (Guerra Fría), una producción polaca que ganó mejor dirección en el Festival de Cannes, y La favorita, una película de Yorgos Lanthimos que recibió 5 nominaciones a los Globos de Oro y tiene a Emma Stone como protagonista.
Todo termina, bien a tono con los tiempos de la temporada, el 13 de enero. Entonces sí cuando caiga el sol el público abandonará las playas. Como en La rosa púrpura del Cairo, la gente podrá salir de las pantallas para zambullirse un rato en la vida real.
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