Un adolescente se suicidó arrojándose a las vías del tren en Glew

Luca Aranda, un adolescente de 17 años, se suicidó arrojándose al paso de una formación del tren Roca en la localidad bonaerense de Glew, en el cruce peatonal ubicado cerca de la estación.  En principio había versiones contrapuestas entre lo que decían los investigadores y lo que creía la familia. De acuerdo con la versión policial, todos los elementos recopilados en la investigación sugerían que el joven se había suicidado. Sin embargo, la familia lo negaba rotundamente y sostenía que Luca fue atropellado por la formación mientras escapada de dos delincuentes que lo querían robar. Pero la filmación de una cámara de seguridad constató que el chico se quitó la vida.

Todo ocurrió el martes pasado después de las 21. Según dijeron fuentes de la investigación a Infobae, el menor caminó de frente al tren y antes del impacto, se puso de espaldas y fue ahí cuando la formación lo embistió. La escena quedó registrada por la cámara de seguridad del ferrocarril y la filmación quedó en poder de Gerardo Mario Mohoraz, fiscal de la UFI 6 de Lomas de Zamora. Las fuentes aseguraron que el motorman declaró que el chico apareció de un momento a otro y que no llegó a ver si llegó al paso peatonal corriendo o caminando. Simplemente observó a una persona en medio de las vías, activó las bocinas, los frenos de emergencia y cerró los ojos segundos antes del impacto.

La familia, por su parte, aseguraba todo lo contrario y pedía que aquel que haya visto algo se acerque a la fiscalía para esclarecer el hecho porque no aceptaban que Luca se haya quitado la vida. Darío Aranda es tío del adolescente y en diálogo con Infobae, dio su versión de los hechos. "No hay ningún elemento para decir que se trató de un suicidio. Lo negamos rotundamente. Luca era una persona muy feliz, con proyectos. Jugaba al rugby en el club Defensores de Glew e incluso era entrenador de chicos de 4, 5 y 6 años. Era fanático del Club Los Andes e iba a la cancha con su papá", dijo.

Según los familiares, el martes, después de que parara la lluvia y de haber pasado la tarde con su pequeño hermano de seis años, partió al entrenamiento de rugby en el circuito de Glew, que está pegado a las vías del ferrocarril. Saludó a su mamá y le dijo que volvía para la cena. Darío contó que ya en el velatorio, les llegó una versión de los ocurrido. Al terminar el entrenamiento, luego de quedarse un rato con sus amigos, volvió solo a su casa del barrio Villa París hasta que  dos personas trataron de asaltarlo. Luca corrió hacia las vías para escapar y allí el tren lo chocó.

"No pedimos mano dura ni nada de eso. Ideológicamente no creemos en eso", sostuvo Darío que simplemente agregó: "Sólo queremos saber la verdad y pedir justicia". El tío asegura que hay dos testigos, un joven y una mujer que todavía no se acercaron a sede judicial, que vieron el momento en que el joven rugbier era perseguido por los delincuentes.

"Queremos que se investigue nada más. Si creyéramos en lo más mínimo que Luca, a quien considero como un hijo, se hubiera suicidado no estaríamos haciendo todo esto. No puedo creer que hayan caratulado la causa como suicidio cuando todavía no habían visto las cámaras de seguridad ni interrogaron testigos", criticó. "Otro dato que queremos que tengan en cuenta es que en esa zona hay muchos robos. De hecho, Luca fue víctima de dos asaltos. "Pedimos a las autoridades que se investigue a fondo lo ocurrido. ", agregó.

El chico fallecido -cuenta la familia- cursaba quinto año de la escuela secundaria Media N7 de Parque Roma. Iba al club casi todos los días. Hacía parte también de un grupo juvenil dentro de la Iglesia Presencia de Dios, en Guernica, y organizaba una gran cantidad de eventos. "Siempre estaba con sus amigos, no estaba deprimido o enfermo. Ni caries tenía. Era un deportista consumado y era muy alegre. Lo del suicidio es imposible", sentenció.

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