Pepe Cibrián: "Que Cristina se aferre al poder es como que yo quiera llenar el Luna Park toda la vida"

Las críticas no terminan en el kirchnerismo: "En lugar de hacer maravillosa la calle Corrientes, compren tomógrafos y arreglen clínicas" dice enojado con el gobierno actual en este mano a mano imperdible

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"¿Si tengo miedo? Sí. ¿Si estoy asustado? Sí. Cómo no voy a estarlo". Dice un honesto, vulnerable, expuesto y muy fuerte Pepe Cibrián (69) para contar cómo se siente frente a la vuelta de la enfermedad a su cuerpo.

El cáncer de próstata por el que fue operado hace casi un año volvió y esta vez lo enfrentará con un batallón de médicos que le indicaron un esquema de rayos durante dos meses. Nada lo detiene. Pepe sueña, planifica, proyecta y va siempre para adelante.

Acaba de estrenar Sherlock y ya está ensayando Sauna para la temporada de verano. Mientras tanto organiza un viaje para descansar y festejar cuando termine el protocolo de rayos. Por supuesto, en todo el recorrido lo acompaña Santiago Zenobi (42), juntos llevan 17 años de pareja: "Es mi compañero de toda la vida, nos amamos y es un ser mágico" dice, enamorado.

Sin temor a llamar a la enfermedad por su nombre, el director insiste: "La gente le tiene pánico al cáncer, pero a lo que hay que tener pánico es a no chequearse, no al cáncer. El cáncer, hoy en día, con tiempo, es una enfermedad muy tratable. A mí me operaron el año pasado de próstata".

Pepe Cibrián se prepara para comenzar con las sesiones de rayos para combatir el cáncer. Luego, un merecido viaje de descanso.
Pepe Cibrián se prepara para comenzar con las sesiones de rayos para combatir el cáncer. Luego, un merecido viaje de descanso.

—¿Qué pasó?

—Empezó a dar de nuevo alto el indígeno prostático. Me hicieron todos los chequeos de nuevo en la NASA (risas) y me dijeron: "Acá debe haber alguna celulita que no agarra, porque se ve todo perfecto, gracias a Dios no hay metástasis, no hay nada, o sea que ahora vamos a tener que darte rayos". Que no me habían dado la otra vez. Te hacen el tatuaje como la hija de Tinelli, quedás bárbaro y empezás los rayos.

La gente le tiene pánico al cáncer, pero a lo que hay que tener pánico es a no chequearse

—¿Cómo estás?

¿Si tengo miedo? Sí. ¿Si estoy asustado? Sí. Cómo no voy a estarlo. Pero mi radióloga, mi oncóloga, mi médica de cabecera, no paran de insultarme. Ayer mi oncóloga me decía: "¿Podés parar de joder? Matan las enfermedades pero matan también los diagnósticos".

—¿Cuántas sesiones de rayos?

—Todos los días, cinco veces por semana, dos meses y de ahí me voy a descansar, a viajar a la casa de unos amigos adorables en Miami. Los primeros días de enero voy a estar estrenando una obra que se llama Sauna. Después, estreno otra en junio.

—No parás, ¿pero estás triste? En algún momento estuviste un poco deprimido.

—Ya no tomo nada, dejé todo tipo de medicación. Me deprimió mucho la decadencia, más que la muerte quizás de mi madre y de mi padre. Yo lo que quiero es ver crecer mis plantas. Dedicarme a lo que me estoy dedicando, que es el teatro under, para darles posibilidad a los jóvenes; yo ya entre comillas he hecho todo lo que he querido. El país me ha devuelto todo lo que soñé y mucho más.

Tengo miedo a sufrir y no lo haría porque me iría de viaje mucho antes

—¿Tenés miedo?

—¿A morirme? No. Tengo miedo a sufrir y no lo haría porque me iría de viaje mucho antes, no me importa nada. Lo tenemos todos muy claro en la familia, no hay que sufrir. Me gustaría ver crecer mis plantas, mis amigos, a mi país, aunque dudo poder verlo.

Santiago Zenobi, su compañero desde hace 17 años
Santiago Zenobi, su compañero desde hace 17 años

—¿Estás triste por el país?

—Muy, todo es surrealista. A mí, por ejemplo, me encanta María Eugenia Vidal, la he llamado para decirle que me encanta: "Yo voy a apoyarte en lo que haga falta, si querés me subo al podio". Uno puede subirse al podio que le dé la gana. Esta cosa de la grieta, todo el mundo tiene derecho a ser kirchnerista, no kirchnerista, lo que yo no tendría derecho es a recibir un millón de dólares por subir a tu podio. No digo que lo hayan hecho más que los que ya sabemos, los actores hasta que no me digan: "Esto es así" son mi familia.

—¿No te enojan las denuncias de corrupción y uso de la militancia política sobre colegas?

—Hasta que no me demuestren… La Justicia tiene que demostrar que esto sucedió.

—¿Qué opinás del retorno de Cristina (Kirchner)?

—Es que no es un retorno. Eso es la entelequia. ¿Te acordás cuando (Carlos) Menem ganó con el 25%? Se retiró, porque sabía que tenía un piso. Cristina ha sido una mujer política que ha tenido una gran incidencia en el país, te gustará más, te gustará menos, pero queda feo aferrarse a una cosa, es como si yo quisiera llenar el Luna Park toda la vida. Es una obsesión del poder. Desde mi ingenuo punto de vista, no sé quién sacará un punto más, un punto menos, pero ganarle a (Esteban) Bullrich, hombre contra el cual no tengo nada, no es un gran triunfo, porque es un hombre que recién está en la política. No es que le ganó a la Thatcher. Se aferran a medio punto y: "Acá hubo trampa". Está bien, tiene derecho a hacer lo que le dé la gana. Lo que no tienen derecho es a robar. Pero no es lo que más le preocupa a la sociedad.

Me preocupa que hagan maravillosa la calle Corrientes, cuesta 380 millones de pesos, compren tomógrafos, arreglen clínicas.

—¿A vos qué te preocupa?

—Me preocupa que nuestros gobiernos se hagan cargo de la salud. Me preocupa que hagan maravillosa la calle Corrientes, dicen que la van a arreglar, cuesta 380 millones de pesos, compren tomógrafos, arreglen clínicas, dejame de joder. Hay prioridades muy grandes. El CCK es un hecho piramidal, faraónico. ¿Vos sabés lo que habrá costado eso? Cuántas escuelas se podrían haber hecho. No lo entiendo en este país nuestro cómo se hacen esas cosas; primero tiene que comer la gente antes de hacer eso.

—Un año y medio, casi dos de gobierno de Mauricio Macri, ¿esperabas algo distinto?

—Sí. Esperaba, quizás ingenuamente, más claridad, se equivocan. Si ellos al día siguiente de asumir dicen: "Acá vamos a ver las cuentas, en Avellaneda quedó una lapicera rota" y sacan foto. Mostrarlo. No se puede ir a perjudicar a los jubilados y después nos echamos atrás. Las intenciones desde otras cosas son fantásticas, cuando dicen: "Gobiernan", tampoco es así, se están haciendo obras…

A mí que no me joda el gobierno anterior con la pobreza. ¿De qué hablan? La trajeron también ellos. ¿O Macri en dos años hizo todo mierda?

—¿El "gobiernan para pocos" no lo sentís?

—No, no estoy de acuerdo. Están por terminar una obra que en el año 2003 firmó Kirchner, un entubamiento de gas y lo van a terminar ahora. No paran de hacer cloacas, y de hacer cosas. Todas no pueden hacer en dos años. A mí que no me joda el gobierno anterior con la pobreza. ¿De qué hablan? La pobreza la trajeron también ellos. ¿O es que Macri en dos años hizo todo mierda?

—¿Y entonces en qué te tiene enojado o desilusionado?

—En que me parece que no informan bien las cosas. Obviamente, hay una gran pobreza que viene endémica desde hace mucho. Les han dado subvenciones, y me parece muy correcto, pero la dignidad del trabajo. Le dan la plata como una limosna: "No, usted va a tener la plata pero aparte aprenda un oficio. Pero no sólo por usted sino porque su hijo está viendo que su padre, para ganarse ese derecho adquirido como ciudadano, va a tener que trabajar".

—¿Le creés a algún político o dejaste de creer?

—Yo le creo fundamentalmente a Fabiana Ríos, que fue dos veces gobernadora de Tierra del Fuego. Le tengo un gran cariño. Terminó su segundo mandato y no tenía ni auto. Alquila un departamento. Y lucha por su partido que nuevamente está armando, porque es una mujer de una gran raigambre socialista. Y me gusta mucho la Vidal, porque me parece una mujer muy seria y con mucha fuerza.

—¿De la vuelta de la democracia a hoy, quién fue el mejor presidente?

—Absolutamente (Raúl) Alfonsín.

“Sherlock”, su nuevo espectáculo con Adabel Guerrero, se presenta en el Teatro Ludé los viernes y los sábados.
“Sherlock”, su nuevo espectáculo con Adabel Guerrero, se presenta en el Teatro Ludé los viernes y los sábados.

—Yendo a lo profesional, ¿costó el último espectáculo?

—Durante muchos años hice sótanos, cooperativas en sótanos horribles, pero que yo les ponía sahumerios y para mí era el Colón. Lo disfruté mucho. Llegué a los Lectoure, pero antes estaba el San Martín, el Tabarís, el Metropolitan, no es que yo no había trascendido. A partir de ahí hice diez años estadios y un día dije: "No puedo más, tengo que meter 2.500 personas por función para que vaya bien, no doy más, me quiero volver a un teatro". Y me volví al Santa María, que es ahora el Ludé. Volví a hacer ahora teatro alternativo, con lo cual puedo dar posibilidades a 28 personas talentosísimas, y yo sigo haciendo lo mío. Si yo sintiese que en esta nueva fantasía que la vocación se ha perdido, me retiraría a dar clases en un pueblo.

—Esta búsqueda de este espacio diferente tiene que ver con eso, con el hecho artístico, no con el contexto económico del país.

—No, nos ayudaron dos personas a poner 90 mil pesos, que se van a recuperar porque va muy bien. Inventé hacer Instagram pero para divertirme. Me dicen: "Ay, Pepe, ¿cómo vas a hacer teatro alternativo?". Pero, por Dios, si es la base de la cultura.

—O sea, si tenés que arremangarte, te arremangás, no tenés problemas.

—No me importa un carajo, me voy a medio ambiente a vivir, soy muy feliz, de verdad.

Pepe optó por promocionar su nuevo espectáculo con unos desopilantes videos en las redes sociales.
Pepe optó por promocionar su nuevo espectáculo con unos desopilantes videos en las redes sociales.

—¿Tenés ahorros?

—Tengo cosas para venderlas. Tengo mi casa, que es espectacular, realmente bellísima, con un parque que es una reserva ecológica. Tengo el piso donde vive mi tía Carmen, autos y cosas que no valen nada.

No entiendo la gente que tiene plata, para qué mierda la tiene, si no me la voy a llevar

—No hay millones en una caja de seguridad.

—No, porque todos los millones que he ganado gracias a los Lectoure todos me los he gastado viajando, haciendo cosas que tenía ganas de hacer. Me encanta invitar y lo sigo haciendo, a mis amigos a viajar. No soy un santo. Es que yo no entiendo la gente que tiene plata para qué mierda la tiene. Si no me la voy a llevar, me da igual dónde vivir, más que por las plantas, que las amo y las he criado…

—¿Te dolió lo que pasó con Georgina? (N. de R.: Se publicó un audio donde la actriz tuvo palabras muy duras tras la cancelación de la gira de Lord)

—Me parece que Georgina se equivocó. Realmente me gustaría mucho que, al igual que lo hizo público, dijera: "Pepe, disculpame, fue una idiotez, no me di cuenta". Por supuesto que yo la disculparía. Si vos y yo tenemos una discusión como tengo con Georgina, matándonos, es privada y no pasa nada. Ahora, si la publicás y grabás un mensaje donde me decís unas cosas horrorosas que por esas causalidades alguien con muy mala leche me lo manda y hasta el día anterior nos dábamos besos maravillosos, entiendo que le debe haber pasado algo porque no puedo creer.

—¿No volvieron a hablar?

—No, no quiero hablar, tengo un recuerdo maravilloso…

Lamento mucho haber perdido una amiga como Georgina

—¿Pero qué estás: dolido o enojado?

—Triste. Ni dolido ni enojado, triste. Estoy grande. Y lamento mucho haber perdido una amiga como ella.

—Acabás de estrenar Sherlock, viene Sauna, ya estás pensando en el 2018. ¿Por qué trabajás tanto?

—Porque me llena la vida, si no, me aburro.

La charla avanza, entre proyectos, actualidad, su propio presente y lo lleva a mencionar una serie que relata el vínculo entre Bette Davis y Joan Crawford. Se refiere a Feud, que narra la tortuosa relación entre las dos divas de Hollywood, interpretadas por Susan Sarandon y Jessica Lange. "Se odiaban con fervor. Las contrataron para hacer ¿Qué pasó con Baby Jane?, que se convirtió en uno de los éxitos de taquilla más impresionantes de la época" explica y continúa contando: "Bette Davis estaba por entregar un Oscar y se había muerto ese año Joan Crawford, entonces empiezan los homenajes y la última es Joan, ella dice: '¿Toda una vida para dos segundos?'".

Y es así, yo me voy a morir. Me muero ahora y puede ser que tenga más tapas, menos tapas, alguna página. ¿Pero toda mi vida para salir en tres hojas o cinco? Sé que todos van a decir cosas agradables: "Sí, murió Pepe, el autor de Drácula, de los grandes musicales". La última vez que pasó algo glorioso con alguien de teatro fue en Estados Unidos, había una gran pareja, los autores de La novicia rebelde, Rodgers y Hammerstein, uno escribía la música, el otro, la letra. El primero que murió fue Hammerstein, ese día Broadway estuvo apagado. Claro, Hammerstein debería estar encantado. A mí me gustaría, como yo creo que me encuentro con mi gente, quiero estar en el velatorio, a mí me van a velar y me creman, pero quiero que me velen antes.

—Lo tenés todo organizado.

—Sí, me gustaría estar viendo el bordereau, o sea el rating que tuve, fueron muchos, fueron pocos.

—Vos te imaginás por ahí rondando y chequeando que estemos todos.

—Claro. No me va a hacer mal fumar, entonces voy a poder fumar porque total ya ahí no te morís de nada porque ya te moriste. A ver quién llora más: "Ay, pobrecito". Creo que nos encontramos en el otro lado, lo creo. Creo que me están esperando. Creo que te voy a esperar y que vamos a hacer televisión y cosas fantásticas. Tengo fe en eso. Entonces, la muerte en sí no me asusta, me asusta el dolor y no poder seguir viviendo todo lo que ya he vivido porque es tan bella mi vida.

ENTREVISTA COMPLETA:

 

Agradecimiento: Paula Balmayor vestuario, Sofia Diez Maquillaje y peinado.

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