Las autoridades y los presos de Devoto llegaron a un frágil acuerdo pero un grupo amenaza con seguir con el motín

Integrantes de uno de los pabellones del penal porteño están dispuestos a seguir con el conflicto

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El motín empezó esta mañana (Foto: Adrián Escandar)
El motín empezó esta mañana (Foto: Adrián Escandar)

Pese a que los principales líderes del motín de Devoto firmaron una tregua con las autoridades de Justicia para seguir negociando la semana que viene la prisión domiciliaria de los presos que se consideran en riesgo frente a la pandemia del coronavirus, algunos de los referentes de la Planta 1 Pabellón 1, están dispuestos a seguir con el conflicto.

Ese sector de la prisión está integrado, entre otros, por narcos que acuden al Centro Universitario de Devoto (CUD) y donde se mezclan halcones y palomas. Son un puñado de detenidos, algunos considerados muy peligrosos y que tienen virtualmente nulas chances de ser excarcelados.

Tras la tregua que alcanzaron los reclusos con los representantes del Ministerio de Justicia, la Defensoría General de la Nación, la Procuración Penitenciaria Nacional, el Comité Nacional para la Prevención de la Tortura y la Asociación Civil de Familiares de Detenidos, estos presidiarios armaron un plan de lucha para el fin de semana que incluye prender fuego distintos espacios de las instalaciones y arrojar piedras hacia afuera.

El acuerdo firmado entre las partes
El acuerdo firmado entre las partes

El problema es que, si bien no es un grupo de presos numeroso, si los reclusos se mantienen en rebeldía van a enfrentar a un personal carcelario sumamente tenso que tiene a 13 de sus integrantes heridos con quemaduras y escoriaciones. Están internados en la Clínicas Santa Isabel y en el Sanatorio Colegiales.

El líder del grupo que impulsa continuar con la revuelta, el disidente del CUD, propuso en un encendido discurso a la reducida asamblea no acatar la tregua y “arrancar a la medianoche con fuego cuando está aplastada toda la ciudad. Hacer quilombo con fuego. Mañana a la mañana, dejar pasar el recuento y nadie va a trabajar y nadie va al CUD (Centro Universitario de Devoto) salvo médico o habeas corpus de urgencia”.

A la tarde no se permite entrar a hacer el recuento, se les gana la reja. Con esto vamos a generar que estén intranquilos y que bajen las autoridades. Queremos la mesa de diálogo. Después vamos a hacer grupo con otros muchos compañeros que nos están apoyando. Sé que son muchos, vamos a elegir a los más duchos en el tema, a los que más saben, para que tiren ideas”, agregó.

Adrián Escandar
Adrián Escandar

En tanto, quien encabeza el grupo sostuvo que eso es “lo que recomienda la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para que los de la lista de gente que están con enfermedades se vayan realmente. Se está yendo poca gente. En esto estamos todos juntos compañeros, se va a agradecer de corazón a los que se vayan sumando. Recuerden que todas las cárceles del país están esperando que Devoto ponga primera ¿No llegamos a un acuerdo con esto? Hay otras medidas más misteriosas que las vamos a ir hablando”.

En ese sentido, las autoridades están al tanto de que parte de esa amenaza puede ser real ya que, por ejemplo, buena parte de las mujeres que habitan el complejo penitenciario de Mujeres de Ezeiza son pareja o parientes de los presos de Devoto.

Como contrapeso al líder rebelde, surgió la figura de un referente del CUD, Carlos Palazzo, un hombre muy hábil que al principio incitaba a la violencia pero que después cedió posiciones y firmó el acta que negociaron los reclusos y las autoridades.

De todas formas, el acuerdo es frágil y si alguna de las partes incumple algo de lo prometido, Palazzo liderará una nueva revuelta. Sabe que en las cárceles de la provincia de Buenos Aires es clave lo que pase en Devoto y apuesta a que el sábado comiencen a reaccionar algunos penales bonaerenses.

El acta que firmaron es un analgésico que sólo atenúa el problema, porque hay puntos incumpibles. Si las autoridades ceden en algo, le darán entidad al motín, que se convertiría en un método para lograr la prisión domiciliaria de la mayor cantidad de reclusos posible. Uno de los argumentos que esgrimen quienes pretenden dejar el penal es la serie de fallos que beneficiaron a algunos de los ex funcionarios condenados o procesados por corrupción.

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