Cuando ayudar no es un acto de bondad sino de justicia

Donar no es desprenderse de algo que perdió valor sino lograr que lo recobre en manos de quien lo necesita

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Si un emprendimiento que se llama Tzédek, que en hebreo quiere decir justicia, realiza tareas dentro de una fundación cuyo nombre es Tzedaká, que en dicha lengua significa solidaridad, las señales son muy prometedoras.

Ubicada en Buenos Aires, en pleno barrio de Chacarita, lo primero que se exhibe en la sede de Tzédek es una inusitada cantidad de muebles, electrodomésticos, ropa, juguetes, libros y artículos deportivos que han sido donados. Lo segundo que aparece es un aire fragante a feria americana y anticuario que atraviesa el fraternal estado de camaradería. Un grupo de voluntarios separa los objetos que serán re-donados de manera directa, de aquellos que serán vendidos. Algunos de estos "seleccionadores" padecen algún tipo de discapacidad y participan como parte de talleres que integran a diferentes organizaciones en una mancomunada labor solidaria.

En el lugar funciona una feria americana con las donaciones de ropa que hace la gente
En el lugar funciona una feria americana con las donaciones de ropa que hace la gente

Los fondos obtenidos por la venta servirán para seguir protegiendo a los más necesitados en las áreas de asistencia integral, educación y salud. En concreto, se convierte en capacitación para conseguir trabajo, en esa mano que ayuda a pagar el alquiler, en la beca para terminar el colegio, en platos de comida o en tratamientos médicos que no podían esperar.

Nos encontramos con Viviana, una de las 11.000 beneficiarias. Por cuestiones de la vida hace 12 años llegó a una situación económica muy difícil y decidió acercarse a la Fundación Tzedaká.

"Estaba sin nada y tenía que arrancar de cero. Me dieron en consignación objetos donados para que los vendiera y así pude arrancar. Unos años después logré tener un negocio que me hizo recobrar el sustento y la dignidad", nos cuenta emocionada.

Fernando, en cambio, recibe ayuda a través de una beca. Tiene 20 años, estudia ingeniería electromecánica y tiene un sueño: "Recibirme para poder devolver en otra gente todo lo que la Fundación me ha dado", confiesa.

La camioneta de la Tzedek pasa a buscar gratis las donaciones
La camioneta de la Tzedek pasa a buscar gratis las donaciones

Las historias de Viviana y Fernando son dos entre miles y sus vidas cambiaron gracias a que la gente ayuda y la institución facilita las cosas: si alguien tiene algo para regalar llama al call center de Tzédek y allí Carla o Ezequiel se ocuparán del resto. Así de fácil, rápido y gratuito. Incluso, lo pasan a buscar.

Eso hizo Nora, una vecina del barrio de Belgrano que contribuyó con un juego de muebles que sus hijos ya no necesitaban. "Ellos ya lo disfrutaron, ya está. Ahora que lo disfruten otros", sostiene convencida.

No solo los individuos colaboran, las empresas también pueden ayudar. Y de hecho poseen dos opciones: la más simple es regalando aquello que esté en desuso en sus depósitos o inventarios. La otra alternativa es organizar una "jornada solidaria" en la que los empleados lleven desde sus hogares hasta su trabajo aquellas cosas que consideren útiles para donar y lo hagan a través de una enriquecedora acción colectiva.

Entre las donaciones se destacan muebles, electrodomésticos, juguetes y libros
Entre las donaciones se destacan muebles, electrodomésticos, juguetes y libros

La solidaridad siempre cambiará vidas y generará historias impactantes. Donar lo que no se usa es un modo de lograr que ese fuego no se apague. Es fácil y necesario. Cuando se acumulan objetos se dificulta mantener el orden, se contamina el espacio visual y hasta incluso se hace difícil saber lo que uno tiene.

Por eso hay que soltar. Soltá. Soltemos. Sirve para aligerar el exceso de equipaje pero también para fortalecer el alma y el instinto solidario. La institución que visitamos hoy es una gran oportunidad para comenzar a hacerlo. La transparencia y la gestión eficiente de los recursos, un entramado de 600 voluntarios, 6.500 donantes y casi 100 profesionales en diversas áreas son una garantía.

Para la civilización hebrea ayudar a los más desfavorecidos era "hacer justicia", era "hacer tzedaká". Hace algunos milenios que practican esto y lo tienen muy claro: para ellos donar a quien lo necesita no es un acto de bondad, es una obligación ética.

Los objetos de anticuarios son de los más solicitados
Los objetos de anticuarios son de los más solicitados
 

Datos de contacto:

Chorroarín 1280 – CABA

Tel: 0810 777 7333