Coronavirus en Argentina: la situación de las cárceles bonaerenses frente al primer preso contagiado del país

A nivel mundial, las medidas que se tomaron frente a los contagiados son varias y van desde el aislamiento total hasta la liberación de presos no violentos

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Las cárceles del país, frente a la llegada del coronavirus, se convirtieron en un frente a proteger: los sistemas federales y bonaerenses suman 58 mil detenidos, otros tres mil en las comisarías de la provincia (Servicio Penitenciario Bonaerense)
Las cárceles del país, frente a la llegada del coronavirus, se convirtieron en un frente a proteger: los sistemas federales y bonaerenses suman 58 mil detenidos, otros tres mil en las comisarías de la provincia (Servicio Penitenciario Bonaerense)

Tres días después de que comenzó a regir el confinamiento total, los presos del pabellón 2 de la Unidad N°54 de Florencio Varela comenzaron una revuelta para reclamar distintas garantías para que el coronavirus no ingrese a ninguna prisión bonaerense. Por el virus, nadie más podía entrar, la soledad del encierro aumentaba frente a la expansión del COVID-19.

Aquel incidente sucedió en paralelo con otros disturbios en varias cárceles del país, que fueron apaciguados aunque algunos terminaron con muertos. La pandemia había obligado al sistema de cárceles de la provincia de Buenos Aires, regido por el Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB), y el Ministerio de Justicia de Julio Alak a tomar medidas extraordinarias de higiene y control. El Ministerio había comunicado que casi la totalidad de los 45 mil presos en su sistema sobrepoblado aceptaron renunciar a que sus familias los visiten en medio del anuncio de compras masivas de barbijos.

Hoy, tras una serie de episodios y el aumento constante de medidas de prevención, a pocos metros de la Unidad N°54 de Florencio Varela, donde ocurrió aquel disturbio, se confirmó el primer preso con coronavirus en la Argentina.

El detenido detectado, en la Unidad N°42 de Varela, con COVID-19 es un condenado a cadena perpetua por el delito de homicidio agravado por el vínculo: asesinó a su propia hija de 8 años. El fatal hecho ocurrido en la zona de Martínez, el hombre tiene 49 años y una afección renal crónica que lo obliga a realizarse tratamientos de diálisis tres veces por semana. Las autoridades creen que el contagio ocurrió en un tratamiento en un hospital fuera de la cárcel, el Interzonal General de Agudos Presidente Perón, de Avellaneda, el mismo hospital donde el detenido se realizaba diálisis los días lunes, miércoles y viernes. En aquella Unidad, según informaron, hay alrededor de 1000 presos.

Las cárceles del país, frente a la llegada del coronavirus, se convirtieron en instituciones a proteger: los sistemas federales y bonaerenses suman 58 mil detenidos, otros tres mil en las comisarías de la provincia, enfrentan la mayor sobrepoblación de su historia. Por eso, los cuidados y las prevenciones aumentaron para proteger que el Covid-19 no ingrese. Pero la situación es compleja y después del ingreso del virus el panorama puede llegar a cambiar. ¿Qué hacer con los presos frente al coronavirus?

Unidad N°42 de Florencio Varela
Unidad N°42 de Florencio Varela

Según informaron desde el SPB las medidas que se tomaron fueron varias. Se elaboró un Protocolo de Contingencia por el Coronavirus con líneas de acción para los internos, los penitenciarios y el personal médicos, infectólogolos dando charlas de prevención, se les aconsejó el lavado de mano frecuente, mantener ventilados los pabellones y celdas, baldeo con agua y lavandina.

Agregaron que, antes del decreto de la cuarentena obligatoria, mediante mesas de diálogos con intervención de autoridades penitenciarias y referentes de los pabellones se habían suspendido las visitas, también se elaboró un plan de contingencia de asistencia psicológica para abordar el efecto secundario de la pandemia: el miedo, el pánico y la ansiedad, se reforzó con una compra importante el abastecimiento de jabones, alcohol en gel, lavandina, termómetros a distancia y digitales, y equipamiento para los médico. Además, se controló el estado de salud de los penitenciarios que ingresan de guardia; a las mercaderías que envían los familiares se le realizó doble proceso de desinfección rociando agua con lavandina. Los esfuerzos fueron grandes, sostuvieron.

Ante esto, según dijeron, las autoridades del Complejo Penitenciario de Florencio Varela junto a los directivos de la Unidad N°42 y el personal de Salud Penitenciaria recorrieron los pabellones de la cárcel para brindar información precisa sobre lo acontecido y transmitir todas las medidas preventivas que se tomaron. Como para amainar posibles disturbios por el miedo que puede llegar a provocar la noticia. Semanas previas a la confirmación, tres penitenciarios habían sido diagnosticados positivos en unidades como la N°21 de Campana y la alcaldía número N°3 de Melchor Romero. Ninguno de ellos, según fuentes del SPB, había tenido contacto cotidiano con internos. Cuestión que generaba cierto alivio.

Sin embargo, según pudo saber infobae, la situación de las cárceles ante la pandemia es bastante más compleja. “Acá es así. Tenemos cortadas las visitas. Es cierto. Yo estoy en una celda con otro compañero. Nuestro sistema de prisión es estricto. Salimos al patio y nada más. No tenemos contacto con nadie. Los penitenciarios nos miran de lejos y con barbijo cuando estamos afuera. Es difícil que entre el virus acá porque estamos todo el día encerrados, es un penal de máxima seguridad. Pero cuando vos pedís que te llevan al médico porque te duele algo no te dan ni bola, es la verdad. Te dan ibuprofeno y a tu celda, chau. Encima te revisan de lejos. Está todo bien, pero lo que dicen no es del todo cierto. Si llega a entrar el virus acá nos morimos todos, corta.”, le contó un preso a Infobae alojado en la Unidad N°30 de General Alvear, que evito dar su nombre.

A 268 kilómetros de esa Unidad, en la Unidad N°46 de San Martín, otro detenido en dialogo con este medio expresa lo mismo. “No nos dan atención médica. Hay gente con fiebre pero acá todo es diagnosticado como tuberculosis. Nos dieron un poco de lavandina para lavar y nada más. Mirá, hace dos días se llevaron a uno con fiebre de la celda de al lado y nadie sabe más nada. Es complicado. Tenemos miedo pero también por nuestra familia afuera. Desde acá sabemos poco. Yo estoy encerrado en una celda para cuatro y somos ochos. Vemos que en el lugar a donde íbamos a estudiar ahora pusieron camas. No sabemos qué pasa. Si el virus este entra, nos morimos todos", explicó de igual manera que el detenido de General Alvear.

infobae

En paralelo a todos los recaudos implementados, el miedo de los presos al encierro con el virus se reflejó en una de las medidas que comenzaron a reclamar: cumplir condena en sus casas. El 9 de abril el Tribunal de Casación Penal bonaerense hizo lugar a un habeas corpus colectivo presentado por los defensores generales de todos los distritos de la provincia, como una manera extraordinaria de hacer frente a emergencia sanitaria y penitenciaria que se vive en los penales bonaerenses, donde hoy conviven 50 mil internos.

La medida abarcaría a más de 400 presos. Aunque pocos días después el fiscal Carlos Altuve apeló aquella decisión de la Cámara de Casación Penal bonaerense de otorgar un habeas corpus colectivo en favor de un grupo de presos en cárceles de la provincia considerados en situación de riesgo por el coronavirus. Aún se está definiendo.

En tanto, en el Sistema Penitenciario Federal, se dieron algunas libertades frente a la crisis sanitaria que provocó el COVID-19. Tal fue el fue caso, el 6 de abril pasado, del exvicepresiednete, Amado Boudou. El Tribunal Oral Federal 4, que dictó la condena por el caso Ciccone, le otorgó la prisión domiciliaria en medio de la emergencia sanitaria por el coronavirus. Luis D’Elía también recibió el beneficio.

Por otro lado, la situación a nivel mundial también enfrenta tensiones entre las decisiones a tomar. El 18 de abril en Ecuador, por ejemplo, un preso murió a causa del coronavirus dentro de una cárcel en la que hay unos 1.400 detenidos. En esa prisión ya se habían confirmado tres casos de guardias penitenciarios contagiados. También hay otro caso sospechoso dentro de la población carcelaria y fue llevado a una casa de salud. En Estados Unidos, por ejemplo, las prisiones confinaron a los prisioneros en sus celdas y suspendieron los traslados tras decenas de casos de contagio. Varios estados están estudiando liberar a los presos no violentos. Es el caso de Nueva York donde se liberaron a 900 detenidos “no violentos”.

En un intento por controlar los contagios, el alcalde Bill de Blasio anunció después de que se confirmaran contagios entre guardias y presos dentro de la cárcel de Riker’s Island, según el portal de Vice. El Poder Judicial del Estado de México en coordinación con la Secretaría de Seguridad, también tomó la determinación de abrir las celdas en cárceles de la entidad, para liberar a alrededor de 1,894 presos, debido a la pandemia de coronavirus.

El primer contagiado dentro de una cárcel argentina representa un punto de quiebre en la situación; la línea es delgada entre la tensión y la concordia de los presos mismos con los esfuerzos y negociaciones para contener una posible crisis.

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