Condenaron a un policía a 10 años de cárcel por prostituir a su esposa durante una década en Entre Ríos y Corrientes

El efectivo explotó sexualmente a su esposa en diferentes localidades de esas provincias. El fiscal afirmó que la víctima “fue tratada como mercancía”

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El Tribunal Oral Federal de Paraná condenó a 10 años a un suboficial de la Policía de Entre Ríos
El Tribunal Oral Federal de Paraná condenó a 10 años a un suboficial de la Policía de Entre Ríos

El Tribunal Oral Federal de Paraná condenó este martes a 10 años de prisión a un suboficial de la Policía de Entre Ríos, tras declararlo culpable de prostituir y explotar sexualmente durante la misma cantidad de tiempo a su esposa en ciudades de esa provincia y Corrientes. Pudo ser rescatada en 2019 luego de un llamado a la línea 145.

Ángel Gerardo García, el condenado, llegó al juicio oral y público con prisión preventiva en la Unidad Penal 1 de la capital entrerriana, por el delito de trata de personas con fines de explotación sexual, y cumplía funciones en la Jefatura Policial de la ciudad de La Paz, pero vivía en Santa Elena, al igual que la víctima.

Durante los alegatos de clausura, el fiscal federal José Candiotti había solicitado al juez Roberto López Arango 11 años de prisión y que se disponga un automóvil Volkswagen Bora, propiedad de García, como reparación de la violencia económica sufrida por la mujer, madre de dos hijos.

El fiscal afirmó que la víctima “fue tratada como mercancía, afectando su dignidad”, en un acto “consciente de García, que sabía la ilicitud de lo que hacía y la finalidad”, y García aprovechó que era su pareja y convivente; que es oficial de la Policía de Entre Ríos; y ella estaba en situación de vulnerabilidad”.

A su vez detalló que los abusos ocurrían en diferentes localidades de Entre Ríos y hasta de Corrientes; y las psicólogas indicaron en el juicio que la mujer se veía “muy vulnerada y despojada de su identidad, aislada y sin documentación”, ya que el policía no le permitía tener acceso a dinero, ni a DNI, ni contactarse con alguien sin su supervisión.

Y recordó que el policía rompió la orden de restricción interpuesta, que tenía amenazada a la víctima “con que tenía contactos”, y que la explotación comenzó en 2009 y recién finalizó en abril de 2019, luego de un llamado de su hermana a la línea 145 donde advertía la situación.

El 27 de ese mes, Gendarmería Nacional irrumpió en la vivienda del barrio Fátima de Santa Elena, donde convivían y, tras constatar las denuncias, procesaron al suboficial y la mujer fue trasladada y asistida por el Programa de Prevención, Protección y Asistencia a las Víctimas y Testigos de la Trata y Tráfico de Personas de Entre Ríos.

“Con todas las violencias físicas, psicológicas, económicas, simbólicas y sexuales García fue creando un encarcelamiento psicológico para tratarla como mercancía, afectando su dignidad y actuando con conciencia”, concluyó Candiotti.

La víctima relató que el policía “la invitaba a tomar cerveza, la hacía cambiar de ropa, la obligaba a tomar pastillas y a estar con hombres que la filmaban y le sacaban fotos que utilizaba luego para extorsionarla”, y recordó que García “la hizo estar con siete policías, mientras ella lloraba y pedía que la dejen pero no pararon”.

Ángel Gerardo García, el condenado, llegó al juicio oral y público con prisión preventiva en la Unidad Penal 1 de Paraná  162
Ángel Gerardo García, el condenado, llegó al juicio oral y público con prisión preventiva en la Unidad Penal 1 de Paraná 162

Por su parte, el abogado defensor Manuel Valle pidió la absolución, ya que consideró que “no hay prueba contundente”, y que se trató de “una falsa acusación para separarse y quedarse con los bienes”.

Desde la Unidad penal donde se encuentra alojado, García aseguró en sus últimas palabras: “Soy inocente y esto es algo armado, nunca hice eso que dice mi señora ex suegra, vengo de una familia bien constituida”.

Durante el juicio la víctima declaró con una psicóloga, ratificando los hechos; y también dieron su testimonio su hermana, su madre, uno de sus hijos, y la ginecóloga que intentó atenderla en Santa Elena pero que sufrió violencia por parte de García.

De esta manera, pasado el martes al mediodía, el juez lo declaró culpable del delito de trata de personas con fines de explotación sexual, y por la promoción y facilitación de la prostitución; todo agravado, entre otras razones, por la condición de funcionario de una fuerza de seguridad y por haber sido la víctima su cónyuge y conviviente.

Asimismo, ordenó la entrega del vehículo, y que García permanezca detenido con prisión preventiva hasta que la sentencia quede firme en la Unidad Penal 1 de Paraná.

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