Personal penitenciario de la cárcel de la ciudad entrerriana de Federal encontró ahorcado en la zona de duchas esta mañana a Jesús Sánchez, imputado por el femicidio de Jésica Riquelme, su esposa y madre de sus tres hijos, ocurrido en la misma localidad el sábado último, en la casa de la pareja en el barrio Salto.
El hombre estaba detenido desde el domingo, acusado de asesinar a Riquelme de un fuerte golpe en su cabeza. La víctima estaba embarazada de siete meses al momento del crimen: especialistas médicos lograron que el bebé naciera con vida mediante una cesárea.
Sánchez, de 38 años de edad, había sido imputado por homicidio doblemente calificado por el vínculo. También había sido acusado de desobediencia judicial, ya que había infringido una restricción perimetral que le impedía acercarse su ex esposa, quien lo había denunciado anteriormente por episodios de violencia de género. Tras golpearla en la cabeza, Sánchez llevó a Riquelme a un hospital local bajo el pretexto de que "se había caído". Los investigadores encontraron ropa con sangre y un martillo en la casa de la pareja.
Según informaron diversos medios de Entre Ríos, durante las primeras horas de hoy Sánchez pidió permiso para darse un baño. Después de unos minutos, el guardia que controlaba el lugar notó que el detenido no regresaba. Fue entonces cuando comprobó que el presunto femicida estaba ahorcado con una venda.
Ya se inició un proceso de investigación para determinar cómo accedió Sánchez a esa venda. Se desconoce si le fue proporcionada por otro interno.
En tanto, el bebé, que nació tras 37 semanas de gestación, todavía se encuentra internado con un grave estado de salud en el servicio de neonatología del hospital Masvernat de Concordia.
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